¿Cómo formar profesionales?
Tanto a nivel pedagógico como educativo y de vida, el nivel bachillerato de nuestros hijos puede definirse en una palabra: cambios. Y qué mejor oportunidad para dar respuesta a las realidades del mundo que les rodea.
La última década ha sido testigo de los cambios y transformaciones más inesperados, venidos de un dinamismo tecnológico, geopolítico y cultural vertiginoso, lo cual sin duda alguna ha permeado también los ámbitos docentes, pedagógicos y escolares. Hoy la adquisición de conocimiento, lo interdisciplinar y las habilidades profesionales requeridas se encuentran cruzadas por una flexibilidad de espacio, tiempo y formas múltiples de abordar la realidad de tal forma, que aquello que antes formaba a nuestros profesionales, hoy se encuentra en una encrucijada y reformulación constante.
¿Cómo ayudar a formar mejores profesionales en el mundo contemporáneo? Es una incógnita a la que muchos profesionales docentes le han dado distintos planteamientos y que, en cierto modo, hoy encuentra su cauce desde las nuevas modalidades de enseñanza, sobre todo en niveles clave como lo puede ser el bachillerato.
Y es justamente en la preparatoria cuando el binomio maestro-alumno atraviesa por un momento de inflexión importante, generando un vínculo menos unidireccional y más cercano al asesoramiento y la mentoría. Y si bien la figura de respeto y resolución de dudas sigue siendo una constante, lo cierto es que su evolución educativa ha abandonado ya los atavíos de autoridad por un signo más amable, empático y funcional con lo esencial: formar individuos asertivos.
Otro de los aspectos de cambio que están sucediendo a nivel bachillerato es la perspectiva y la diversificación de las ofertas educativas, en donde puede trazarse incluso antes de la llegada a la universidad objetivos ligados a la formación técnica, el aprendizaje integral y equilibrado tanto en ciencias duras como humanidades, así como un enfoque plenamente internacional, pluricultural y multilingüe, fortalecido por una amplia gama de certificaciones técnicas.
De igual forma, hoy las nuevas metodologías de enseñanza permiten que desde la preparatoria, nuestros hijos tengan una transición de su adolescencia de forma plena y mucho más integrada, en donde sus pasiones, intereses y habilidades naturales encuentren un cauce mucho más fluido con el sentido de responsabilidad, la disciplina y los momentos de enfrentamiento con desafíos nuevos y mayores.
En cuanto al desarrollo del ámbito tecnológico aplicado, la aceleración y el perfeccionamiento han llegado de forma inusitada en años recientes. Hoy, la batería de herramientas digitales permiten no sólo una enseñanza mucho más complementaria e interdisciplinar, sino que también logran dotarla de una flexibilidad, seguridad y amplitud nunca antes experimentada.
Ante este contexto, el proceso de integración y asimilación ha llevado a las nuevas generaciones de nuestros alumnos, nativos digitales, a estar mucho más acoplados y entendidos con una oferta dinámica, actualizada y de calidad a la altura de las circunstancias y sus necesidades.