“Si de fortuna y suerte se tratara yo tengo 130 años”
Michael Robinson siempre fue, entre los buenos, el mejor. Una personalidad única. Su legado, su sabiduría, su magnetismo y su catálogo de frases antológicas quedarán para siempre en la memoria del fútbol y de la televisión. El equipo en el que más años militó, Movistar+, le rinde el homenaje más emotivo en ‘Good, better, best’. Un documental para la historia firmado por sus compañeros de ‘Informe Robinson’. Y un puñado de testimonios de Michael que recordaremos para siempre
Todo fue culpa de Miss Baker. Para bien y para mal. Aquella profesora marcó al niño dentón, alegre, noble y trasto que llegó a triunfar en los dos campos a los que se dedicó en vida: el fútbol y la comunicación. En el primero pasó por ser el fichaje más caro de su época —750.000 libras, unos 850.000 euros, por un jugador de 21 años— cuando entró en el Manchester City en 1979. El segundo ámbito, sencillamente lo revolucionó ya en España, tras su retirada cuando formaba parte de Osasuna.
Existe un antes y un después en la manera de contar el deporte en los medios audiovisuales —radio y televisión— tras su paso ante las cámaras y los micrófonos. Temíamos esta temporada. Gerifaltes, profesionales y espectadores. No sólo por la pandemia. ¿Cómo aguantar un partido importante, crucial, sin que lo diseccione Robinson? La respuesta ya la tenemos: no es lo mismo. Falta un aliciente crucial. Su agudeza, su sentido común, su malabarismo lingüístico, su elegancia, su sentido del humor, el chiste bien traído e inesperado, su dominio del efecto sorpresa alejado de la verborrea, su complicidad sideral con la audiencia, aquella sonrisa que podías adivinar desde lo invisible. De todo eso se alimenta Good better, best, el último reportaje documental, el adiós que le han dedicado sus compañeros de Informe Robinson en Movistar+.
"Las vivencias son herramientas que van construyendo el templo. Tu iglesia, tu ser, está formado por tus vivencias, intentando primero ser humano"
"No iba a despedirme de esta vida hasta que hubiese dado absolutamente todo lo que yo tengo"
"Si de fortuna y suerte se tratara yo tengo 130 años”
"El honor de mi vida fue cuando alguien me permitió vestir la camiseta del Liverpool"
"Yo soy feliz gracias a España. No me acostumbro al placer y al honor de que en España me hayan permitido invadir sus vidas"
"No sabía que un lugar como Cádiz podía existir. No obedecía a ningún canon del siglo XXI. En Cádiz saben algo que no sabemos los demás"
"El Día Después' es el mayor disfrute que yo he tenido probablemente en mi vida. Tuvimos que ser diferentes"
"La enfermedad no afectó a mi día a día emocional. Me sentí tan bien tratado. Las muestras de cariño fueron oxígeno para mi”
“Good, better, best. You will never rest, until your good is better and your better is the best…”. Todos los días al entrar en clase con Miss Baker, los chicos encontraban ese moto en la pizarra. “Bueno, mejor, el mejor. No descansarás hasta que lo que es bueno sea mejor y lo que de ti sea mejor, lo mejor”. Un trauma. Y una increíble disciplina y gimnasia mental dirigida a la superación permanente. Aquello torturó e impulsó a partes iguales a Robinson hasta que murió el pasado 28 de abril en Madrid. Guardaba fotografías de aquella etapa de su vida. Chris, su esposa, no dejó de sentir como aquellas dos frases martilleaban su cabeza en los momentos de crisis, serenidad o euforia mientras Liam y Aimee, sus dos hijos, lo han integrado en sí mismos como una de las características que mejor definían a su padre.
Todos ellos esparcen sus cenizas por el mar en las imágenes del documental, el paisaje junto al que quiso pasar los últimos meses. Las cámaras de Movistar+ y el equipo ya huérfano de Informe Robinson lo han filmado. Michael descansa ya en paz, con la tarea cumplida, porque de entre los buenos fue, sin duda, el mejor.
Y eso demuestra el documental que se ha emitido el jueves 29 de octubre: una pieza emocionante, cargada de filosofía Robinson, de autenticidad. Con imágenes nunca antes vistas ni testimonios oídos donde se despliega la complejidad de un ser humano cargado de variantes, dudas, audacias, temores, curiosidades y una inmensa empatía con sus semejantes.
