“Si tuviera a Trump enfrente, le pediría que considere si Jesús aprobaría sus acciones”
Virginia Mata, texana, veterana del ejército y católica comprometida, votará por Kamala Harris por lo que representa para las minorías y sus cualificaciones
La vida de Virginia Mata (55 años, Texas) se puede dividir en etapas. La primera, una infancia difícil, marcada por la pobreza y el trabajo. La segunda, un largo servicio en las fuerzas armadas, distinguido a pesar de las zancadillas que tuvo que esquivar por ser mujer y latina. Y la tercera, ya retirada de la inteligencia militar, donde hizo su carrera, centrada en la comunidad. Está sacándose un doctorado en educación y liderazgo comunitario, y también es un miembro muy activo de su iglesia de San Antonio, donde enseña educación religiosa y acaba de lanzar un ministerio de salud mental, para apoyar a la congregación.
A lo largo de los años la política siempre estuvo lejos de su radar. Cuando todavía crecía, porque la realidad inmediata se imponía y la prioridad era ayudar a su familia a subsistir. Cuando estuvo en el ejército, porque la norma no escrita era no implicarse políticamente, por lo menos públicamente. Así que, por lo general, Matos se acostumbró a mirar para otro lado. Pero todo cambió en la pandemia, cuando comenzó a participar directamente en su comunidad, principalmente a través de la iglesia y luego a través de su investigación. Fue como un despertar. Resulta que debajo de la superficie se escondía una conciencia política y Matos ya no la disimula.
Pregunta. ¿Ha decidido su voto para el 5 de noviembre?
Respuesta. Sí, votaré por Kamala Harris.
P. ¿Cuál ha sido el mayor factor en su decisión?
R. Hay muchas cosas, pero en particular me gusta su sólida formación académica y que tenga mucha experiencia en el mundo real, como fiscal general, senadora y ahora como vicepresidenta. Así que definitivamente tiene las cualificaciones para el puesto. Y también en cuanto a su política. Siempre ha sido una defensora de la justicia penal y de intentar reformar un sistema roto. Y en cuanto a los derechos de inmigración, apoya a los beneficiarios de DACA y buscar una vía para la ciudadanía de los inmigrantes ilegales.
P. Si tuviera a Donald Trump enfrente, ¿qué le diría?
R. Lo que yo le diría es que pensara especialmente en el futuro de sus nietos. Y que reflexionara, si es capaz, sobre su legado, en cómo le recordará la historia y el impacto que ha tenido, no solo en Estados Unidos, sino en el mundo. Le pediría que considere si Jesús aprobaría sus acciones. Y que piense dónde quiere pasar el resto de su vida eterna.
P. ¿Y si fuera Harris quien tuviera enfrente?
R. Le diría que estoy orgullosa de que se presente a las elecciones porque sé que no es fácil, y mucho menos para una mujer de color. Hay mucho en juego. Es un sacrificio. Así que le agradezco su sacrificio. Al mismo tiempo, le recordaría que no se olvide de la gente que realmente necesita ayuda y que recuerde el bien común.
P. ¿Qué significa ser latina en Estados Unidos para usted?
R. Para mí, que vengo de una familia con escasos recursos, significa que tienes que esforzarte más. Que tienes que parecer mejor o esforzarte al máximo para parecer lo mejor posible, para parecer más estadounidense y más educado, más elocuente. Recuerdo ir a trabajar al campo en Ohio con mi madre cuando era niña. Conozco el trauma de la pobreza y el racismo; y el trauma se transmite. Y no podemos ignorarlo. Odio sonar tan negativa, pero es la realidad. Ha sido mi realidad. Antes de los 12 años casi me había ahogado dos veces en el arroyo, casi me había electrocutado con una lavadora al aire libre, había saltado de un coche en llamas cuando volvía de trabajar en Ohio. Y eso sin contar el hecho de que solo pesaba un kilo cuando nací. Así que cuando piensas en todo eso, no es normal, pero aun así lo hemos aceptado como algo normal. Y esa normalización ha hecho a los latinos y a las latinas invisibles para el resto de la sociedad.
P. La siguiente pregunta tiene que ver con el lenguaje, ¿prefiere el inglés o el español?
R. Yo prefiero el inglés, pero solo porque mi español no es muy bueno. Lo curioso es que crecimos hablando español, pero por alguna razón, al hacernos mayores, cambió al inglés. Y ni siquiera sé cómo porque mi mamá no habla inglés, lo cual es muy raro porque ella es cuarta generación.
P. ¿Ha sentido racismo?
R. Sí, por desgracia, me ha pasado. Por ejemplo, que me pasaran por alto para trabajos en los que estaba mucho más cualificada que los demás candidatos. Eso me pasó bastante. Siempre estuve mucho más cualificada porque era oficial de inteligencia militar, teniente comandante y tenía un máster desde hacía mucho tiempo. Y, sin embargo, alguien con una licenciatura sin ningún tipo de experiencia militar era contratado antes que yo.
P. ¿Qué le gusta de los Estados Unidos?
R. Nuestra democracia, porque la podemos mejorar, solo tenemos que educar a más personas. Se puede organizar a gente que tal vez no tiene o no ha encontrado su voz. Se puede exigirle cuentas a los oficiales electos. Todo eso es muy importante y es un proceso constante.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.