La presidenta de la continuidad con cambios
Algunos de los logros que enfatizó Sheinbaum en realidad corresponden a resultados del Gobierno anterior

Este lunes la doctora Claudia Sheinbaum, presidenta de México, rindió su primer informe de Gobierno. Este informe corresponde a sus primeros once meses de gestión, ya que tomó posesión el 1 de octubre de 2024. Se trató de un mensaje sobrio, lleno de cifras, sin anuncios grandilocuentes ni excesos retóricos. En general, la presidenta hizo un recuento detallado de acciones tomadas en estos meses y de algunos de los primeros logros de su administración.
Cabe señalar que, por obvias razones, algunos de los logros que enfatizó la presidenta en realidad corresponden a resultados del Gobierno anterior. Este fue el caso de las cifras sobre la reducción de la pobreza y la desigualdad con las que abrió su discurso. Sin embargo, esto sirvió también para establecer un puente con la política económica y social de su Gobierno y con el rol que ella le atribuye al Estado en la conducción del desarrollo económico. Esto, que es a lo que ella y el expresidente López Obrador han designado como “el humanismo mexicano”, explicaría la “gran hazaña” de sacar a más de 13 millones de mexicanos de la pobreza en tan sólo seis años y en lograr que México sea, según lo dijo la presidenta, el país con el menor nivel de desigualdad en el continente americano, solo detrás de Canadá.
Algo similar se puede decir del largo recuento de las modificaciones legislativas que fueron aprobadas entre 2024 y 2025, las cuales corresponden, en su amplia mayoría, a las propuestas que dejó planteadas el expresidente López Obrador. Esto incluye a algunas modificaciones sin mayor mérito o importancia como la prohibición de los vapeadores, aunque también incluye modificaciones trascendentales como la reforma al poder judicial o el reconocimiento a los pueblos indígenas y afromexicanos como sujetos de derecho público.
La parte más positiva del informe fue la relativa al tema de la seguridad pública. Allí la presidenta mostró sus mejores resultados: caídas importantes y continuas en la mayoría de los delitos de alto impacto. Esto es sin duda el resultado de un cambio importante en la política de seguridad. El fin de los “abrazos, no balazos”, así como el utilizar más labores de inteligencia, sin duda ha rendido frutos importantes en esta materia.
Algo que sorprendió negativamente fue que la presidenta no hiciera prácticamente ninguna mención al tema del combate a la corrupción: no hizo referencia a ninguna investigación importante ni señaló algún logro en esta materia, a pesar de que se refirió en diversas ocasiones a la corrupción de gobiernos anteriores. Esto es muy revelador por el hecho de que las encuestas de valoración que se publicaron el mismo día del informe mostraron que este es un tema que le preocupa enormemente a la ciudadanía y en el que ven muy pocos avances. De hecho, este tema es uno de los pocos en los que el Gobierno de la doctora Sheinbaum resulta reprobado o con mayores menciones negativas que positivas. Aquí hay sin duda una oportunidad de mejora para esta administración.
En términos económicos, dos cosas llamaron poderosamente la atención. Una fue su relativo optimismo respecto al crecimiento económico del país en 2025. Según dijo la presidenta, ella espera que la economía crezca 1,2% en 2025, muy por encima de lo que ella llamó “las expectativas catastróficas” de organismos financieros internacionales que anticipaban un crecimiento negativo. Este pronóstico presidencial sorprende por parecer poco fundado. Si bien es cierto que la economía no se va a contraer este año, la realidad es que su crecimiento estará más cercano a cero que al 1,2% anunciado. Tan solo en lo que va del primer semestre del año, el crecimiento del PIB fue de apenas 0,4% con respecto al mismo periodo del año pasado. El PIB del segundo semestre tendría que crecer a una tasa de 2% anual para que se cumpliera el pronóstico presidencial. Esto resulta muy poco probable dado el escaso dinamismo que han mostrado sectores importantes de la economía y considerando el elevado nivel de incertidumbre que aún prevalece en la economía.
El otro tema económico interesante fue el aparente reclamo que hizo la presidenta Sheinbaum al empresariado mexicano: “México requiere de empresarios todavía más activos y visionarios, y profundamente comprometidos con el futuro de la nación.” Este reclamo, a mi parecer injusto, no reconoce que el entorno para la inversión se ha visto afectado por diversos nubarrones. Uno de ellos externo, como lo son las constantes amenazas del presidente Trump de imponer todo tipo de aranceles y la posibilidad, nada menor, de tener que renegociar el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC) en estas condiciones. La otra fuente de incertidumbre ha sido interna y ha provenido precisamente de algunas de las reformas que la propia presidenta celebró ayer en su informe, especialmente de la reforma al poder judicial y de la eliminación de los órganos autónomos. Además, este reclamo es particularmente injusto cuando se considera que la inversión pública se ha contraído mucho más (-22% a tasa anual) que la inversión privada (-5%) en lo que va del presente año.
En resumen, se trató de un informe balanceado, aunque con algunos sesgos y omisiones, que reitera la continuidad de algunas políticas y los cambios en otras. No podemos soslayar que este primer año ha estado marcado por la sombra de dos personajes con un enorme peso político: López Obrador y Donald Trump. Aunque la presidenta haya reiterado la continuidad, e incluso la profundización de muchas de las políticas previas, la realidad es que se comienzan a vislumbrar algunos cambios interesantes de perspectiva y de políticas públicas.
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