La Universitat prevé la muerte de miles de delfines a causa de un virus
Una epidemia se cierne sobre los delfines listados del Mediterráneo. Al menos así lo prevén los científicos del Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva de la Universitat de València que creen probable una mortandad similar a la registrada en 1990, cuando miles de cetáceos fueron víctimas de un virus. Los investigadores descartan cualquier riesgo de contagio a humanos y barajan la hipótesis de que se trate de un fenómeno de "regulación natural", según indicó Juan Antonio Raga, coordinador del grupo de Zoología Marina. Se estima que sólo en aguas valencianas habitan alrededor de 25.000 ejemplares de la especie.
El Institut participa junto a la Consejería de Medio Ambiente y L'Oceanogràfic en un protocolo de emergencia para la recogida de cadáveres de cetáceos varados en la costa. Cada día desde hace aproximadamente un mes, se detecta en las playas uno o dos delfines. Un número "muy superior" al que ha venido siendo normal en los últimos años. Habitantes de aguas profundas, de natural esquivos, los cetáceos aparecen en la costa, se dejan tocar y mueren al poco tiempo por el virus, que afecta al sistema nervioso y al respiratorio, comentó Raga.
Los científicos y la Administración se reunieron ayer para perfeccionar el protocolo de recogida: lo importante en estos casos es que el animal sea trasladado rápidamente al laboratorio para que la necropsia se realice con el cadáver lo más fresco posible. La Generalitat informó de que algunos de los cadáveres han sido enviados por la Universitat al Instituto de Salud Animal de Reino Unido, que cuenta con una larga tradición en la detección de enfermedades virales en cetáceos. Las pruebas confirmaron la presencia de un morbilivirus en tres ejemplares recogidos en Oliva Elche y Alicante. Ayer mismo fue recogido otro ejemplar en las playas de Dénia.
Alerta en el Mediterráneo
La consejería transmitió la información al Ministerio de Medio Ambiente para que activase la red estatal de control de cetáceos varados. En las costas andaluzas ya ha sido hallado algún cadáver, aseguró Raga. En Cataluña, todavía no, pero lo más probable es que comiencen a aparecer en las próximas semanas. Hace 17 años, cuando se produjo la anterior gran epidemia, los primeros casos también fueron detectados en las playas valencianas y luego fueron extendiéndose por el Mediterráneo.
El virus no plantea peligro para los seres humanos, pero la acumulación de delfines en estado de descomposición en las costas sí implicaría riesgos de salud pública, y eso es lo que se pretende evitar con el protocolo. La recogida tiene también una vertiente científica: conocer las enfermedades de los cetáceos y estar preparados ante una posible mutación del morbilivirus.
Los delfines listados habían recuperado su población anterior a la epidemia de 1990 una década después.
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