Con muy poco se puede mucho
Intervenciones mínimas bastan para hacer revivir los entornos degradados
Frente a la arquitectura de vanguardia y la proliferación de edificios icono, existe otra manera de construir e influir en la vida de la gente. En ella, la intervención mínima es la máxima. Y las pequeñas acciones demuestran que con ingenio se pueden hacer grandes cosas con pequeños presupuestos.
Hablamos de las intervenciones mínimas, término con el que los expertos se refieren a las prótesis o estructuras que se insertan en construcciones ya existentes para darles una nueva vida. Tras ellas, suele latir una cierta preocupación social, pues se actúa con frecuencia en zonas deprimidas.
Algunos arquitectos, como el andaluz Santiago Cirugeda, se dedican a tiempo completo a este tipo de intervenciones. Para otros, es un asunto puntual. Su origen se vincula al movimiento situacionista de los años sesenta y setenta, que reclamaba un urbanismo unitario en el que la sociedad tuviera voz, y terminó replanteando la profesión de arquitecto. Los que hoy se adentran por estos derroteros lo hacen como crítica o protesta ante una arquitectura y un urbanismo incapaz de dar respuestas a esos lugares y construcciones problemáticos. Ante esos desafíos, se plantean soluciones pequeñas, pero que funcionan con la lógica de las buenas ideas. A veces pintar una pared de un color vivo puede ejercer un poderoso efecto sobre el entorno.
Este tipo de arquitectura resulta hoy modesta y a la vez pragmática. Pretende dirigir la atención hacia las deficiencias del entorno urbano y los espacios marginales o infrautilizados. Propone, frente a lo preestablecido y lo políticamente correcto, soluciones alternativas y efectivas en las que priman el rediseño y la continuidad de lo preexistente. Se trata en suma de ejercer la arquitectura con cabeza, en tiempos en los que la sostenibilidad es un valor en sí misma.
El Espai d'Art Contemporani de Castelló muestra estos días una selección de proyectos recientes de este tipo de intervenciones mínimas y remodelaciones en la muestra Reactívate!! Un proyecto del Swiss Architecture Museum, comisariado por Francesca Ferguson en colaboración con Pepe Ballesteros, que permanecerá abierto al público hasta el 31 de agosto.
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