Eugenio Arias, amigo y peluquero de Picasso
Donó a Buitrago numerosos dibujos y cerámicas del pintor
Ha muerto Eugenio Arias a la edad de 98 años en su casa de Vallauris, Francia. Había nacido en 1909 en Buitrago de Lozoya, un pequeño pueblo de Madrid. Con nueve años aprendió el oficio de peluquero gracias a su abuelo. La peluquería familiar fue también la biblioteca donde muchos vecinos aprendieron a leer y, por un tiempo, hasta la sede del PCE local. Ayer le fue concedida la Medalla de Plata de Madrid.
Arias luchó contra el fascismo en España y en Europa durante nueve años, combatió y cortó el pelo a cientos de camaradas. En 1946 se instaló en Vallauris y puso una peluquería con su inseparable compañera Simona Francoual, combatiente de la Resistencia francesa: "Aquí vino un día a cortarse el pelo el mismísimo Pablo Picasso", contaba el propio Eugenio sin parar de reír.
Arias hubiera sido un anónimo más de la Guerra Civil, otro republicano exiliado en el olvido, otro republicano olvidado en el exilio, pero fue el camarada de Picasso, su amigo durante 26 años. Desde entonces, Eugenio fue su peluquero, su confidente, su amigo, su compañero en tardes de toros y Picasso padrino de su boda cuando contrajo matrimonio con Simona en 1950. "Picasso fue mi segundo padre", decía orgulloso.
Arias donó generosamente a su pueblo la colección de dibujos, cerámicas y pirograbados que Picasso le regaló: "Me lo querían comprar todo los japoneses y los alemanes, pero a mí no me mueve el interés, se lo he dado a mi pueblo con el corazón". Su regalo llegó a España como la libertad, con la democracia, y ahí queda el presente de un modesto peluquero comunista en el Museo de Buitrago, un museo a la amistad que reúne las obras que dan fe del afecto que el pintor malagueño y el peluquero se profesaron. "Enterré a Picasso con una capa española que me mandó mi madre, le velé yo solo y le llevé a Vauvenargues, donde le sepultamos".
En Eugenio, tuve la suerte de conocer a un hombre sencillo, cabal e intenso como su vida, llena de generosidad y haciendo gala de que el rencor no conduce a nada y que la igualdad entre los seres humanos es una de las más bellas metas por las que combatir. Su hijo Pierre me pidió hace días dos banderas republicanas para cubrir su cuerpo y su féretro. Ya están en Vallauris.
José María Fraguas es autor del documental Picasso: mi amigo en el exilio.
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