Camps: todo bien pese a Zapatero
El presidente no asume responsabilidad alguna - El portavoz socialista deja caer una piedra como señal de que no cejará en la denuncia de la corrupción
El presidente del Consell, Francisco Camps, utilizó ayer el último debate de política general antes de las elecciones autonómicas para presentar una imagen idílica de la Comunidad Valenciana. Para ello ignoró la grave crisis institucional que atraviesa la Generalitat y responsabilizó de todos los problemas al Gobierno de España, que preside el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
Camps, que es el primer presidente de la Generalitat que acude imputado por la justicia a un debate de política general en las Cortes Valencianas, se presentó como un político preocupado por el paro y por la crisis económica. "Para mí lo más importante son los parados y los que peor lo están pasando. Pienso en compañeros míos de colegio que no tienen trabajo...", dijo en un momento de su discurso. Sin embargo, sus propuestas de gobierno para atajar el paro se limitaron a prometer más eficacia en las actuales políticas de empleo del Consell y a anunciar una serie de iniciativas menores, como crear una Agencia Valenciana del Emprendedor, aprobar un Plan de Formación Profesional para el Empleo o impulsar la formación en idiomas en el ámbito laboral.
Los socialistas proponen pactar soluciones a la crisis económica
Luego, Camps se comprometió a pedir más dinero al Gobierno central para los parados valencianos y a reclamar la transferencia a Zapatero de las bonificaciones a la contratación que ha conseguido el Partido Nacionalista Vasco para Euskadi en la negociación de los presupuestos del Estado. Por último, el jefe del Consell ofreció la medida definitiva contra el paro: "Es fundamental un cambio de Gobierno para crear empleo como ya ocurrió cuando ganó el PP en España".
A partir de ese diagnóstico sobre el paro y la crisis económica, el presidente de la Generalitat desgranó durante más de una hora y media una visión almibarada de su gestión y sus efectos sobre el territorio valenciano en materia de infraestructuras, sanidad, educación, políticas hídricas. Una visión que contrapuso con "una proyección simulada" de lo que hubiese pasado si los socialistas hubiesen seguido gobernando y cuyo resultado hubiese sido "una catástrofe". Y como colofón anunció un decálogo de "compromisos", que concretó en nuevos planes sectoriales plurianuales y en la renovación de los votos para exigir mejor financiación al Gobierno central y no subir los impuestos.
El jefe del Consell se encontró, sin embargo, con una piedra en el zapato. Uno de esos "agoreros" que insisten en frenar el desarrollo de los valencianos, en palabras de Camps. El portavoz socialista, Ángel Luna, gestionó sus 40 minutos de réplica y contrarréplica con contundencia y los remató con teatralidad, al dejar caer un guijarro frente a Camps como muestra de que él y el PSPV no dejarán de pedir transparencia y explicaciones frente a la corrupción. ["El que esté libre de pecado que tire la primera piedra" había dicho días antes el presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, imputado en el caso Brugal]
"Esto no funciona y cada vez está peor. Usted habla como si no tuviese nada que ver con el paro, ¿por qué prometió entonces el pleno empleo en su programa electoral?, dijo Luna, que le recordó a Camps que el paro valenciano supera la media española desde hace dos años. Luego, Luna se dedicó a desmontar a base de telegramas la prosa del jefe del Consell. "El resultado de su política de grandes eventos es Terra Mítica, donde han puesto a los trabajadores en la calle". "Los dependientes han tenido un verano de terror sin saber qué iba a pasar con ellos". "En educación se ha distinguido por el caos y el autoritarismo". "¿Cuántos brugales hay en el plan integral de residuos?". "Su única seña de identidad es el anticatalanismo". Y así un martillazo, tras otro.
Luna solo coincidió con Camps en criticar el sistema de financiación autonómica. "No aceptamos una financiación que esté por debajo de la media española y le avanzo que presentaremos una propuesta de resolución en el sentido del informe elaborado por la comisión de expertos", dijo el socialista.
