"Nos han dado cuando mejor estábamos"

"La sociedad civil ha de despertar, y si no despertamos merecemos todo lo que tenemos", ha asegurado esta semana Romà de la Calle, de 67 años, catedrático de Estética de la Universitat de València y presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, que dimitió el lunes pasado como director del Muvim después de que el PP censurase unas fotografías. Una hora después de presentar su dimisión contaba a EL PAÍS lo sucedido.

Pregunta. ¿El instigador fue el diputado provincial de Economía Máximo Caturla?

Respuesta. Nunca antes había venido al museo y fue él quien, enervado, pedía explicaciones de por qué estaban aquellas fotos allí. Le expliqué que era un convenio que venía de la época de Esteban González Pons, que nunca había habido ningún problema, que siempre les había pedido (a los fotoperiodistas) prudencia y equilibrio. Y es cierto que la habían tenido. Si se ven las fotos de otros años son mucho más duras y críticas.

P. ¿Quién dio la orden de censurar?

R. A mí me llama por teléfono el diputado de Cultura, Salvador Enguix, diciendo que deben retirarse varias fotos de la exposición.

P. Al principio la Diputación dijo que la dirección del museo estaba de acuerdo.

R. Meterme a mí en el saco, a santo de qué. Jamás hubiera tomado esa decisión, por prudencia, por tolerancia y porque era peor el remedio que la enfermedad.

P. ¿En algún momento pensó que podría haber marcha atrás?

R. Yo tenía la esperanza de que si subía el diputado y veía cómo quedaban los huecos... Allí se podía ver la palabra censura a través de las imágenes... pero no subió. Estuvo aquí sentado en el despacho pero no se atrevió a subir.

P. ¿Y vislumbró cómo acabaría todo?

R. Ha sido armarla sin necesidad alguna. Es de una gran torpeza y falta de prudencia. Es querer apagar una colilla con un torpedo. Queriendo negar la realidad se enfatiza más.

P. ¿El Muvim estaba en un buen momento?

R. Nos han dado cuando mejor estábamos. El Muvim va a morir de buena salud. Cuando una cosa funciona no a todos les agrada. A pesar de las menguas económicas, nadie de fuera notaría las restricciones en el Muvim. Con una buena dosis de imaginación, está a un nivel internacional de coherencia y seriedad inconmensurable. Muchas veces he tenido que explicar en qué podía consistir un museo inmaterial y me las veía y me las deseaba para poder poner ejemplos. Resulta que hemos construido uno de los mejores ejemplos. El próximo fin de semana voy a las Islas Baleares a explicar el modelo.

P. ¿Teme alguna represalia para su equipo?

R. No quiero pensarlo, aunque lo temo, porque sería de nuevo otra imprudencia, otra temeridad, otra falta de tolerancia.