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“Claro que me arrepiento, cómo no voy a hacerlo”

La candidata de Podemos en Ávila, condenada hace 34 años por asesinato, pone a prueba de la forma más exigente la política de reinserción del sistema penitenciario español

Pilar Baeza, candidata de Podemos a la alcaldía de Ávila. En vídeo, Baeza denuncia que sufre un linchamiento.Vídeo: A. García
Manuel Jabois

El primer acto de esta historia ocurre en agosto de 1985. Pilar Baeza, 23 años, le cuenta a su novio, Manuel García, que un amigo de él, Manuel López, la violó. Los dos resuelven vengarse. García habla con otro amigo, Juan Carlos Torres, y se llevan a Manuel López de copas por la Gran Vía de Madrid y después a un descampado. Allí, tras una discusión, Manuel García abre el capó de su coche Chrysler y saca una escopeta que le dio Baeza. La víctima recibió cuatro disparos. Lo tiraron a un pozo. García fue a casa de su novia y le devolvió la escopeta: “Ya estás vengada”, dijo. Baeza, que trabajaba en la armería de sus padres en Leganés, devolvió el arma a su sitio. Los tres fueron condenados a 30 años de cárcel.

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El segundo acto de esta historia transcurre en febrero de 2019. Pilar Baeza, 56 años, es propietaria de un gimnasio. Pasó siete años en la prisión de Ávila, donde obtuvo beneficios y reducciones gracias a su buena conducta. Cuando salió de la cárcel, decidió quedarse en esa ciudad. “Vi las posibilidades de negocio que tenía en Madrid y las que tenía en Ávila, y preferí quedarme aquí”. Abrió un gimnasio nada más salir. Llevó una vida anónima mientras superaba plazos de reinserción hasta quedarse sin antecedentes penales. En 2012 perdió la herencia de sus padres en las preferentes, salió a la calle y abanderó esa protesta en su ciudad; le tentó la política, se presentó en una lista, Trato Ciudadano, que sacó tres concejales en 2015.

Baeza es una mujer reinsertada a ojos de la justicia, lo cual quiere decir que pagó su deuda con la sociedad por un delito de asesinato. Esa sociedad está preparada para que ejerza sus derechos y libertades montando un negocio y viviendo de él. ¿También para que la gobierne? Su caso conmociona porque supone explotar al máximo la reinserción; 34 años después de aquel verano de 1985 en que Manuel López murió asesinado, Pilar Baeza, condenada por el crimen, aspira a gobernar una ciudad española. Es la candidata en Ávila de Podemos.

Mercedes Gallizo fue directora general de Instituciones Penitenciarias: “Las penas de privación de libertad tendrán como finalidad la reinserción social. Lo dice la Constitución. Es decir, las penas se cumplen y nadie tiene derecho a reclamarle a esta mujer que cumpla otra. ¿Qué pena quieren que cumpla, quién se la dicta y en razón de qué? Eso me interesa, ¿exactamente qué tiene que hacer ahora?”. Los siete años de una pena de 30 que cumplió Baeza son prueba, para Gallizo, de que la condenada demostró arrepentimiento y tuvo un comportamiento extraordinario, por lo que el tribunal y el juez de vigilancia decidieron que estaba preparada para volver a la sociedad y ser una ciudadana más.

En ejercicio de ese derecho, Baeza empezó a meterse en grupos de trabajo de Podemos, partido al que se inscribió en cuanto nació: “Yo nunca he sido de izquierdas, ni de derechas; yo quiero justicia para la gente, que no se rían de nosotros”. La animaron para que participase en las primarias de Ávila. Lo hizo y ganó. ¿Conocía el partido su pasado? “No. Yo había intentado hablar con Pablo Fernández [secretario general de Podemos en Castilla y León] mucho antes, pero entonces no tenía el contacto que tengo ahora. Él lo sabe en el momento en que gano las primarias, o después de celebrarse. Yo le digo: ‘Tengo esto’. Y no incumplo el código ético, y la verdad es que no tenía la obligación de decirlo, pero lo hago. Me dijo que si estaba dispuesta a seguir, que adelante. Yo tengo la conciencia tranquila”.

Borrar el pasado

Pilar Baeza ha borrado el pasado de su vida. Tanto, que no termina de aclarar cuál es su pasado. A la pregunta de si se arrepiente, responde: “Claro que me arrepiento, cómo no me voy a arrepentir. Es que a veces la vida te trae cosas que ni las buscas, ni las mereces. ¡Te las trae! Es que tú sales ahora a la calle, pillas a un peatón y te ves en una situación, sea de esa índole o de otra”. Avanzada la charla, dice: “Yo de la sentencia ni me acuerdo. Yo la acepto. En realidad, no he llegado ni a saber el contenido. Yo creo en la justicia, pero la justicia también puede cometer errores”. ¿Qué quiere decir? “Yo acaté la sentencia y cumplí, con eso basta. Y no dedicaré un minuto de mi vida a esto. Eso está cumplido, zanjado, prescrito. Es volver a una situación que no puedo borrar, no puedo solucionarla, no me aporta nada. He salido a dar la cara. ¿Pero de qué sirve?”.