Cuando el presidente de la Generalitat en su réplica a Luna hizo un brindis al sol para pedir la unidad de todos en la defensa de los intereses valencianos, el portavoz socialista le tomó la mano y le emplazó a consensuar soluciones a los problemas económicos. Pero no hubo respuesta de Camps.El debate rozó su momento de mayor tensión cuando Luna responsabilizó al jefe del Consell del "deterioro de las instituciones públicas" y le acusó de no dar la cara para dar explicaciones de su gestión "como si no tuviera ninguna explicación". Y en ese punto final, Luna sacó la piedra y la dejó caer en el hemiciclo. El gesto descompuso a los populares, fundamentalmente porque la teatralidad del gesto se llevaba por delante los del presidente de la Generalitat. Camps, que no pudo subir la apuesta, optó por la pose de estadista: "Cuando alguien renuncia a la palabra y al acercamiento al adversario político se define como incapaz de representar a nadie".
Fue el colofón de la sesión matinal, que había tenido su primer clímax tras la lectura de la intervención inicial del presidente, con Camps, en pose torera, brindando su discurso a los diputados del PP. Un clímax que ahora se veía eclipsado por un guijarro de río, que el consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, recogió y volvió a dejar en su sitio tras las recriminaciones de sus compañeros de Consell de que lo dejase estar. Recomendación que fue agradecida por los periodistas gráficos, que nunca pensaron que inmortalizarían una piedra de tan pequeño calibre, y por el diputado socialista Manuel Mata que se hizo con ella con fines publicitarios para su campaña de primarias a la alcaldía de Valencia.
Exigencias al Gobierno
Por la tarde, el portavoz del grupo Compromís, Enric Morera, pidió "regenerar la democracia" y reclamó un nuevo modelo económico. Las quejas de Morera sobre la barrera electoral del 5% para entrar en las Cortes Valencianas fueron replicadas sorprendente por Camps. El presidente de la Generalitat propuso, "a partir de cuando sea posible legalmente", que los diputados autonómicos "sean elegidos por circunscripción uninominal". Es decir, que en cada circunscripción salga elegido el diputado más votado.
Por su parte, la portavoz de Esquerra Unida, Marga Sanz, aseguró que si la huelga general fuese contra el Consell de Camps, sería "indefinida".
Al finalizar el debate, los distintos grupos presentaron sus propuestas de resolución, que se debatirán hoy. Las 74 del PP exigen al Consell que reclame al Gobierno central de José Luis Rodríguez Zapatero más dinero en distintos capítulos, la competencia sobre los chiringuitos y dan cobertura a las promesas de Camps.
Los principales planes del jefe del Consell
- Terminar las obras de los hospitales de Llíria y Gandia; de 52 centros educativos y de los juzgados de Vila-real, Paterna, Alcoi y Alicante.
- Presentar el IV Plan de infraestructuras culturales 2011-2017. Aprobar la Estrategia Territorial 2010-2030. Presentar el Plan director de Seguridad de la Comunidad Valenciana. Firmar el plan Plan Plurianual de Financiación de Universidades 2010-2017. Presentar el Plan para la Modernización Integral de la Justicia 2011-2014.
- Fusionar la ley de Dependencia, de Renta Garantizada y otras prestaciones en una ley de Servicios Sociales. Aprobar una ley de Movilidad.
- Aprobar un Plan de concesiones por valor de 400 millones para que las empresas construyan y gestionen depuradoras a cambio de cobrar un canon por litro de agua depurada - Presentar un paquete de inversiones en infraestructuras de 2.400 millones de euros. Buscar financiación privada para un Plan Extraordinario de Inversiones de 2.000 millones 2011-2014
- Crear un fondo de cooperación municipal. Crear un Observatorio de Empleabilidad Universitaria. Crear la marca agroalimentaria "Valencia".
- Reforzar la oferta cultural con el Centro del Carmen de Valencia, el Palau de la Festa de Castellón y el Auditorio de Alicante.
- Implantación del segundo plan de austeridad en 2011 para reducir el gasto corriente un 10% en todas las consejerías; revisar los contratos de mantenimiento de sistemas informáticos, maquinaria, etc.; reducir las transferencias y las subvenciones; estudiar las vacantes y puestos que requiere la Administración y contener el gasto sanitario.
- No subir los impuestos y reclamar mejor financiación a Madrid.
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