Fallece García Antón de un infarto
Llegó a la Generalitat desde Benidorm y fue un férreo defensor de los trasvasesEl Consell decreta un día de luto y tres de suspensión de actos oficiales
José Ramón García Antón falleció ayer en su casa de Sant Vicent del Raspeig. Se le paró el corazón. Tenía 61 años. Era consejero de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda desde 2007. Pero desde 1995 desempeñó distintas responsabilidades en el Gobierno valenciano. Fue un férreo defensor de los trasvases, logró que Benidorm alcanzara un consumo responsable y ejemplar del agua, y pasó su peor momento personal y político con el accidente del metro de Valencia ocurrido el 3 de julio de 2006, en el que murieron 41 pasajeros y otros 47 resultaron heridos. No sólo no dimitió sino que las víctimas y sus familias sintieron que arropó y salvó a los gestores del transporte. Dedicó 14 años de su vida a la Administración autonómica. Suya es buena parte de la red de carreteras de la Comunidad Valenciana. Suyo es el tren Tram de Alicante. Él firmó el plan anti-riadas también de Alicante.
García Antón era ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de Madrid. En 1972 se incorporó como profesor a la Universidad Politécnica de Valencia, al área de Ingeniería Hidráulica. Y en la docencia se mantuvo hasta 1995. La compaginó con otras responsabilidades, fundamentalmente con la de ser el ingeniero jefe del Ayuntamiento de Benidorm. Allí conoció a Eduardo Zaplana, que fue alcalde de la población. Y que fue quien le hizo dar el salto a la política en 1995. Desde entonces ocupó distintas responsabilidades ligadas a las infraestructuras, pero sobre todo a la que fue su preocupación: el agua.Nunca desmayó en su empeño en reclamar el trasvase del Ebro para la Comunidad Valenciana. Estuvo, en los momentos más duros de enfrentamiento político sobre la gestión hídrica, del lado más reivindicativo del PP, del agua para todos. Le parecía "lo menos malo", dijo más de una vez. Quería extender el modelo sostenible que implantó en Benidorm. Peleó por el agua, pero no quería conflictos por ella. Limpió el cauce del río Segura y fue capaz de sentarse a hablar con sus adversarios sobre la gestión de los recursos hidráulicos, como lo hizo para alcanzar un acuerdo sobre el trazado del AVE.
García Antón dejó la gerencia de la empresa pública de la Diputación de Alicante, Proaguas Costablanca, SA, para incorporarse al primer Gobierno autonómico de Zaplana. Lo hizo como director general y subsecretario de Obras Públicas de la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes. Tres años después, el 17 de marzo de 1998, fue nombrado Consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes, sustituyendo a Luis Fernando Cartagena.
En su segunda legislatura, Zaplana volvió a contar con él. El 22 de julio de 1999 fue nombrado nuevamente consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transporte. De 2003 a 2007 ocupó la Consejería de Infraestructuras y Transporte. Y el 29 de junio de 2007, con el último Gobierno formado por Francisco Camps, se hizo cargo de la Consejería de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda.
Su último acto político, vinculado al agua, como no podía ser de otra manera, lo realizó ayer: visitó el tramo 6 de las obras del post-trasvase Júcar-Vinalopó en Aspe. Y fue allí donde insistió en el que ha sido su mensaje: distribución del riego, de los caudales, aguas de calidad, abastecimiento garantizado y consumo responsable.
Después de la visita, García Antón se desplazó hasta su domicilio, en Sant Vicent del Raspeig, donde comió; luego se sentó en un sillón a descansar y falleció. El consejero sufría de hipertensión y tenía algunos problemas renales. En la última romería de la Santa Faz tuvo un leve desvanecimiento. "Achaques de la edad", dijo hace escasas semanas en una comida. García Antón se recuperó de una enfermedad que sufrió hace dos años. Dieta severa, paseos, ni un exceso y algo de ejercicio. Y se sentía contento de sus cambios de hábitos, y del resultado. Ayer, un infarto le paró el corazón.
Tenía cinco hijos y siete nietos. Estaba casado con Luisa Pastor, alcaldesa de Sant Vicent del Raspeig. Ella fue siempre la de más marcado perfil político. Antes que él se vinculó a la tarea de gobierno desde el Ayuntamiento de la localidad. Con ella diseñó un reconocido modelo urbanístico de sostenibilidad en la ciudad. La familia de García Antón recibía ayer en el tanatorio al vicepresidente Juan Cotino a las 21.00 y de él recibían las primeras condolencias del Gobierno valenciano. Después llegó Gerardo Camps. El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, que pasaba sus vacaciones con su familia en el norte de España, habló varias veces con la viuda y trataba de llegar ayer mismo a Sant Vicent del Raspeig. La Generalitat decretó ayer un día de luto oficial, en el que ondearán a media asta las banderas, y tres días de suspensión de los actos oficiales.
Las especulaciones sobre una inmediata remodelación del Consell tras el fallecimiento de García Antón fueron ayer constantes. Lo más probable, sin embargo, es que ésta se produzca a finales de mes, después de la celebración del gran premio de fórmula 1 previsto para el próximo domingo 21.
José Ramón García Antón será enterrado esta tarde. A las 20.00 se celebrará el funeral en la iglesia de Sant Vicent.
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