La vida secreta de las cucharas
El diseñador Toni Grilo crea muebles y objetos con cubiertos
Que un objeto cotidiano descontextualizado puede convertirse en una obra de arte es algo que Duchamp dejó claro hace casi un siglo y de la manera más cruda: trasladando un urinario del cuarto de baño al museo. Hoy, algunos diseñadores, como el franco-portugués Toni Grilo (Nancy, 1979), se esfuerzan para que la calidad artística de los objetos cotidianos no la decida el contexto, sino el diseño.
Uniendo cucharas, tenedores y cuchillos de plata o acero inoxidable, Grilo ha realizado una edición limitada de mesas, jarrones, lámparas, palmatorias y fruteros que la empresa parisiense Christofle expone por primera vez en Madrid. La obra de Grilo, hoy instalado en Lisboa, donde comparte el Estudio Objection (www.objection.pt) con Elder Monteiro, se mueve entre opuestos: el humor y la seriedad, la artesanía y la industria, la tradición y la innovación, la provocación y la elegancia.
Ya desde sus primeros trabajos para el estudio lisboeta de Marco Sousa, Protodesign, Grilo indagó en la vida secreta de los objetos, en la doble faz de los utensilios. Sus diseños más tempranos fueron vasos con patas o una caja que se escondía en la forma curva de unos platos apilados. En 2005, la directora de la firma francesa Christofle comprobó lo que Grilo era capaz de hacer con cucharas y otras herramientas de cocina en el marco de la exposición Dysfunction, durante la Bienal Experimenta de Lisboa. No se lo pensó dos veces y le encargó la renovación de las cuberterías más serias de la casa francesa. El encargo era una apuesta de futuro. Christofle lleva casi dos siglos vistiendo las mesas mejor puestas del mundo: las de Napoleón III, la Alemania del Kaiser, los imperios otomano y austrohúngaro o el actual Palacio del Elíseo, la residencia de Sarkozy-Bruni.
En este tiempo, la innovación tecnológica -los procesos de galvanoplastia- les ha permitido salir de las mesas a las fachadas y producir las estatuas de la cubierta de la Ópera de París (1868) o el vagón pontificio del papa Pío IX (1858). Pero ha sido la innovación artística lo que les ha hecho renovar sus piezas de orfebrería de la mano de artistas y diseñadores como Man Ray o Gio Ponti, y, más recientemente, Andrée Putman y Ora-Ïto. La única petición que recibió Grilo para entrar en tan selecto club fue una combinación difícil: mezclar ironía y elegancia. El joven diseñó la serie From (Desde) y, a partir de ahí, la legendaria marca francesa ha logrado llevar sus cuberterías a todos los rincones de la casa. La espectacular araña en el techo, la mesa cuadrada y las palmatorias y jarrones de Grilo llegan ahora por primera vez a España a presentar de un mismo bocado a este joven con ideas y la renovación de una empresa legendaria que ha decidido apostar por el design-art, el diseño en ediciones limitadas.
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