Esta sábana cura las llagas
El instituto Aitex y una empresa crean un tejido con propiedades curativas probado con éxito en pacientes del hospital General
No es una sábana santa pero tiene propiedades cicatrizantes, antibacterianas, y previene la aparición de llagas, un serio quebradero de cabeza para los enfermos y ancianos que pasan mucho tiempo acostados. La sábana (bajera) ha sido probada en 40 pacientes del hospital General de Valencia con resultado "satisfactorio", explicó Federico Palomar, responsable de la unidad de enfermería dermatológica, úlceras y heridas.
El secreto de la sábana, desarrollada por Aznar Textil y el instituto tecnológico Aitex, reside en la quitina, sustancia que se forma en el caparazón de ciertos crustáceos, en las membranas celulares de hongos y bacterias, y en algunos otros animales. La gran fuente de materia prima son los exoesqueletos de cangrejos y camarones, un subproducto de la industria alimentaria.
El secreto es la quitina, obtenida de cangrejos y camarones
EE UU probó la sustancia en hospitales de campaña
La quitina se utiliza en productos sanitarios, como adelgazante, y en agricultura (recubriendo las semillas para hacerlas más resistentes), cuenta Vicente Cambra, subdirector de Aitex. Y uno de sus derivados (el quitosán), tiene una estructura molecular muy parecida a la de la celulosa, la base estructural del algodón. "Obtuvimos fibra de quitina y comprobamos que ofrecía tacto, textura, transpirabilidad... Todo lo que debe tener un tejido", añade.
Antes de lanzarse a la producción, la empresa y Aitex efectuaron una búsqueda de aplicaciones similares en el mundo. Encontraron dos: la quitina se utilizaba para fabricar hilos quirúrgicos en EE UU (es fácilmente biodegradable); y el Ejército de ese mismo país la empleaba para recubrir las sábanas de los hospitales de campaña en la guerra de Afganistán. La diferencia con este último caso, indica Eduardo Aznar, es que al limitarse a impregnarla, la tela norteamericana perdía rápidamente su eficacia. La sábana de Textil Aznar, comercializada con el nombre Zazen, en cambio, está compuesta en un 30% de quitina y en un 70% de algodón y "puede lavarse a 30 grados, meterse en la secadora y plancharse sin perder ninguna de sus propiedades".
Al final de la presentación, que tuvo lugar en el hospital General, el subdirector de Aitex destacó el mérito de haber apostado por un producto que ha costado desarrollar dos años. "Eso en el mundo de la industria es mucho tiempo y es arriesgado, porque puede aparecer otro competidor y adelantarse".
El mérito es más notable si se tiene en cuenta que las empresas valencianas son de las que menos invierten en I+D en un país, España, que está más bien hacia el furgón de cola en la materia dentro de la UE. Suele decirse que es difícil hacer I+D desde los llamados sectores tradicionales. Textil Aznar, una empresa fundada hace 128 años, dedicada a tejidos de decoración y ropa de cama, que empezó con poco más que un almacén y una tienda, y que antes de la sábana de ayer había lanzado una con propiedades antiestrés y otra termoreguladora, está ahí para cuestionarlo.
La firma buscó otra empresa capaz de convertir en tejido la quitina. Le indicó de dónde importarla. Y le financió la maquinaria necesaria para el hilado. El producto resultante es 10 veces más caro que el de algodón, reconoció Eduardo Aznar, pero el precio final de venta al público no resulta desorbitado: 50 euros en el caso de una cama de 90 centímetros de ancho y 77 euros para las de metro y medio.
La empresa quiere venderlas a través de los canales tradicionales (tiendas), pero cuenta con que funcione en dos grandes mercados: el hospitalario (aseguran que 400 de los 1.200 centros españoles sondeados han pedido muestras para probarlas), y el geriátrico.
El buen resultado de las pruebas realizadas en el hospital General con recién nacidos que padecen epidermolisis ampollosa (una grave enfermedad de la piel, que provoca heridas al mínimo roce), a los que se envolvía casi totalmente con el tejido, abre la puerta a su aplicación en prendas de ropa.
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