Toneladas de ‘farlopa’, hoteles de lujo y billetes de 500
La policía interviene 3.000 kilos de coca en Galicia, la mayor incautación en tierra desde 1999 Los agentes arrestan a doce personas y desarticulan dos organizaciones internacionales
Dos holandeses aterrizaron a finales de 2015 en Santiago de Compostela para alojarse en uno de los mejores hoteles de la ciudad, cerca de la plaza del Obradoiro, y dispuestos a derrochar el dinero sin pudor. Los billetes de 500 euros volaban de sus manos mientras esperaban la señal que diera el sentido definitivo a su visita a Galicia. Aguardaban esa cita que confirmara la operación: la venta de 3.000 kilos de cocaína a una organización de narcos británicos que operaba en España. Un acuerdo entre bandas que se cerró hace solo un mes, a principios de diciembre. Pero que se frustró apenas unos días después, durante una persecución de los GEO por una carretera cercana a Vigo. El Cuerpo Nacional de Policía (CNP) puso fin el 14 de diciembre a este entramado internacional y se incautó la mayor cantidad de cocaína en tierra en la región desde 1999.
"Los agentes han detenido a media docena de personas", ha anunciado este martes el director general del CNP, Ignacio Cosido. "Estamos hablando de dos organizaciones muy importantes. Pocas tienen hoy en día la capacidad de adquirir y transportar esa cantidad de estupefaciente", añaden fuentes policiales. Los investigadores han arrestado a los dos holandeses —"los propietarios y proveedores de la droga", según esas mismas fuentes—; a dos españoles, dedicados al traslado de la mercancía dentro de la Península; y a ocho británicos, encargados de la compra y posterior distribución de la cocaína. "Esta tenía como destino final Reino Unido y otros países de Europa, como Holanda", destacan los mandos del CNP.
España era solo la base de operaciones. Los narcos holandeses introdujeron la cocaína en el país a través de Galicia, procedente de Sudamérica. "Sospechamos que utilizaron una embarcación nodriza y planeadoras para desembarcarla", apuntan fuentes policiales. Una vez en tierra, la alojaron en una nave industrial de Pontevedra a la espera de cerrar el trato con los británicos, que estaban asentados en la Costa del Sol. "Miembros de la organización viajaron a Galicia para hacer un pago de 500.000 euros para recibir los 3.000 kilos de droga", explican fuentes de la inglesa National Crime Agency (NCA), que añaden cómo observaron que unos días después un grupo volvía a "por los 300 kilos iniciales".
Comenzó, entonces, el traslado de la mercancía hacia el sur. Y se abría la oportunidad para la policía. Los detenidos utilizaron una furgoneta, conducida por los dos españoles, para llevar la droga hasta la provincia de Málaga, donde preveían guardarla en pisos durante unas semanas. "Tras los atentados en París, Francia había reforzado la vigilancia de sus fronteras. Por eso, esperaban que se relajaran estos controles para poder transportar la cocaína en carretera hasta el centro de Europa", subrayan fuentes del CNP. Pero, antes de ello, los investigadores dieron el golpe definitivo a ambas organizaciones. Y ocurrió en una carretera cercana a Vigo. A toda velocidad.
Aumentan las incautaciones de heroína, coca y éxtasis
El director general del CNP, Ignacio Cosidó, ha presentado este martes los datos provisionales del balance de la lucha contra el narcotráfico de la policía. Según las cifras que ha facilitado el máximo responsable del Cuerpo, la incautación de heroína se ha incrementado un 40% en 2015 respecto a 2014 y ha alcanzado los 224 kilos. La aprehensión de cocaína y éxtasis también se ha elevado, hasta los 22.894 kilos (+43%) y las 771.000 dosis (+64%), respectivamente. La intervención de marihuana también ha crecido: un 145%, hasta los 6.400 kilos.
La cantidad de hachís intervenido por el CNP ha descendido un 23% en 2015, respecto a 2014. "Pero se mantiene por encima de las 100 toneladas", ha apostillado Cosidó, que ha recordado que también se ha incautado a las organizaciones casi 13 millones de euros en efectivo y más de 1.000 vehículos.
Los agentes seguían el 14 de diciembre una furgoneta Renault, que había salido de un polígono industrial de Pontevedra con 700 kilos de la cocaína vendida a bordo. "Emprendieron la marcha [hacia Málaga] junto con un turismo que hacía las labores de vigilancia", relata el Cuerpo Nacional de Policía. Aunque, cuando aún no habían salido de la comunidad autónoma, los GEO decidieron intervenir. Interceptaron a ambos vehículos, que intentaron huir. El coche se empotró contra el vehículo de los agentes. "Pero no tuvieron éxito", concluye el CNP, que detuvieron a los ocupantes de ambos automóviles. Esposados y sentados en el bordillo de la carretera, observaron cómo se procedía al registro de la furgoneta.
"Los fardos de cocaína, de unos 30 kilos cada uno, estaban escondidos en un doble fondo perfectamente camuflado en la parte trasera de los asientes del conductor", recalcan los investigadores, que hallaron el resto de la mercancía en la nave de Pontevedra. En ese mismo momento, otro grupo de agentes detenía en Santiago de Compostela a los dos holandeses y en Málaga a ocho ingleses. Intervinieron 1,2 millones de euros en efectivo y una pistola Parabellum de nueve milímetros.
Cosidó ha calificado esta investigación, que arrancó hace siete meses, como una operación "modélica" en términos de cooperación policial. En las pesquisas han participado efectivos de la DEA estadounidense, de la NCA británica y enlaces de la policía colombiana. Aún se mantienen pesquisas abiertas: los agentes siguen la pista a la rama sudamericana, al método utilizado para el blanqueo de capitales y al apoyo español utilizado por las organizaciones para introducir y mover la mercancía. Los investigadores siguen tirando del hilo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.