Imágenes más precisas al servicio de la prevención del cáncer de mama
Las innovaciones técnicas en las mamografías consiguen mejorar los diagnósticos y anticiparse a una de las enfermedades que afecta a un mayor número de mujeres en todo el mundo.
En marzo de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) situaba al cáncer de mama por primera vez con una incidencia mayor que el de pulmón, con unos 2,3 millones de diagnósticos en todo el mundo en 2020, lo que supone un 11,7% del total de este tipo de enfermedades. En España, el Sistema Europeo de Información del Cáncer (ECIS) contabilizó el pasado año 34.088 nuevos casos, lo que le convierte en el tipo de tumores más frecuentes entre las mujeres, por delante del cáncer colorrectal, de útero, de pulmón y de ovario, con aproximadamente un 30% de los casos de cáncer dentro del sexo femenino.
Prevenir la aparición de posibles tumores en la mama es, por tanto, una prioridad sanitaria global, así como la generación de diagnósticos tempranos que puedan cambiar el rumbo de la enfermedad. Para ello, el gran aliado de la medicina ha sido históricamente la mamografía, una prueba que ha ido ganando con el tiempo en precisión de imagen, un aspecto fundamental para poder detectar un posible tumor. “La mamografía clásica se empezó a realizar a finales de la década de 1960”, explica el doctor Manuel Salvador, Director Médico y CEO de Imagine, Centro de Diagnóstico por la Imagen. “Antes se habían hecho intentos de hacer radiografías de mama, pero esto cambió radicalmente con Charles Gross, que diseño un aparato de Rayos X dedicado especialmente a la mama. Se empezó realizando con película sensible de fotografía, lo que supuso un adelanto espectacular”.
Como diagnóstico basado en la imagen, la mamografía ha ido avanzando de forma paralela a las innovaciones digitales, más aun teniendo en cuenta que la propia naturaleza esta parte del cuerpo dificulta en muchos casos la detección de tumores. “La mama está formada por tejido adiposo y glandular, que tienen densidades muy próximas, lo que hace que en este caso no sea como realizar una radiografía de un hueso o un pulmón”, aclara María Luisa Chapel, Jefe de servicio de radiofísica y protección radiológica del complejo hospitalario de Toledo. “Los radiólogos tienen que ser muy expertos en este tipo de imágenes para detectar posibles casos, y la tecnología y el equipo que se utiliza tiene que ser de muy alta calidad para obtener la mayor cantidad de información posible”.
Imagen digital
Las mismas innovaciones técnicas que se han aplicado a otras áreas relacionadas con la imagen, como la fotografía, han permitido también que los equipos de mamografía sean cada vez más avanzados y consigan un nivel de detalle cada vez mayor. “Actualmente hay tecnología que utiliza detectores digitales de panel plano”, apunta Chapel. “Cuando los Rayos X atraviesan la mama, los detectores transforman esa señal que reciben en una imagen, que es lo que ve el radiólogo para determinar si hay alguna estructura anormal en la mama”.
Esta tecnología, confirma Salvador, consigue “un detalle de imagen de micras”. “Es necesario este detalle sobre todo para detectar las microcalcificaciones. Desde hace años sabemos que el cáncer de mama en muchas ocasiones se inicia con la presencia de unas microcalcificaciones típicas de ese tumor. Eso es lo que detecta la mamografía, no lo consigue ni la ecografía ni la resonancia. Por eso la mamografía, a pesar de que se lleva utilizando durante más de 60 años, nunca ha sido sustituida por otras pruebas”.
De la misma forma, Chapel apunta a otro avance: “Se han ido introduciendo otros equipos que, aparte de obtener una imagen en dos dimensiones, realizan lo que se denomina tomosíntesis. Con este método se radia a la mama en distintas proyecciones angulares, y en base a esa información el software utiliza esas proyecciones para hacer una reconstrucción 3D de la misma”.
Otro tipo de tecnología que se utiliza también, en este caso para realizar diagnósticos concretos sobre tumores, es la mamografía por contraste. “Es una técnica bastante nueva porque hasta hace poco no hemos conseguido un aparato que pueda hacer una proyección en baja y alta energía y una sustracción de imagen en apenas segundos”, detalla Salvador. “Técnicamente es relativamente complejo, pero la mamografía para la paciente es normal, con la diferencia se inyecta un contraste dos minutos antes. Esta tecnología nos proporciona la captación de tejido, y nos da la posibilidad de detectar lesiones que no se ven morfológicamente. Ofrece una especificidad mayor que la mamografía habitual, y es mucho más confortable para el paciente que meterse en un tubo de resonancia magnética durante media hora”.
Tecnología para la salud de la mujer
Desde su creación, Fujifilm se ha especializado en la generación de tecnología capaz de realizar imágenes en alta calidad, aplicando al campo de la medicina sus innovaciones. Dentro de Fujifilm, su área de sistemas médicos incluye una amplia gama de soluciones para el sector sanitario, entre ellas la tecnología creada de manera específica para realizar pruebas mamográficas con bajas dosis de radiación que consigue imágenes nítidas y de alta resolución.
Otra de sus aportaciones es la instauración del primer sistema de mamografía por contraste en el sector privado de la mano del Centro de Diagnóstico Imagine, alternativa a la resonancia magnética que añade más precisión y mayor comodidad para la paciente. Además de detección de cáncer de mama, ahora la gama de productos de healthcare de Fujifilm incluye otras soluciones centradas en la salud de la mujer como ultrasonidos y ecógrafos ginecológicos avanzados que ayudan a la detección preprecoz de otras enfermedades.