Barberá llama a los ayuntamientos a rebelarse contra el Gobierno
La alcaldesa se niega a devolver al Estado los 100 millones que le adelantó
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, llamó ayer a la rebelión al resto de ayuntamientos españoles para que exijan al Gobierno que les exima de devolver los ingresos de más que han recibido del Estado por un erróneo cálculo presupuestario. Los Consistorios deben grandes cantidades de dinero "a causa de unos Presupuestos del Estado que se hincharon con la única finalidad de disfrazar la crisis", criticó Barberá. Solo Valencia está obligada a devolver al Estado 100 millones de euros.
El Ejecutivo central realiza a las haciendas locales anticipos a cuenta de su Participación en los Ingresos del Estado (PIE) en virtud de una previsión. Meses más tarde se liquida de acuerdo con la recaudación real. Barberá insistió ayer en que el Ejecutivo presupuestó mal y responsabilizó de la situación a la vicepresidenta Elena Salgado, a la que calificó como "la peor ministra de Economía que ha tenido este país". Le acusó de "mentir" en sede parlamentaria y de inflar los ingresos, "lo que ha abocado a muchos ayuntamientos a una situación dramática, hasta el punto de que algunos no pueden ni pagar las nóminas de sus funcionarios", se quejó. Barberá pedirá por escrito al Ejecutivo que la eximan de devolver esos 100 millones de euros e instó al resto de ayuntamientos españoles a imitarla.Pese a la dureza de sus críticas al Gobierno, Barberá agregó que la situación económica del Ayuntamiento de Valencia -uno de los más endeudados de España- está bajo control porque hace ya tres años que puso en marcha planes de austeridad. "Tenemos asegurado el pago de las nóminas y estamos al corriente de la Seguridad Social. El año pasado invertimos mucho. Por eso, si este no se puede invertir más, no se puede", apostilló. La regidora anunció nuevos planes de austeridad que se están concretando y de los que se informará en las próximas semanas.
La oposición anima a la regidora a exigir también lo que le debe la Generalitat
De las quejas de la Federación de Vecinos sobre la creciente suciedad en la capital, la alcaldesa aseguró que el presupuesto de las contratas de limpieza no se ha recortado: "Es el mismo que figura en el presupuesto". Si bien reconoció que ha dado orden de nuevo de apagar farolas. Ya tomó esta medida hace casi un año para luego retirarla.
La regidora de la tercera capital de España se felicitó por la reforma de la Constitución para limitar el déficit, una medida que, según dijo, ya introdujo el Gobierno de José María Aznar.
Curiosamente, uno de los grandes caballos de batalla de los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Valencia ha sido la confección de unas cuentas irreales año tras año, lo que ha disparado el monto de obligaciones de pago sin reconocer. En este sentido, ayer el concejal socialista Pedro Sánchez le aconsejó dos cosas: Que busque el consenso con el Gobierno español, en lugar del enfrentamiento, y que sea igual de reivindicativa con la Generalitat, institución que preside su partido, que con el Gobierno del PSOE. "Esta ocurrencia de la alcaldesa", comentó Sánchez en alusión a la propuesta de Barberá de que el Gobierno la exima de liquidarle 100 millones de euros, "responde a que no ha ahorrado nada en estos años y pretende ocultar la situación en la que ha dejado las arcas municipales".
Según el edil socialista, pese a los ataques de Barberá, el Gobierno intenta ayudar a los ayuntamientos -por ejemplo, con las líneas de crédito del ICO-, mientras la Generalitat no cumple con el Ayuntamiento. Según Sánchez, la Administración autonómica que preside Alberto Fabra, debe al Consistorio valenciano más de 18 millones de euros.
Al respecto, la alcaldesa informó de que ya se ha reunido con el consejero de Hacienda de la Generalitat y le ha entregado un informe con todo lo que le deben. A la pregunta de ¿qué le ha dicho el consejero? ¿le va a pagar?, Barberá replicó con cierta sorna: "Hombre, no me va a decir que no me va a pagar". Habrá que esperar para saber cómo acaba una reclamación que la regidora evita sacar a la luz.
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