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Contenedores con alarma y otras técnicas de guerrilla para que Cádiz se luzca

Durante seis meses, una agencia publicitaria ha jugado con “la sorpresa y la nocturnidad” para sensibilizar sobre la gestión de residuos

Jesús A. Cañas

Una enorme pila de papeleras “caídas en acto de servicio”; salones de muebles abandonados montados en mitad de la calle o cartas misteriosas dirigidas a comerciantes abnegados. En los últimos seis meses, los gaditanos ya se habían acostumbrado a despertarse con estas insólitas y anónimas acciones callejeras. Una de las últimas llegó a finales de noviembre en forma de vídeo viral. Grabado con cámara oculta, aparecían personas tirando la basura fuera del horario permitido y que eran descubiertas por alarmas instaladas en los contenedores. De nuevo, la intriga cundió e incluso hubo quien atribuyó al alcalde, José María González Kichi, la instalación de estos dispositivos en todos los bidones de la ciudad.

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Pero ni el Ayuntamiento estaba detrás de tanto sobresalto ni los contenedores tenían alarma, ni las acciones estaban orquestadas por un grupo anónimo de artistas callejeros que firmaban sus acciones con un escueto ‘Movimiento CSL’. Tras las siglas ha resultado estar el eslogan “Cádiz se luce” y tras tanta sorpresa una original campaña publicitaria de concienciación sobre limpieza y gestión de residuos, inédita en la ciudad y que culminó en la primera semana de diciembre. “Ha sido una campaña subversiva y de guerrilla. Cádiz necesitaba algo distinto que fuese capaz de chocar a la gente”, reconoce Iván Cano, uno de los responsables de la agencia de publicidad gaditana El gato maquinista.

Esta nueva empresa ha sido la artífice de tanto desvelo en la ciudad a través de un encargo de la compañía concesionaria del servicio de limpieza, Sufi-Cointer. El punto álgido de su iniciativa llegó, precisamente, cerca del final de la misma, con su vídeo ‘Cámara Oculta en Contenedores de Basura’. En la cuenta de Youtube de ‘Movimiento CSL’, la pieza de 3,11 minutos recuerda que la basura orgánica se debe tirar en Cádiz de 21.00 a 23.00, “pero no todas las personas lo hacen así”.

“Hemos colocado alarmas en los contenedores grises que suenan cuando tiras la basura a deshoras”, advierten en los créditos. A continuación, se muestra la reacción de ciudadanos —con la cara pixelada— cuando son cazados in fraganti por el sonido de la fuerte sirena con su bolsa a punto de tirarla al contenedor. Algunos se sobresaltan y se marchan con la basura, otros la tiran, pero hay quien incluso se atreve a apagarla o, directamente, intenta robar la alarma. “Era nuestra acción de los contenedores chivatos. Nos encontramos con gente de todo tipo. Lo grabamos todo en un solo día y con dos alarmas fabricadas por artesanos”, detalla Cano.

Chanclas gigantes embardunadas de excrementos incluidas en la campaña.
Chanclas gigantes embardunadas de excrementos incluidas en la campaña.

Sin embargo, sus acciones callejeras comenzaron a aparecer por Cádiz hace ya seis meses. “Antes del verano, Sufi-Cointer llamó a The Pilot Dog (la empresa que integra a El gato maquinista o a Calvichis, famosa ya en la ciudad por sus divertidos dibujos y diseños) para pedirnos una campaña de publicidad. En la reunión advertimos que querían algo arriesgado. Al final ha acabado siendo incluso más de lo que esperábamos”, bromea el gaditano. De hecho, los cuatro responsables de la compañía (integrada por publicistas, diseñadores y periodistas) buscaron que cada acción “fuese noticiable por sí misma”, añade Cano.

Y así fue. En su primer movimiento, se les ocurrió atar unas cartas en las barajas de algunos comerciantes de Cádiz. Daban las gracias por mantener limpia su parcela de acera y les advertían “de que iban a pasar cosas”. Viralidad garantizada. En los siguientes días, las redes sociales y algunos medios locales empezaron a llenarse de dudas en torno a qué era el Movimiento CSL. A esa acción le siguió la mañana en la que, en la plaza de San Juan de Dios (donde está ubicado el Ayuntamiento), apareció una montaña de papeleras con un irónico mensaje: “En homenaje a las papeleras caídas en acto de servicio por orines y vandalismo”.

“Esperábamos unas dos semanas entre acción y acción para que no se perdiera el interés. Todo lo teníamos que hacer por la noche, con nocturnidad y alevosía”, rememora Cano. Así fue también como colocaron hasta seis enormes chanclas que recreaban haber pisado heces de perro con el texto: “Qué suerte, ¿eh?”. O cuando se dedicaron a pintar cientos de papeleras de la ciudad con una cara triste y el mensaje “no me hagas daño”.

Muebles viejos para concienciar sobre la gestión de trastos domésticos.
Muebles viejos para concienciar sobre la gestión de trastos domésticos.

“No abandones a tus enseres queridos”, fue la frase con la que acompañaron su acción en la que montaron salones con muebles viejos en medio de plazas. Con tantos motivos, la comidilla ya estaba en la calle y hubo quien no tardó en echar la culpa de las acciones al regidor de la ciudad. “La gente lo politizó rápido cuando era una acción totalmente privada”, reconoce Cano. Mientras, tanto el Consistorio (al tanto de las acciones y colaborador en las mismas) y los propios publicistas guardaron el secreto, como rememora el gaditano: “Una de las compañeras es periodista y trabaja en medios. Tenía que escribir sobre lo que iba pasando y, a la vez, mantener la cara a los compañeros. Hemos tenido que mentir hasta a nuestra familia”.

A primeros de diciembre, el misterio quedó desvelado en un acto en el que se puso, de momento, el punto y seguido a la campaña Cadiz se luce. Todo formaba parte de una acción en la que han participado más de 50 personas. Buscaba presentar un nuevo eslogan, imagen corporativa y, ante todo, concienciar sobre la importancia de la limpieza y la gestión adecuada de residuos. “No tengo constancia de que en Cádiz se haya hecho antes una campaña así”, apostilla el creador. Ahora, en El gato maquinista esperan poder seguir, en un futuro, dando continuidad a sus acciones. “El feedback ha sido muy bueno porque eran acciones en positivo. La gente está de acuerdo con el mensaje. Aunque es evidente que no es así, parece como si todos recicláramos o nadie cometiese actos de vandalismo”, remacha Cano entre risas.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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