Beatriz, jugar de visitante
La senadora enfrentará tres foros, rumbo a la candidatura del Frente Amplio por México, en Estados donde el PRI no las ha traído consigo
En la política, como en ciertos deportes, también existe la condición de localía, factor que puede significar ventaja o adversidad añadida para algún participante en una competencia. Beatriz Paredes enfrenta esta semana tres foros en Estados donde su partido, el PRI, no las ha traído consigo.
Hay que remontarse al año 1991, toda una era política en términos de alternancias, para encontrar al último mandatario que tuvo el partido Revolucionario Institucional en Guanajuato, donde este martes será el primero de los tres y últimos foros de la oposición.
León, sede del encuentro de hoy, no es la capital guanajuatense, pero es su bujía económica, su referencia nacional. La ciudad de Guanajuato, famosa mundialmente por su pasado colonial y su festival artístico, es la sede de los poderes de un Estado que con Vicente Fox a la mano giró al PAN.
Guanajuato tiene la estafeta que soltó Baja California: esta fue la primera entidad ganada por Acción Nacional, Estado que los blanzquiazules retuvieron 30 años desde 1989, cuando el PRI perdió por primera vez una entidad, hasta 2019, cuando Morena ganó la parte norte de esa península.
Los panistas guanajuatenses pueden presumir su liderazgo nacional. No han soltado ahí el poder en 32 años; será cosa de ver si en 2024 retienen el Estado o se los arrebata el partido del presidente López Obrador. Pero por lo pronto, son un terreno donde el PRI no regresó desde 1991.
Beatriz Paredes visita hoy León como lo que es. Una orgullosa priista, una figura del partido que hizo época en el siglo XX mexicano, ese que se niega a morir por más que en el XXI se le decretan actas de defunción.
Los foros son cerrados, para nada masivos y con público por cuotas. Pero el de hoy es en una plaza en donde Xóchitl Gálvez tiene todo para antes y después del encuentro, que ahora será solo entre ella y la tlaxcalteca tras la salida de Santiago Creel de la competencia, hacer pesar su condición de local.
No que la tlaxcalteca Paredes se apantalle por adversidades cuantitativas o por verse en la minoría. Es de las priistas que habiendo sabido de la plenitud del poder no ha perdido espacios en el reducido PRI, ni se ha amilanado cuando su partido es arrinconado por otras fuerzas.
Pero sin duda es simbólico el reto añadido para la senadora priista en términos regionales. Ha de vencer, pero sobretodo ha de convencer en Guanajuato, Jalisco y Yucatán, las tres entidades de los foros de esta semana, donde los colores de su partido han sido largamente repudiados.
En Jalisco, entre 1994 y 2023, el PRI solo ha gobernado seis años. Y de cara a la renovación de gubernatura en 2024 no es factor. En Yucatán las alternancias han estado más parejas: de los últimos cuatro sexenios priistas y panistas se han repartido dos y dos, siendo el actual blanquiazul.
Los foros son para contrastar ideas y propuestas, originalmente no tenían un formato que favoreciera el intercambio directo de impresiones entre los aspirantes a la candidatura opositora, ni alentaban las críticas frontales y menos réplicas y contrarréplicas. Pero eso podría terminar este martes.
La salida tardía y anticlimática de Creel hace evidente lo que ya era una realidad hace dos semanas. El tiro es entre Beatriz y Xóchitl. Pero la presencia del exsecretario de Gobernación panista en los foros permitía disimular un poco ese enfrentamiento directo. Desde ayer, tal biombo no existe.
Paredes y Gálvez estarán frente a frente y no habrá estorbo o tiempo de transición en medio de ambas que disimule o disfrace la comparación puntual, el contraste directo entre lo que proponen y dicen una u otra.
Los foros fueron diseñados para posicionar a las y los aspirantes de la oposición. Difícilmente eso ocurrirá si las senadoras que se disputan la candidatura se concretan a ocupar su carril sin dar cerrones a la otra competidora. Se trata de demostrar quién es mejor, no de cumplir el trámite.
En general, el público en León, Guadalajara y Mérida estará con Xóchitl; mas el que acuda a los foros será por invitación, así que la consabida disciplina de la militancia tricolor, esa que patentó la matraca y el confeti a domicilio, igualará al fervor de los panistas que se presenten en los auditorios.
Pero si la localía puede ser un factor que pese en algunos que tienen la etiqueta de visitantes, no es menor la presión que llegan a sentir los que juegan en “casa”. Han de demostrar que el cariño de la hinchada, que tanto ese respaldo se compensa alimentando la ilusión con buenas jugadas.
Gálvez ha ilusionado a los no morenistas, a bastantes priistas, a buena parte de los panistas e incluso a algunos emecistas. Guanajuato, Jalisco y Yucatán tendrían que ser etapas de su tour donde se escape en solitario, no pierda el aliento en la recta final y cruce la meta sin que le pisen los talones.
Salvo que la última gran figura del ciclismo mexicano era de Tlaxcala, y para nada se arredró en plazas ajenas. Miguel Arroyo, fallecido por cierto en enero de 2020, fue figura en Europa. La comparación es forzada. De acuerdo. Pero sirva a fin de decir que Paredes es consciente de su aparente desventaja, y eso ayuda cuando se rema a contracorriente, cuando se juega de visitante. En cambio, quien juega de local luego se confía a que pase lo que pase su público le arropa, que tiene ventaja. Mas para que cuente, la localía ha de ejercerse. Veremos si ocurre.
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