La mitad de los jefes de pediatría de La Fe amenaza con dimitir
Los cirujanos dicen que la organización del nuevo hospital afecta a la calidad
Los jefes de cirugía pediátrica del hospital La Fe de Valencia (hay una veintena entre las áreas quirúrgica y médica) amenazan con dimitir en bloque si no se garantiza el control de los servicios por parte de los especialistas en atención pediátrica para garantizar la mejor asistencia a los menores. El director gerente del hospital, Melchor Hoyos, limitó el problema "puntual" a dos servicios y a enfrentamientos personales.
El jefe clínico de Oftalmología Infantil, Miguel Harto, transmitió ayer a este diario que la decisión se ha acordado junto a los responsables de cirugía Pediátrica, Maxilofacial y Plástica, Ortopedia, Otorrinolaringología, Anestesia, Urología y Neurocirugía. Todos ellos critican que el antiguo hospital infantil de Campanar "se ha difuminado" al haberse integrado en el macrohospital de Malilla tras el traslado, lo que se ha traducido en una "pérdida de calidad" en la atención. Por ello, han decidido renunciar a sus puestos si no ven "una señal de que esto va para adelante" y se respeta la filosofía de trabajo construida a lo largo de 40 años en el antiguo pabellón infantil, basada en la especialización en la atención al paciente pediátrico.
La dirección del centro limita el problema "puntual" a dos servicios
El problema estriba en la subordinación de los servicios infantiles a las jefaturas de servicio del hospital general. La jubilación de algunos de los profesionales pediátricos con más prestigio que ocupaban jefaturas de servicio o de sección del antiguo infantil se ha aprovechado para amortizar las plazas o integrarlas en el organigrama del hospital general. Es lo que ha sucedido o lo que está previsto que suceda con futuras bajas, según fuentes del hospital, en oncología, ortopedia pediátrica, urología o radiología -ya no hay un jefe en infantil y el puesto se ha reconvertido en una más de las nueve secciones que dependen de radiología general-.
Esta dependencia funcional implica que los servicios, una vez centralizados, puedan fichar (al margen de la opinión de la sección infantil) a especialistas pediátricos para llevárselos a otras áreas de atención a adultos y se destinen al infantil profesionales con poca o nula experiencia con niños. Es lo que ha sucedido, sostienen los jefes de área, en cirugía plástica.
La Asociación en Defensa del Hospital Infantil ya advirtió del riesgo de que los servicios pediátricos quedaran sometidos al control de las especialidades del hospital general. Y de los problemas que de ello se podían derivar, ya que, como recuerda la presidenta de la asociación, Isabel Zamora, no es lo mismo atender a un niño que a un adulto. Y no solo a nivel médico, sino también por parte del personal de enfermería, técnicos y demás personal. La asociación recuerda que hay dos coordinadores (quirúrgico y médico) destinados a organizar la atención pediátrica. Sin embargo, la opinión que prevalece en buena parte de los casos, señalan, es la de los jefes de servicio del general (y así los intereses de la atención a adultos), por encima de estos coordinadores.
En una reunión celebrada el viernes, la asociación repasó otro de los grandes problemas surgidos tras el traslado. La integración del infantil en el nuevo macroedificio se ha traducido en "deficiencias estructurales" y tiene cada vez más repercusiones funcionales. Las distancias son tan extensas que se tarda siete minutos y medio desde la entrada de urgencias hasta el servicio de intensivos.
Además, sigue sin solucionarse la confluencia de pacientes pediátricos y adultos. "Hace poco me comentaron que coincidió en hemodiálisis un adulto sin piernas y ciego con un niño, los padres estaban espantados", apunta Isabel Zamora, "esto pasa todos los días". El director gerente de La Fe, Melchor Hoyos, negó tajantemente que existan problemas que afecten a la calidad en la atención y que se vaya a perder el carácter pediátrico en la atención infantil. En una conversación con este diario señaló que hoy remitirá un escrito "para que todos los movimientos de personal sean pactados por parte entre los coordinadores de las áreas infantiles y los jefes de servicio; y si no hay acuerdo, intervendrá la dirección".
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