Michelle Obama entra en guerra por la comida sana
La primera dama promueve en EE UU una dieta equilibrada
Michelle Obama está en movimiento y no va a parar hasta que el país al que su marido sirve cambie una dieta que ha convertido Estados Unidos en el lugar con más obesos del mundo. El acto más simbólico y la fotografía que se le ha quedado a todo el mundo en la cabeza fue la creación del famoso huerto de la Casa Blanca.
Esta primavera será la tercera en que la señora de Obama cubra de hortalizas el espacio dedicado a la agricultura ecológica en la trasera del número 1.600 de Pensilvania Avenue, hoy cubierto por la nieve. El destino que hayan corrido las semillas que el rey de España, Juan Carlos I, regaló a Michelle y su hija Sasha cuando estas últimas le visitaron el pasado agosto en el palacio de Marivent (Palma de Mallorca) se descubrirá entonces.
Michelle Obama está de promoción y esta semana llevará la campaña Let's move (Pongámonos en marcha) a diferentes programas de televisión. A finales de enero, la primera dama respaldó la campaña de la cadena de supermercados Wal Mart para hacer más nutritivos sus productos. El siguiente gran paso que pretende dar es llegar a un acuerdo con la Asociación Nacional de Restaurantes para que se ofrezcan cantidades de comida más razonables -todo aquel que haya pasado por EE UU conoce la enormidad ridícula de los platos que se sirven-, así como menús infantiles con leche en lugar de sodas y verduras en vez de patatas fritas.
Pero ya lo dice el chef español José Andrés, colaborador de Michelle Obama en temas gastronómicos y habitual en los fogones de la Casa Blanca: "La palabra comida sigue ausente de los temas de importancia en la página web de la Casa Blanca". Aunque Andrés corrige, bromista, enseguida: "Excepto cuando se habla de una cena de Estado".
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