Los inmigrantes aseguran que la policía marroquí actúa violentamente en los arrestos masivos cerca de la frontera de Melilla, y que la violencia se ha recrudecido en los últimos meses.SAMUEL SÁNCHEZLos inmigrantes reclaman una mayor asistencia sanitaria. Piden analgésicos y más atención. Algunos apenas pueden caminar.SAMUEL SÁNCHEZMédicos Sin Fronteras atendió en julio a "156 heridos por agresiones violentas" en la zona de Oujda (Marruecos), cerca de la frontera con Argelia.SAMUEL SÁNCHEZ"En los hospitales rechazan darles certificados médicos y sus quejas no se registran", denuncia la ONG marroquí Gadem sobre la situación.SAMUEL SÁNCHEZ"¿Son periodistas?", pregunta el gambiano Ibrahim. "Vean con sus propios ojos lo que pasa aquí. Nosotros solo buscamos una vida mejor".Samuel SánchezMédicos Sin Fronteras es la única ONG que presta asistencia sanitaria en la zona de OujdaSAMUEL SÁNCHEZEn la zona hay también mafias dedicadas al tráfico de seres humanos y a la explotación sexual de las mujeres. Algunos inmigrantes temen enseñar a los periodistas el campamento de los inmigrantes por posibles represalias.SAMUEL SÁNCHEZLos inmigrantes subsaharianos afirman que en Marruecos no pueden denunciar y que no tienen derecho a un abogado.SAMUEL SÁNCHEZAlhaji es senegalés. Dice que perdió media pierna mientras escapaba de los agentes marroquíes. Vive a la intemperie en los patios de la Universidad de Oujda: "Fue un accidente, pero ahora estoy aquí, sin poder caminar, durmiendo sobre esta cancha de baloncesto. No puedo llegar a España ni puedo volver a mi país. ¿Qué hago?"SAMUEL SÁNCHEZLos inmigrantes subsaharianos viven en los montes cercanos a Oujda o en el campus de la Universidad, donde duermen en las canchas de baloncesto y se lavan como pueden dentro de tiendas de campaña improvisadas con telas sucias y raídas.SAMUEL SÁNCHEZEn las expulsiones masivas, Marruecos lleva a la frontera con Argelia a los inmigrantes y les dice que comiencen a caminar hacia el desierto.SAMUEL SÁNCHEZTras ser detenidos en los alrededores de Melilla, los inmigrantes subsaharianos son conducidos en grandes autobuses hacia la frontera con Argelia.Samuel SánchezCuando consiguen dinero, los inmigrantes regresan de nuevo a la frontera de Melilla. Muchos de ellos viven escondidos en el monte Gurugú.SAMUEL SÁNCHEZDuermen a la intemperie mientras esperan la mejor oportunidad para saltar la valla.SAMUEL SÁNCHEZUno de los pocos momentos tranquilos, cuando creen que no llegarán los agentes marroquíes, es la cena en mitad del monte.SAMUEL SÁNCHEZDurante el día, los inmigrantes piden comida o recogen lo que pueden de las basuras de los mercados.SAMUEL SÁNCHEZLos inmigrantes en el Gurugú se reparten las tareas, la única forma de funcionar. Unos se encargan de conseguir agua, otros comida... por la noche lo reparten todo en el gueto.SAMUEL SÁNCHEZLa valla de Melilla, donde esperan escondidos un millar de subsaharianos para cruzar de Marruecos a España.SAMUEL SÁNCHEZEl objetivo está cerca, Melilla, pero es muy complicado conseguirlo. A pesar de ello, los inmigrantes insisten en que tienen derecho a aspirar a una vida mejor.SAMUEL SÁNCHEZ
