Cinco acciones antes de elegir un préstamo hipotecario
En la búsqueda que nos conducirá hacia nuestro hogar definitivo, la forma en la que logras financiar es clave. Dos conceptos clave para lograrlo: claridad y planeación
En el pasado, hace ya algunas décadas, conseguir financiamiento para una casa era un paso obligado de la vida adulta, el cual prácticamente nos elegía a nosotros y no al revés. Trabajos, sueldos y programas fijos proyectados en el largo plazo, mismos que además recaían sobre un solo miembro de la familia se traducían invariablemente en pocas opciones, casi todas homogéneas, complejas y limitadas. Hoy ese escenario es distinto.
Actualmente, tener acceso a una casa puede ir en función de diversos factores, todos ellos conectados con lo que somos y deseamos. Hoy, la idea de familia se ha expandido y diversificado, en donde cada una mantiene una dinámica particular y su situación financiera, así como sus objetivos y planes de vivienda pueden ser completamente diferentes entre sí. Y esto se refleja en todas y cada una de las etapas que nos llevan a encontrar la que será el hogar en donde crezcan nuestros hijos y se desarrolle nuestra familia.
Además de estar respaldado por una compañía sólida, segura y de experiencia comprobada, un crédito hipotecario tiene que estar diseñado y adaptado a nuestro favor, con un esquema de pagos que se acople a nuestro estilo de vida y sea solvente para el tipo de casa que queremos y podemos pagar.
Si ya tomaste la decisión de adquirir una propiedad y te encuentras en el proceso de elegir un crédito hipotecario, hay dos conceptos clave que te acercarán a la mejor opción: claridad y planeación. Entre más información disponible tengas y la puedas aterrizar de forma comprensible (requisitos, pasos, opciones), la elección y planeación con relación a un crédito hipotecario será mucho más sencillo. Antes de contratarlo, toma en cuenta lo siguiente.
1. Conoce los tipos de créditos que existen
Algo que es importante saber es que no existe una sola forma de pagar una casa y que ésta no tiene por qué poner en jaque tu economía. Antes de conseguir una fuerte suma de dinero con tasas muy altas o comisiones que no sabes muy bien por qué se te están cobrando, dedícale tiempo suficiente para conocer todas y cada una de las opciones crediticias que abundan en el mercado, así como sus condiciones y características. Te sorprenderás.
Un ejemplo. Rocket Mortgage®, una de las compañías hipotecarias más completas en Estados Unidos, pone al alcance un amplio abanico de soluciones para cada objetivo, situación y necesidades que se ajustan y personalizan a cada perfil, en función del tipo de casa que se desea, así como la capacidad de pago y el tipo de crédito más conveniente.
2. Ubica el más conveniente
Una vez que identificaste a detalle todos los tipos de créditos hipotecarios existentes, elige los que se adecúen más al monto que requieres y que en su esquema de pagos no te representen más del 30% de tus percepciones brutas mensuales.
Entre las buenas prácticas previo a su uso se encuentra el consultar dudas y detalles con un agente inmobiliario confiable y experto, la opción de unir esfuerzos financieros con tu pareja, y sobre todo ahorrar la mayor cantidad posible para hacer que el pago inicial reduzca los montos mensuales.
3. Evalúa diferentes escenarios posibles
Pregúntate cosas como “¿qué pasaría si dejo de pagar al inicio, a la mitad o previo al final del plazo estipulado?”, “¿y si cambio de trabajo?”, “¿puedo adelantar pagos?”, entre otros casos posibles para que tu asesor inmobiliario pueda brindarte opciones, planes y alternativas en caso de impago, eventualidades o escenarios no previstos. La buena elección es ante todo planeación y prevención.
4. Define plazos, tasas y condiciones
Aterriza claramente la cantidad solicitada, los pagos asociados fuera de ésta, así como los montos a pagar por trámites, comisiones o penalizaciones. Asimismo, verifica a detalle los plazos y condiciones estipuladas. Esta claridad de información es definitiva y hará todo más claro.
5. Calendariza pagos
Traza un calendario de pagos que puedas tener presente en varios lados (alarmas del teléfono, tu calendario virtual o impreso), para que no se quede fuera ninguna fecha. Así sabrás cuándo te toca pagar con antelación, evitando cargos por retraso u olvido, y te dará certeza sobre tu avance y la etapa de pago en la que te encuentras, lo cual detonará una administración más eficaz.