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Reportaje:

Redes, arquitectura marinera contra urbanismo salvaje

Los arquitectos gallegos distinguen este pueblo coruñés como ejemplo "de desarrollo sostenible"

En un rincón de la recortada costa gallega, semioculto en la ría de Ares y a salvo de especuladores y macropromociones urbanísticas, resiste el pueblo marinero de Redes. Pequeñas viviendas unifamiliares se elevan sobre el mar a pocos centímetros del borde litoral, sobre muros de contención que dejan ver las marcas de muchas mareas altas y bajas. La singularidad de esta pequeñísima villa marinera y su modelo de "arquitectura tradicional y sostenible" en pleno siglo XXI, le ha valido el reconocimiento del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG), que hoy le dedican el Día Mundial de la Arquitectura.

Con la marea llena, casi cualquier vecino de los 270 que hay censados en Redes, puede tocar la ría desde la ventana de su casa o embarcarse nada más cruzar el umbral de la puerta, como si de la Venecia gallega se tratase.

"Hay quien nos llama el Combarro del Norte o la Venecia gallega"
"Esto era mucho más bonito hace 40 años, es una pena que no se conservara"

Literalmente sobre el mar, se levanta este pequeño pueblo que debe su nombre y su historia a la pesca con red en la ría de Ares, en una zona de profundo calado que ahora rentabilizan los aficionados a la vela deportiva para fondear sus lujosos barcos de recreo. Yates y fuerabordas comparten la ensenada con chalanas, hórreos semiacuáticos y cabrias, grandes porterías de madera enterradas en la arena que hace décadas se empleaban para secar las redes de los pescadores. Una última cabria, clavada y erguida en la ría, parece reivindicar, en silencio la herencia más profundamente marinera de este pueblo aresano.

Precisamente, por haber sabido preservar sus valores tradicionales y explotar su potencial marítimo-turístico sin perder su identidad, los arquitectos gallegos han distinguido a Redes "como ejemplo de arquitectura sostenible" y le dedican hoy el Día Mundial de la Arquitectura. La delegación coruñesa del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia señala que "en consideración al esfuerzo realizado por sus vecinos para preservar sus valores urbanos y paisajísticos frente a las fuertes presiones urbanísticas que degradaron las costas gallegas", este enclave marinero se ha hecho merecedor del reconocimiento público e incluso televisivo, ya que Redes pronto será el escenario natural de una nueva serie de ficción para la televisión autonómica.

El presidente de la Asociación Instructiva de Caamouco, Ernesto López, cuenta que aunque oficialmente Redes pertenece al municipio de Ares, este puerto de la parroquia de San Vicente de Caamouco atesora su propia historia como concello independiente y quiere marcar las diferencias. "Hay quien nos llama el Combarro del Norte", dice López, "o la Venecia gallega", para añadir que Redes ya aparece en documentos del siglo XV.

Señala que aún conservan una gran iglesia del XVIII, poco frecuente en estas latitudes y ejemplo de que Redes fue en su día una villa próspera. La tierra fértil y la pesca abundante no impidieron que los jóvenes de Redes emigraran a finales del XIX y regresaran décadas después con el ánimo de construir una escuela de indianos por la que pasaron todos los pequeños de la zona. "Esto era mucho más bonito hace 40 años", dice Luis, un vecino de Redes, "es una pena que no se conservara como estaba a finales de los sesenta. La gente bajaba directamente por las escaleras de casa al agua. Había más vida".

Entonces, cuando en la ría todavía abundaban las cabrias, muchos jóvenes dejaron Redes. Cambiaron la pesca por el acero de los barcos. "A finales de los sesenta, casi todos nos fuimos a trabajar al naval. Más de la mitad de los jóvenes de Redes empezamos en compañías como Bazán y Astano", recuerda Julio Souto. "En esa época, los dos astilleros de la ría estaban en pleno apogeo y siempre había trabajo. Unos llevábamos a otros. Éramos un pueblo muy unido. Íbamos andando un buen trecho, andando en grupos de 50 o 60".

Los pocos vecinos que siguen en la villa aún recuerdan que, durante muchos años de dictadura, Redes, permaneció como un punto aislado en el mapa, casi escondido y muy mal comunicado. Sin tren ni carreteras, recorrían a pie los cinco kilómetros que separan Redes de Pontedeume. Este aislamiento ayudó a preservar la idiosincrasia del pueblo y su esencia marinera como un pequeño oasis frente a las nuevas construcciones que poblaron las localidades más cercanas.

Varias décadas después, una docena de casas nuevas, un club de tenis y otro marítimo no le restan personalidad a este puerto ribereño donde el tiempo parece detenerse al mismo ritmo que la marea sube y baja.

Delegados del colegio de arquitectos se desplazarán hoy hasta Redes para hacer efectivo el reconocimiento arquitectónico en un acto público en la plaza de la villa, al que asistirá el alcalde del municipio, Julio Iglesias.

Curiosamente, la localidad vecina de Ares, a pocos kilómetros al oeste de Redes, fue hasta hace una década otro pequeño puerto marinero de arquitectura singular hoy casi irreconocible bajo la sombra de gigantescas grúas, media docena de inmobiliarias, y macropromociones urbanísticas que ofertan apartamentos en primera línea de playa para una población de 5.400 habitantes.

A propósito de la distinción arquitectónica a Redes, el regidor aresano insistió esta semana en la necesidad de "preservar el litoral de las agresiones urbanísticas" y prometió ser muy estricto en el cumplimiento de la legalidad en un municipio que ha experimentado "un fuerte desarrollo urbanístico" en los últimos ocho años de mayoría del PP. El nuevo gobierno local de Ares, formado por PSdeG y BNG, ya ordenó precintar cinco inmuebles en construcción con más de 225 viviendas por presuntas irregularidades "heredadas". Redes y Ares son la cara y la cruz del desarrollo urbanístico del litoral gallego dentro de un mismo municipio y en el mismo tramo de costa.

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