Cultura para combatir la censura

Romà de la Calle, que dimitió el lunes como director del Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (Muvim) tras la censura por la Diputación de Valencia, en manos Alfonso Rus, del PP, de una exposición que contenía fotos que ilustraban el caso Gürtel, recibió todo el calor del a veces frío mundo de la cultura. Más de 500 personas se concentraron ayer a mediodía en un acto de apoyo convocado apenas 24 horas antes para mostrarle su respaldo al catedrático de Estética de la Universitat de València y presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos. Entre gritos de "Rus, dimisión" y de "Cultura, sin censura", De la Calle clamó a favor de la libertad de expresión. Tras días de desasosiego aseguró que ahora tiene muchas fuerzas: "Voy a dormir muy tranquilo todos los días de mi vida". Además, consideró que este "ataque a la libertad de expresión merece un nombre: el de caso Caturla", en referencia al diputado provincial de Economía y Hacienda, Máximo Caturla, al que atribuye la retirada de las fotos de la muestra y del que dijo que por esta acción quedará relacionado con el caso Gürtel.

Rodeado de gente con lágrimas en los ojos echó mano de su formación para clamar en latín "Sapere aude", en referencia al dogma de Kant. Y lo tradujo: "Hay que atreverse a saber". "Quieren justificar que se ha quitado la parte de la política, porque una cosa es la cultura, dicen, y otra la política, ¡hasta dónde hemos llegado!", se quejó el ex director: "La política es el aire de la cultura y la cultura es la base de la política". Canal 9 no informó del acto.

La aparición de De la Calle obligó a aplazar la lectura del comunicado previsto por la Asociación Valenciana de Críticos de Arte (AVCA), convocante del acto, en el que se pidió respeto a la cultura.El presidente de AVCA, José Luis Pérez Pont, reclamó que se "abra un concurso público para cubrir la dirección" conforme al código "de buenas prácticas".

Mientras, el Consell Valencià de Cultura (CVC) lamentó ayer en un comunicado la censura de las fotos, "dado que es un atentado contra la libertad de expresión y muestra, en consecuencia, un retroceso en el desarrollo y difusión de la cultura", según declaró Santiago Grisolía, presidente del organismo consultivo dependiente de la Generalitat. Y añadió que "cualquier acto de censura debe ser erradicado, independientemente del mensaje y color político".

Por el contrario, el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, fue más lejos que su homólogo en Valencia, al anunciar en Onda Cero Castellón: "Yo lo que habría hecho es cesar [sic] al director del museo después de la exposición". Fabra explicó que él no hubiera descolgado las fotos pero que a De la Calle había que destituirle por falta de "sensibilidad": "Cultura y política están unidos, pero no política que tenga un sentido negativo para una formación concreta". Sus declaraciones contrastan con las de Esteban González Pons, que calificó a De la Calle de "extraordinario profesional" y respaldó la exposición. Por otra parte, los fotógrafos de Valencia plantaron a la alcaldesa de Valencia,

Rita Barberá, en la comida que ofrece en Fallas a los periodistas. Barberá se mostró dolida.

Mientras, en la Diputación, el Grupo Socialista pidió la comparencia de De la Calle en la Comisión de Cultura, y el PP la rechazó. Según el portavoz socialista, Rafael Rubio, el diputado de Cultura, Salvador Enguix, se ratificó en su decisión al decir: "Ciertas imágenes podían herir la sensibilidad de las personas, a mí personalmente me ocurrió eso". Y el Consell pidió a Miguel Bosé que rectifique su comparación de Cuba con la Comunidad Valenciana.

Desde la Unió de Periodistes, Joaquim Clemente, que asistió a la concentración, anunció que la exposición se reinaugurará mañana (12.00) en la sala Tomás March de Valencia (C/ Aparisi Guijarro, 7).