La Xunta adjudica 42 kilómetros de autovía por 745 millones
La consellería descarta la oferta que Vázquez pronosticó que sería seleccionada
La mesa de contratación de la Consellería de Infraestructuras seleccionó ayer la propuesta formulada por una unión temporal de cuatro constructoras gallegas para ejecutar y explotar el tramo Carballo-Berdoias de la autovía de la Costa da Morte. La Xunta gastará en la obra 745,27 millones de euros, 161 millones más que con el contrato adjudicado por el anterior Gobierno bipartito. Pero la Xunta de Feijóo consideró exagerado aquel importe de 584 millones de euros, rescindió el contrato y convocó un segundo concurso. No fue el último: una demanda judicial por una polémica penalización en la valoración de las ofertas provocó otra anulación y la convocatoria de este tercer concurso.
El coste de la obra, de 42 kilómetros, asciende a 745,27 millones de euros
La decisión de la mesa contradice las predicciones realizadas la semana pasada en el Parlamento por el líder del PSdeG, Pachi Vázquez, que pronosticó que la adjudicación sería para la otra empresa licitante, Iridium. Vázquez hizo esta afirmación después de que esta empresa del grupo Dragados retirase el contencioso contra la Xunta por la adjudicación del hospital de Vigo y de que su presidente almorzase con el de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. No ha sido así, e Iridium vuelve a quedarse a las puertas de construir la que será la principal actuación en infraestructuras de la legislatura.
No será este Gobierno, sino los seis siguientes, los que deberán afrontar el pago de los 745.272.265 euros que costará la autovía, sufragados a través de un canon que se comenzará a pagar cuando se entregue la obra y a lo largo de los 25 años que durará la concesión. A cambio de ese dinero, calculado a partir del tráfico estimado, el grupo liderado por Copasa, en unión con Obras y Servicios, Taboada y Ramos y Construcciones, Obras y Viales, financiará la ejecución y el mantenimiento de la autovía, de 42 kilómetros.
Los avatares de esta infraestructura han provocado que Iridium, empresa a la que la Xunta del PP descartó por una polémica penalización, compitiera por su construcción con una UTE en la que participa Taboada y Ramos, que formaba parte del grupo que recibió la adjudicación de la Xunta de Emilio Pérez Touriño y a la que Feijóo rescindió el contrato entre fuertes críticas. Según el presidente gallego, la UTE de Taboada y Ramos "no tenía la intención" de construir la autovía, mientras que el conselleiro de Infraestructuras, Agustín Hernández, la acusó de hacer "chantaje" a la Xunta. Ahora, Taboada y Ramos vuelve a hacerse con el contrato, a la espera de que el conselleiro confirme la propuesta de la mesa de adjudicación, gracias fundamentalmente a la aplicación de una baja del 5% en la propuesta económica.
La fuerte inversión a la que se compromete la Xunta para el próximo cuarto de siglo, mediante el modelo de colaboración público-privada, provocó en su día que el propio Feijóo admitiese sus dudas sobre la conveniencia de destinar en torno a 800 millones de euros a una autovía por la que circularán no más de 7.900 coches diarios, aunque apeló a su compromiso electoral para seguir adelante con el proyecto. Entre los beneficiarios del mismo se encuentra Ferroatlántica, del empresario Juan Miguel Villar Mir, que espera inaugurar este mismo verano un puerto de uso prácticamente exclusivo en Brens (Cee) pagado igualmente por la Xunta, que aporta 14 millones de euros a través de Portos de Galicia. La futura autovía es fundamental para las fábricas de Villar Mir, ya que comunicará Brens con Carballo, que a su vez enlaza con la autovía de A Coruña.
La Consellería de Infraestructuras prevé que la mesa de contratación realice su propuesta de adjudicación "a mediados de esta semana", y mantuvo su compromiso de iniciar las obras este mismo verano.
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