Sostenibilidad, cuestión de valores
El ADN sustentable parece ser una máxima entre las empresas y corporativos del mundo, pero, ¿qué implica realmente este cambio de visión en el largo plazo?
Se ha dicho al menos durante las últimas dos décadas, que ante la inminencia del cambio climático la disponibilidad de recursos naturales está en riesgo latente. Así mismo, el ámbito industrial y sus emisiones contaminantes van a un ritmo difícil de manejar. La hora del planeta es hoy y no puede esperar más, ante una inevitable ola de efectos aún más agudos por venir, escenario que apunta de forma inevitable líneas claras de acción y que involucran a todos los actores de la sociedad, especialmente al sector empresarial.
La necesidad de un compromiso en materia de sostenibilidad por parte de quienes lideran las dinámicas productivas es algo que no se puede ignorar, la cual apunta a que aquellos negocios, empresas y corporativos que no incorporen la visión verde a sus estrategias de negocio se encuentran próximos a su desaparición.
La productividad sostenible es hoy sinónimo de competencia y ganancias, pero pocos lo han asimilado y ejecutado desde la raíz, más allá de la imagen corporativa, toda vez que una empresa verde demanda un cambio de visión profundo e integral, además de medidas que en un inicio pudieran parecer contrarias al esquema de negocios, pero que en el largo plazo sean reales, medibles y de un espíritu transformador.
La sostenibilidad es una cuestión de valores, a los cuales los une un sentido de cambio en beneficio del ambiente, la sociedad y sobre todo el crecimiento de la compañía, algo que siempre es deseable, pero que muchas veces requiere algo más que separar la basura, usar menos las fuentes de hidrocarburos o emplear recursos naturales de manera mucho más consciente.
A un lustro de distancia del Acuerdo de París se espera que la consolidación de la llamada competitividad climática promueva la reducción de emisiones, a partir de bases científicas sólidas comprobables, al igual que las finanzas verdes en sectores vitales como la banca patrimonial y de negocios, quien ya lleva un tramo avanzado en años recientes.
Este es el año de la producción y el consumo responsable a todos niveles posibles, en donde las alianzas estratégicas y las inversiones verdes deberán consolidar una economía circular que termine por poner en marcha acciones en beneficio del planeta desde las empresas y negocios.
¿Cómo incorporar estos compromisos a las dinámicas financieras, de negocio e industriales? Algunas líneas claras destacan:
- Analizar y prevenir posibles escenarios adversos dentro de la agenda climática.
- Detectar áreas de oportunidad entre impacto ambiental y crecimiento empresarial.
- Identificar tendencias de sostenibilidad y su incorporación a los valores de la empresa.
La sostenibilidad empresarial, financiera y de negocios es hoy una cuestión de valores integrales en beneficio de quienes los ponen en acción, de sus clientes y beneficiarios directos e indirectos, comprendiendo todo un entramado que hoy involucra prácticas alrededor del llamado capitalismo regenerativo, la economía circular, las energías renovables, la movilidad y la comunicación sostenible, así como los derechos humanos, la paridad, la equidad y el cambio climático.