Pagar acercando la mano
La Caixa y Visa prueban en Baleares este sistema de cobro
Comprar por contacto es usar un microchip en la palma de la mano, un circuito incrustado en la tarjeta bancaria, y acercarlo al punto terminal de venta electrónica. Sin el freno del registro y el pin secreto. El dinero de bolsillo para microcompras será finalmente de plástico, virtual. Se acaba la época del metálico. No hará falta ir con un monedero para adquirir el diario en el quiosco, desayunar, tomar un taxi, el metro o el autobús. Los pagos de hasta 20 euros en el conjunto de las islas Baleares se podrán efectuar con un simple contacto de la tarjeta Visa La Caixa con el terminal de cada negocio. Esa nueva época comienza en el archipiélago y se extenderá por toda España. Se basa en la tecnología NFC, que ya está implantada en algunos teléfonos inteligentes.
Las compras de menos de 20 euros suponen el 35% del tráfico monetario
El cliente no rebuscará entre la calderilla los euros para ajustar el pago de un menú o adquirir una ensaimada. Tarjetas de nueva generación, "con una tecnología paralela a las de móvil pero más sencillas y cómodas", según los promotores del negocio, facilitan la operación. En Europa existen unos 30 millones de tarjetas capacitadas para esta maniobra.
La nueva tarjeta de compra por contacto nació en 2009 y se experimentó en plan piloto en 2010 en la localidad catalana de Sitges. Baleares es la primera comunidad en la que se implanta su uso antes de dar el salto a todo el territorio.
"Queremos capturar muchos más clientes", reconocen en La Caixa. "Es una palanca comercial para tener más clientes". El mercado de Baleares, con 1,1 millones de habitantes, recibe más de 10 millones de turistas anuales. La entidad asegura tener 130.000 usuarios de tarjetas en las islas y contar con más de 5.000 puntos lectores (terminales).
"Nos gustaría eliminar el dinero físico", confesó el director general de La Caixa, Juan Antonio Alcaraz, en la presentación de la novedad junto a Luis García, de Visa, y la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, quien apostó por "una ciudad inteligente" que "haga la vida más fácil a la ciudadanía, en un contexto más sostenible". Los autobuses de la EMT de Palma, la tarjeta ciudadana y los taxis están vinculados tecnológicamente al plan.
El mercado de pequeños pagos en España supone el 35% del tráfico monetario y las transacciones de bajo valor suman 79.000 millones de euros. Aunque solo el 5% se realizan con tarjetas.
El nicho abierto para captar capitales y usuarios es grande. La presentación de este sistema ahondó en las colas en los comercios de alta densidad de clientela y los bloqueos en caja para ajustar el cambio, el tecleo del pin y la conexión telefónica. El acto tuvo como escenario la sala de pinturas grandes de Anglada Camarasa del CaixaForum Gran Hotel de Palma, un edificio modernista de Domènech i Montaner de principios del siglo XX donde se inició el boom del turismo, entonces denominado "la industria de los forasteros".
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