Gorka Agirre, la antena del PNV en el mundo de ETA
Llevó durante dos décadas las relaciones internacionales del partido
A lo largo de 20 años, durante los mandatos de Arzalluz e Imaz, dirigió las relaciones internacionales del PNV, pero al mismo tiempo, y desde una década antes, Gorka Agirre Arizmendi fue la antena de su partido en el mundo de ETA, aprovechando las relaciones personales que estableció en el País Vasco francés en los primeros años de la transición. Este segundo papel, desarrollado siempre con la discreción característica del personaje, afloró a la superficie a raíz de su imputación en 2006 en la investigación judicial de la red de extorsión de ETA, que fue retirada dos años más tarde por Garzón. El episodio, que le llevó a declarar dos veces ante la justicia, aceleró la evolución del cáncer, según sus allegados, que se le había diagnosticado y que acabó ayer con su vida, cuatro días después de cumplir los 60 años.
Su condición de sobrino del lehendakari José Antonio Aguirre e hijo del exilio determinó de algún modo su trayectoria vital y política. Nacido en 1949 en Amberes (Bélgica), donde se había asentado su familia, se licenció en Ciencias Económicas en la Universidad de Lovaina y comenzó a militar desde muy joven en el PNV. Gracias a su conocimiento de los idiomas, se responsabilizó en la etapa final del franquismo de las relaciones del partido en el seno de la Internacional Demócrata Cristiana (IDC). Tras la muerte de Franco, ya como miembro de la ejecutiva nacional (EBB) en la clandestinidad, se instaló en San Juan de Luz, donde conoció a dirigentes históricos de la ETA de Txomin Iturbe.
Esta experiencia le condujo con posterioridad a asumir la interlocución con la izquierda abertzale y las misiones delicadas que le encomendó su partido en el entorno de la organización terrorista. Agirre formó parte junto con Joseba Egibar y Juan María Ollora de la troika que llevó las negociaciones que culminaron en el Pacto de Lizarra de 1998 y la subsiguiente tregua de ETA.
Casado con una hija del que fue primer consejero de Interior del Gobierno vasco, Luis María Retolaza, jugó un papel importante y discreto en la puesta en marcha de la Ertzaintza y en el mantenimiento de la conexión de ésta con el partido. Aunque ETA asesinó a tres de sus colaboradores en la Ertzaintza -Genaro García de Andoain, Joseba Goikoetxea y Montxo Doral-, Gorka Agirre siempre mantuvo la necesidad de buscar una solución negociada con la organización terrorista.
Seguidor del Athletic y europeísta convencido, unió su voto al de Josu Jon Imaz cuando el PNV se pronunció a favor de la Constitución Europea, aunque antes tuvo que vivir la expulsión del PNV, a instancias del PP, de la IDC, de la que su partido fue miembro fundador.
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