La Iglesia obliga a cesar a un cura edil electo del PSOE

El sacerdote Antonio Fernández Blanco tiene que decidir en un par de días si renuncia a su acta de concejal electo del PSOE en el Ayuntamiento de A Gudiña o deja sus parroquias. El obispado de Ourense lo conmina a que abandone el escaño. Mientras no lo haga, le prohíbe ejercer el ministerio en las tres parroquias que tiene encomendadas en Piñor.

Fernández Blanco recibió ayer la noticia cuando celebraba su santo y el de una de sus feligresías con una comida vecinal. El sacerdote eludió hacer declaraciones, pero su compañero de corporación y cabeza de lista en A Gudiña, Miguel Ángel Rodríguez Alonso, aseguró a este periódico que el cura ya había sido alertado durante la campaña electoral por el Obispado para que renunciara a ir en la lista del PSOE, a lo que se negó.

Los socialistas atribuyen la decisión del obispado a las presiones del alcalde del municipio, el popular Guillermo Lago, quien hace unos días "encabezó una delegación al obispado para pedir que lo forzaran a renunciar al escaño" y a quien atribuyen también las presiones para que, en 2009, el joven cura fuera trasladado de A Gudiña, en donde tenía sus parroquias, a Piñor. Vecinos y compañeros de candidatura sostienen que Fernández "jamás mostró su ideología en el púlpito" aunque reconocen que sus métodos "no son los de los curas de toda la vida".