Germán Tarazona, el ingeniero colombiano detrás de las giras mundiales de Maluma: “El reto es llevar a un concierto la visión del artista”

No son muchas las personas que pueden presumir de haber sido imprescindibles en las giras de artistas como Maluma o J Balvin. Germán Tarazona, Colombiano nacido en Medellín y criado entre Bogotá y Barranquilla, es uno de ellos. Con la música siempre sonando durante su infancia, Tarazona encontró en la ingeniería de sonido su llamado y en los conciertos en vivo su ambiente predilecto, así fueran de punk, hardcore, pop o, finalmente, reguetón. Se describe como un ser metódico cuyo ritual más sagrado es pedirle serenidad y sabiduría a Dios cinco minutos antes del inicio de cada show y revisar que todo suene a la perfección, incluso si eso le demanda desinstalar todo y volver a encender las consolas cuando el tiempo apremia. En conversación con EL PAÍS, revela los secretos detrás de las grandes giras, montajes y shows mundiales de algunas de las principales figuras mundiales del reguetón.

Pregunta. ¿Cuál fue su primer trabajo importante en la industria musical y cómo logró esa oportunidad?

Respuesta. Todos los proyectos son importantes para mí, sin importar que el artista esté en una etapa inicial, media o profesional, porque los artistas siempre esperan lo mejor de nosotros. Pero los primeros proyectos en los que yo me vi expuesto fueron bandas locales de Bogotá, que eran de mis amigos de la universidad que también estudiaban ingeniería de sonido y que eran músicos. Estuvo 4x4, que era una banda de punk, también Raíz, que era una banda de hardcore, Zona Cero, que era una banda de hardcore también. Esas primeras bandas que empecé a mezclar en bares o en pequeños festivales de rock fueron abriendo la puerta a la primera grande, y con la que estuve casi 10 años, que fue Dr. Krápula.

P. ¿Y cómo llega a trabajar con Maluma?

R. Mientras colaboraba con Doctor Krápula, una banda bogotana ampliamente reconocida años atrás, también empecé colaboraciones con otros artistas destacados de la época como Bonka, San Alejo, Sebastián Yepes, Sin Ánimo de Lucro, Mauricio Palo de Agua, Don Tetto, entre otros. Posteriormente, surgió la oportunidad de trabajar con Cali y El Dandee, y fue entonces cuando recibí una llamada que marcaría un giro en mi carrera, pasando de lo local a un ámbito más internacional: Jarabe de Palo. Esta experiencia resultó ser una de las más extraordinarias para mí, ya que compartir gira con Pau Donés, el icónico cantante y compositor de La Flaca, a quien solía ver en la televisión durante mis años escolares, fue como un sueño hecho realidad.

Durante la gira con Jarabe de Palo, recibí una llamada de Fabio Acosta, quien anteriormente había sido manager de una de las bandas con las que colaboré, contándome que ahora estaba a cargo de la gestión de J Balvin junto a Rebeca León. Así que comencé a trabajar con J Balvin, participando en giras, incluyendo los primeros shows en la apertura o como opening act de Pitbull o Zion y Lenox. Después llegó la invitación de Maluma para unirme a su equipo. Comencé haciendo monitores y ahora estoy haciendo sala. Desde entonces, han pasado seis años y continúo trabajando con él actualmente.

P. ¿Cómo describiría su experiencia trabajando con artistas como ellos?

R. Ha sido increíble. Mucha gente tiende a pensar que son lo mismo y definitivamente no lo son. Son dos proyectos musicalmente muy diferentes, con retos técnicos increíbles. Son dos profesionales absolutos en lo que hacen. Disfruto mucho la experiencia de construir las giras junto a ellos y cómo ellos nos transmiten a nosotros los técnicos lo que quieren transmitir a la gente. Me siento muy privilegiado de estar con ellos. Son, como te digo, profesionales espectaculares, personas impecables en el trato hacia sus técnicos.

P. ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta al preparar el sonido para un concierto de reguetón de gran escala?

