Un concurso hecho a medida para instalar contenedores en Alicante

Más que un pliego de condiciones para un concurso público semejaba el catálogo de una firma comercial. El pliego de condiciones para la adjudicación de 40 contenedores soterrados del Ayuntamiento de Alicante reproducía, en algunos aspectos, literalmente los catálogos publicitarios de la firma que, finalmente, y, a través de una subcontrata, suministró el material. El Ayuntamiento adjudicó el 1 de abril de 2009 el proyecto para 40 contenedores soterrados en distintos puntos de la ciudad a la constructora Becsa, SAU por un importe de 936.510,83 euros (IVA incluido). Ésta gestionó la compra del material con la mercantil Sedni, que a su vez los adquirió a Equinord. Las características de los contenedores que recoge el pliego son un calco del producto que oferta Sedni y por tanto Equinord. Todo hecho a medida.

El consistorio asegura que no se redujo la libre concurrencia

La copia llega al extremo de que el proyecto de ejecución indica que el número de contenedores soterrados en funcionamiento ronda los 11.000 (a 31 de diciembre de 2006), cuando Alicante apenas tenía una veintena de unidades, o menciona, en las características destacadas que es el "único equipo en el mercado que usa códigos propios de comunicaciones, haciendo el sistema totalmente inviolable a falsas maniobras y a aperturas por personal no autorizado".

La Concejalía de Atención Urbana que dirige Andrés Llorens, del PP, reconoce el error, que atribuye a una falta de celo de los técnicos, pero asegura que no vulneró el principio de libre concurrencia en la adjudicación.Con la segunda fase del Plan E, el Ayuntamiento piensa instalar otros 100 contenedores soterrados. Eso sí: "Borraremos del pliego de condiciones esos errores", esgrime Llorens.

El consistorio reconoce que el proyecto de ejecución del concurso del anterior Plan E recoge las características de los contenedores soterrados que ofertan las mercantiles que finalmente han suministrado el material. "Básicamente era un corta y pega", admitió ayer el edil Llorens. "En un 90%-95% es un corta y pega", abundó el jefe de servicio del área, Víctor López.

A la convocatoria se presentaron dos constructoras: Becsa SAU planteó el servicio por 807.336,92 euros sin IVA, que suponía una baja respecto al precio de licitación del 2,45%. La segunda llegó de la mano de Dipsa, con un presupuesto de 751.054,97 euros, lo que suponía una baja del 9,25%. La mesa de contratación optó por Becsa, que compró el material a la firma Sedni, en cuyo departamento comercial trabaja José Felipe Llorens Fuster, hermano del concejal.

Atención Urbana defiende, pese al error, que las condiciones para optar al concurso se recogen de forma más general y sin dirigismo en el apartado del expediente del pliego del presupuesto, que es el que asegura que se usa de referencia para las presentar las ofertas. También defiende que el Ayuntamiento no adjudicó directamente la instalación al fabricante sino a una constructora, por lo que desconocía el suministrador final. Tanto el jefe del servicio como el concejal van más allá y subrayan que ante determinados proyectos y para homogeneizar mobiliario urbano las corporaciones pueden acotar al máximo las características del prototipo que desean, prácticamente hasta el punto de calcar el modelo de una firma aunque sin citar el nombre comercial.

Asumido el "error", el concejal Andrés Llorens subrayó que apuesta por el sistema de contenedores soterrados. Una postura que siete meses antes de la adjudicación de los 40 contenedores había rechazado por cara. En un informe de esta concejalía al Síndic de Greuges por una queja vecinal, textualmente el departamento aseguraba: "A mayor abundamiento, diríamos que el contenedor soterrado no es ninguna panacea", subraya el informe fechado el 22 de septiembre de 2008. Ayer, Llorens justificó el cambio de opinión: "El informe estaba hecho sobre la posibilidad de instalar contenedores en el casco antiguo. Era otra situación. Luego llega el Plan E con sus fondos".