Su entonces novio, cuando los dos cumplían condena, quiso ponerse en contacto con ella, pero Baeza lo obvió: “Si me los cruzo por la calle, no sé quiénes son”. “Lo de la violación fue cierto, pero yo me comí el marrón y ella me dejó tirado”, dijo el viernes este exnovio a El Español, el medio que destapó el pasado de Pilar Baeza. “Yo esperaba estar con ella a la salida de la cárcel”.

Víctor López es hermano de Manuel López, la persona que murió. Esta semana ha estado en varios medios para anunciar que denunciará a Pablo Echenique, secretario de Organización de Podemos, por decir que su hermano “violó” a Baeza (la sentencia no demostró eso, ni el forcejeo que alegaron los condenados). La acusó de visitar la casa familiar cuando su hermano no aparecía —estuvo tres meses en el pozo— y actuar con frialdad fingiendo que no sabía nada. Y recordó un reportaje que hizo Baeza en Interviú, junto a su pareja, poco después de que apareciese el cadáver y antes de ser detenidos. En esa entrevista dijeron que Baeza fue violada a punta de pistola y se quedó embarazada, que su novio solo quería darle un susto a Manuel López con la escopeta, pero que fue provocado por este y disparó. Los dos lo contaron en exclusiva a la revista, como reveló Telecinco, y dos días después fue detenido junto a su novia y su cómplice.

“Cuánto me gustaría que ella me dijera que era mentira todo. Todos hablaban de mi hijo como el violador de Leganés”, dijo la madre de la víctima a Cuatro. “Yo no me siento culpable por haberme presentado. No soy culpable de ejercer mis derechos. Aquello pasó y para mí esa página está cerrada”, dice Baeza. Desde su detención no volvió a hablar con la familia de la víctima. “Me llaman calculadora. Y puede ser, porque he tenido que superar una situación como la que viví, eso puede que me convierta en calculadora. Dicen que estuve en su casa después... No me acuerdo, pero si ese señor lo dice puede ser verdad”.

Baeza pide opinión al periodista (“¿tú qué crees de todo esto?”), y el periodista, a su vez, ha preguntado a una docena de personas. Una respuesta generalizada es que la candidata de Podemos a la alcaldía de Ávila tiene tanto derecho a rehacer su vida como la familia de la víctima a recordar que la suya no podrá rehacerse nunca. Para mucha gente la pena de un asesino, siquiera socialmente, dura lo mismo que la ausencia del muerto. Pensar que en política algo así se puede obviar es ingenuo. Baeza se llamó “ingenua”, para hablar de sí misma a los 23 años. ¿Puede reinsertarse hasta tal punto alguien así en España? En teoría, sí. En la práctica, también. Y ahora se está poniendo a prueba la forma más exigente.

“Oye, tenemos que hablar, he visto cosas en Facebook”

“Tienes que saber que esto va a ser un desgaste personal muy grande”, le dijeron en el partido a Pilar Baeza cuando tomó la decisión de seguir adelante. “El sábado, cuando se supo la noticia, a la media hora estaba en todas partes”, dice. En la rueda de prensa que concedió tres días después, denunció ser víctima de chantajes que llevará a los tribunales, y de ser objetivo de una “mafia política” para descabalgarla de la candidatura. ¿Por qué querría nadie de la oposición sacar de en medio a una candidata que ha cumplido condena por asesinato? “No lo sé”, dice, “pero a mí me empieza a llamar gente que conozco, gente con confianza conmigo, que me dice: ‘Oye, tengo que hablar contigo, he visto cosas en Facebook. Para tomar un café’. Te llaman de manera amigable. Y te dicen: ‘Pilar, tienes que retirar la candidatura porque si no, hay una noticia sobre ti que se va a publicar. Tienes un negocio, una vida...’ ¿Y qué? ¿Pero cómo me puedes pedir que retire mi candidatura? Si tengo una vida y si he cumplido con todo, ¿no tengo los mismos derechos que tú? Pero no se quedan a gusto y empieza el bombardeo de mensajes y llamadas. Hasta que el sábado sale la noticia. El partido sabía que iba a salir, pero yo confiaba en que la gente se diese cuenta de que tenía la legitimidad gracias a la Constitución”. Dice que se queda con “la cantidad de gente que ha venido al gimnasio; gente nueva y gente habitual”. Pilar Baeza, que es motera, regresó hace unos días de una excursión y dio la vuelta al gimnasio por si había habido alguna pintada, y no. “En Facebook ya hay demasiadas”, dice.

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Sobre la firma

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario de Pontevedra. Ha trabajado en El Mundo y Onda Cero. Colabora a diario en la Cadena Ser. Su última novela es 'Mirafiori' (2023). En EL PAÍS firma reportajes, crónicas, entrevistas y columnas.

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