Ángel Cristo, domador sin suerte
Hijo de una dinastía circense, entró en la crónica rosa al casarse con Bárbara Rey
Ángel Cristo domó leones, tigres, elefantes. Pero, como un eterno niño grande, no supo cómo domar a la vida. A las 0.30 del lunes, 3 de mayo, falleció por un ataque cardiaco en el Hospital Universitario de Alcorcón (Madrid), según informaron sus hijos, Ángel y Sofía. Tenía 65 años.
Nació en Huelva el 17 de octubre de 1944, en una familia de artistas circenses. Su padre era el trapecista griego Christophol Papadópulos y su madre, la Pequeña Carolina, una afamada contorsionista española llamada Margarita Dordid, informa Efe. Con 22 años debutó como domador, pero quería más, y con 26 compró un pequeño circo, que transformó en el Circo Ruso, con 300 artistas, tres pistas, y los números de animales protagonizados por él.
Se casó en 1980 con la actriz y vedette Bárbara Rey. De su mano entró en el mundo del corazón y la fama. Tras su ruptura en 1988, ambos pasearon sus desavenencias por revistas y platós. Toda una exhibición de acusaciones mutuas. Maltratos, infidelidades, drogas. Los hijos también entraron y salieron de las trifulcas, aunque casi siempre se alinearon con su madre.
Tuvo varios accidentes con sus fieras, heridas que le marcaron quizás menos que los zarpazos que le dio la vida y que no supo o no pudo afrontar. De todas formas, en varias ocasiones las abandonó, cuando su mala gestión llevaba sus empresas circenses a la ruina y no tenía con qué alimentar a los animales. Aparecían en fincas o en safari-parks. La Comunidad de Madrid le retiró en 2000 la licencia para tener animales en propiedad. "¿Que si sueño con los leones?", dijo a EL PAÍS ese año, "Es como despertar sintiendo que te ha caído la torre Eiffel encima".
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