Sanidad alerta del consumo de una droga a través del ojo

Una nueva forma de consumo de drogas a través de la vía ocular -que consiste en colocarse en el lagrimal un pequeño cartón impregnado de LSD- provoca efectos alucinógenos en 15 o 20 minutos, y tiene graves consecuencias para la salud. Según explicó ayer Julia Aguilar, técnico de la Fundación para el Estudio, Prevención y Asistencia a las Drogodependencias (FEPAD), este nuevo patrón de consumo ha sido detectado en "dos conocidas discotecas de la provincia de Valencia" y "no se tiene constancia de que se lleve a cabo en otros lugares de España".

Aguilar, además, explicó que determinadas sustancias ya conocidas, como el tripi, se están comenzando a consumir por vía conjuntival con el objetivo de "potenciar sus efectos", y posteriormente se ingiere por vía oral.

Los usuarios de esta nueva forma de consumo de drogas, según Aguilar, tienen edades superiores a los 25 años y han sido usuarios de la llamada "ruta del bakalao", por lo que ya son consumidores de otro tipo de drogas y buscan nuevas sustancias.

Aguilar ha señalado que, aunque en los últimos años el consumo de LSD había descendido, en el año que ahora termina ha tenido un repunte debido, quizás, a los "efectos psicodélicos que tiene esta sustancia, fácil de conseguir". Y advierte del riesgo que conlleva esta forma de consumir drogas tanto por los posibles daños oculares, como por los efectos que puede tener en el sistema nervioso central.

"El LSD es una sustancia que conlleva riesgo porque es un alucinógeno y cambia la percepción en la persona que lo consume, pierde el control sobre sí misma y puede llegar a creer que puede volar, porque se cree Superman", señala Aguilar.

Además, su consumo por vía ocular hace que el efecto sea "más rápido y potente", y mientras en el consumo oral de tripis o LSD el efecto llega en torno a los 40 minutos, cuando es por vía ocular, debido a una más rápida absorción y su cercanía al cerebro, el efecto se nota a los 15 o 20 minutos.

Estas nuevas tendencias de consumo de drogas han sido detectadas a través de la campaña Quioscos de Salud 2009, que lleva a cabo en zonas de ocio y fiestas municipales la Consejería de Sanidad y la FEPAD, en colaboración con la ONG Controla Club.