Lazare Ponticelli, el último de la 'última'
Era el único soldado francés superviviente de la I Guerra Mundial
Cuando terminó la I Guerra Mundial, entonces llamada "la Gran Guerra", todo el mundo dijo que tenía que ser "la última", que el mundo no resistiría otra guerra. El mundo las ha resistido y Lazare Ponticelli era, hasta ayer, el último superviviente francés de esa "última" que no fue tal. Tenía 110 años y se había negado siempre a ser protagonista de ningún tipo de homenaje. "Sería un insulto a todos aquellos que murieron en el campo de batalla". Ahora Ponticelli aceptará ese homenaje. Lo decidió hace apenas un mes, tras el fallecimiento de Louis de Cazenave, el otro poilu (mal afeitado o barbudo, como prefieran) que sobrevivía en Francia. "De acuerdo con una misa en homenaje a todos aquellos que murieron entre 1914-18 pero digna, sin follón mediático, sin grandes desfiles", dijo Ponticelli.
El presidente Sarkozy, que ha hecho del culto a la historia uno de los ejes de su mandato, ya ha anunciado que "se celebrará en los días próximos un homenaje nacional al conjunto de los franceses movilizados durante la I Guerra Mundial". Para Sarkozy es "a él y a su generación a quien debemos en gran parte la Europa pacífica y pacificada de hoy". Esa interpretación olvida que Ponticelli, entre 1939 y 1945, volvió a combatir, ahora enrolado en la Resistencia. Y que en 1914 mintió sobre su edad -dijo ser mayor para poder enrolarse a los 16 en la Legión Extranjera- porque tenía una visión romántica de la guerra que el horror de las trincheras destruyó. "Sólo pienso en mis compañeros de armas muertos. Son ellos quienes merecen todos los honores. Yo sólo soy su humilde representante porque he tenido la fortuna de sobrevivir. Pero la guerra fue injusta y horrible".
Ponticelli había nacido en Italia y se enroló bajo la bandera francesa porque era en ese país donde había encontrado su primer trabajo. No se nacionalizó francés hasta 1939, tras haber decidido, al regresar del frente, instalarse definitivamente en París. En la actualidad quedan ocho supervivientes de los combates de la I Guerra Mundial: tres son británicos -uno vive en Australia-, otros dos son italianos, uno es estadounidense, el séptimo es un húngaro que luchó con las tropas del desaparecido imperio austro-húngaro y que hoy es alemán, y el octavo de la lista es un turco que combatió en el frente de Bagdad y fue hecho prisionero por las tropas de otro imperio volatilizado: el británico en India.
Si el presidente Sarkozy ha querido expresar "la infinita tristeza y la profunda emoción de la nación" ante la muerte del último poilu, el ex presidente Chirac, también se ha sumado al homenaje a Ponticelli, que "luchó para que pudiéramos vivir en una Francia libre".
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