El equipo de Informe Robinson ha revuelto en sus cajones. Con permiso de su familia y la potencia de una última entrevista concedida por él muestran al niño hijo de un combatiente condecorado de la Segunda Guerra Mundial y una madre irlandesa con la que compartía el lenguaje de la música de su tierra allí donde creció, en Blackpool. También al joven que despuntaba como delantero y llegó a triunfar en la liga inglesa formando parte de equipos como el Manchester City, el Brighton y, como no, el Liverpool, el club de sus amores, jugando con los reds en Anfield, el estadio donde cumplió el sueño del niño que vibró en sus gradas y devolvió su gratitud haciéndolas vibrar a su vez con él. “Ganar con el Liverpool no tiene secretos. Lo que sí tiene secreto es que te fichen para jugar ahí”, comenta Robinson, reconocido este año como mejor presentador en los Premios Ondas.Lord Michael lo llamaban. No porque contagiara nobleza y perspicacia en el campo, sino porque sus curiosidades por la vida y por el esfuerzo de crecer (Good, better, best…) lo hacían distinto dentro del vestuario. En vez de tabloides, leía The Guardian. Más que ver fútbol dedicaba su tiempo libre a degustar el cricket, practicar el golf y romperse los sesos con el ajedrez. Con el Liverpool ganó la Copa de Europa. Un empate frente a la Roma resuelto con penaltis. “Más que alegría fue un alivio”, dice en el documental. A lo largo de su vida, un recuerdo agridulce. “Aquel partido no lo ganamos debidamente. Imponerse por penaltis no es vencer como se debe vencer”, confesaba en una de tantas sobremesas confesionales.
Pisar España le cambió la vida. No sólo por conquistar Pamplona tras librar a Osasuna del descenso con su llegada y auparlo en la clasificación. Dos temporadas aguantó. Con cuatro ligamentos destrozados dijo adiós al fútbol. Chris lo apoyó en la etapa más dramática pero le advirtió con la crudeza que merecen los momentos cruciales: ¿No querrás quedarte cojo de por vida? Le ayudó a relativizar y a forjar de nuevo su camino con la misma suerte.
Hicieron un breve paréntesis en Inglaterra pero pronto regresaron a España, ya con la idea de dedicarse a la televisión. Alfredo Relaño, director de deportes de Canal+, hizo el resto. Lo fichó con ojo de maestro. Ahí comenzó el cambio. La revolución. Con Robinson entre sus filas dieron un vuelco a la manera de retransmitir el espectáculo con la mirada puesta en la grada y programas como El Día Después, donde permaneció 16 años. “La etapa más feliz de mi vida”, aseguraba. Más tarde con Informe Robinson, hasta hoy, ofreció un plato de alta cocina audiovisual centrado en los deportes. Y junto a todo eso no dejó de acertar en su papel, junto a Carlos Martínez, con las retransmisiones semanales: “Siempre me sorprendió su capacidad de sobrevivir al éxito”, dice su compañero. Y fue inmenso y continuo en los más de 30 años que se dedicó a la comunicación. Pocos como él lo supieron calibrar cada vez que llegaban a una ciudad, por la calle.
Se enamoró de España y España de él. “Nunca podré agradecer sentirme tan bien tratado. Los españoles me concedieron siempre el beneficio de la duda”, decía. Fue rey mago en la cabalgata de reyes de Cádiz, ciudad de la que quedó fascinado e incluso llegó a inventarse venir de allí, como descendiente convencido de un oficial de la armada invencible… “Ha sido el inglés a quien más quieren los españoles”, comenta el periodista John Carlin. “Si volviéramos a nacer y nos dejaran elegir qué queremos ser, yo me pido Michael Robinson”, añade Jorge Valdano. ¿Y quién no?
– “Si de fortuna y suerte se tratara yo tengo 130 años”– Michael Robinson
"Lo hizo entre risas y lágrimas, pero lo hizo"
El director de 'Informe Robinson' cuenta en este texto cómo vivió la última entrevista a Michael Robinson
Luis Fermoso
"Está deseando hacerlo". Esas fueron las tres palabras que me quitaron el miedo. Me las dijo Chris, la mujer de Michael, diez minutos antes de verle bajar por las escaleras de su casa rumbo a una entrevista que los dos sabíamos lo que significaba. Era 15 de abril.
Solo había una cosa que me daba más miedo que hacer esa entrevista y era no hacerla. No quería incomodarle, hacerle daño o llevarle a lugares donde la emoción le doblara. Ahora sé que lo imperdonable habría sido que no se despidiera. Lo hizo entre risas y lágrimas, pero lo hizo. Una charla, un libro de estilo, de casi cuatro horas que el maravilloso equipo de Informe Robinson ha convertido en 'Good, Better, Best' el documental con el que sus chicos le decimos adiós para no olvidarle jamás.
Durante 20 años he buscado sus palabras para saber qué le había parecido cada nuevo reportaje. Lo que piensa del último Informe Robinson ya me lo dijo su mujer trece días antes de que muriera Michael.