R. El mayor desafío que tenemos con estas giras de reguetón, digamos así, mainstream, es qué utilizar para que eso suene igual en vivo. Tenemos acceso realmente a compañías muy potentes. En este caso, la compañía donde yo trabajo, que se llama Clair Global, hace casi todas estas giras. Realmente el reto es llevar a un concierto, eso que ellos producen y eso que la gente consume en las plataformas de música. Es un trabajo entre el director musical, los productores del disco y en cabeza el artista con su production manager; ellos nos bajan la visión y tenemos que hacerlo técnicamente viable desde cada área, desde el audio, las luces, el vídeo, el back line, incluso los mismos músicos que el director musical dirige. En el caso de Maluma trabajo en cabeza de Miguel Márquez, que es un gran director musical. Con ellos nos enfocamos en cómo hacer la batería, el bajo, ver las secuencias que nos acompañan en eso para que sea el ADN correcto para la gira.

P. ¿Podría compartir algunos de los secretos técnicos detrás del montaje de un gran tour de reguetón?

R. Creo que el secreto más importante que puedo compartir es estudiar la música. Nosotros tocamos en lugares para 15.000, 20.000 personas en cada concierto, entonces obviamente esto es masivo. Pero creo que es ir a la música, no perder lo que el artista quiere transmitir, lo que él construyó en el estudio, eso tiene que sonar afuera; sumado a los arreglos musicales que se hacen, pero creo que es siempre pensar en lo simple, qué es lo más relevante de la canción, qué es lo que la gente tan pronto escucha se conecta con la canción, un sonido, un teclado, una guitarra o un coro. Nunca perder el norte de la música.

P. ¿Tiene algún ritual o rutina justamente antes de cada concierto?

R. Tengo un momento justo dentro del show donde siempre le pido a Dios que me ayude en todo, que me brinde serenidad, paz; como ese momento cero donde ya viene el concierto, es un momento de adrenalina máxima. Me gusta entrar en armonía conmigo mismo, pienso en lo que voy a hacer, leo el setlist, me acuerdo de lo que tengo que hacer. Es una cosa que pasa en segundos, esto es muy rápido, chequeo el micrófono del artista siempre, justo antes de salir, ese es mi último momento.

Si bien lo pruebo durante el line check, que es el momento donde todos los técnicos estamos, lo vuelvo a hacer probar justo antes de que lo agarren sus manos, porque todo puede fallar menos la voz del artista. No importa si nos quedamos sin luces, sin vídeo, de pronto va hasta sin parte de la banda y toca frenar, pero la voz de él siempre tiene que estar sonando, eso es una prioridad.

P. ¿Qué diferencias ha notado en los requerimientos de sonido entre diferentes artistas con los que ha trabajado?

R. Creo que la presión se maneja, desde mi perspectiva y experiencia, sabiendo que soy parte de un equipo, sabiendo que en 10 años nadie me va a recordar a mí como ingeniero, pero tal vez van a recordar lo que hice y trascender con mi equipo de trabajo. Considero que todos los equipos de trabajo con los que he compartido hacen un trabajo excepcional. He compartido con ingenieros increíbles en muchas áreas, en vídeo, en luces, en pyro, en automatización. A veces en la gira viajamos hasta 90 personas. Esto es increíble, pero creo que la presión se supera al saber que no soy solo yo trabajando, sino que somos un equipo de trabajo y que todos hacen lo mejor para ese momento.

Entonces yo estoy tranquilo porque el técnico que está conmigo hizo lo mejor para hacer el setting del PA; y estoy tranquilo porque el ingeniero de monitores hizo todo para que también la banda toque tranquila; y estoy tranquilo porque el RF hizo todo para que las frecuencias y los micrófonos inalámbricos funcionen bien; y estamos tranquilos porque el técnico que hace las secuencias tiene todo preparado y probado; y es así como todos estamos unos anclados a los otros, no hay ninguno más importante que ninguno. Eso es donde para mí como ingeniero y como profesional recae el éxito de mi equipo de trabajo.