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Los empresarios mexicanos, frente a Trump: “Hay que tomar muy en serio sus amenazas”

Los representantes de la iniciativa privada afirman que, de concretarse las amenazas arancelarias del republicano, tendrán que replantear sus planes de negocio

Donald Trump muro
Donald Trump en la frontera de Arizona, en agosto.Evan Vucci (AP)
Karina Suárez

En la antesala de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, los empresarios del otro lado de la frontera anticipan serios nubarrones. El amago del republicano de imponer un 25% de aranceles sobre las importaciones mexicanas si el Gobierno de México no controla la migración y el tráfico de drogas ha tensado las cuerdas de la Administración de Sheinbaum y del empresariado. El asunto no es menor, más de un 82% de las exportaciones del país latinoamericano se dirigen a Estados Unidos, un porcentaje que lo ha posicionado como el principal socio comercial de EE UU, por encima de China y Canadá. De enero a octubre de este año, el valor de estos envíos superó los 424.000 millones de dólares, un alza del 6,4% respecto al mismo periodo de 2023, según cifras oficiales.

Empresarios y expertos coinciden en que la imposición de aranceles sobre los envíos nacionales frenará este ingreso de divisas al país y supondrá un obstáculo para el obstáculo de nuevos proyectos estadounidenses a territorio mexicano. Las voces empresariales admiten, además, que las barreras arancelarias que pretende establecer el próximo presidente de EE UU contravienen el espíritu del TMEC. El acuerdo comercial, firmado entre México, Estados Unidos y Canadá, cumple 30 años en medio de una guerra de declaraciones entre los tres países sobre su pertinencia. Más allá de los dichos a favor o en contra, los especialistas coinciden que la postura proteccionista de Trump forzará a una revisión del tratado, en junio de 2026, mucho más ríspida de lo que se anticipaba.

José Medina Mora, presidente de la patronal mexicana, Coparmex, señala que ni a México ni a Estados Unidos le conviene una guerra arancelaria y confía en el diálogo binacional para zanjar esta discusión. “Hay que tomar muy en serio las amenazas del presidente electo Trump cuando dice que pondrá 25% de aranceles a las importaciones mexicanas si México no corrige migración y fentanilo”, indica. Sobre la revisión del TMEC, el presidente de la patronal mexicana indicó que ya se está trabajando con el Gobierno mexicano en los puntos que llevarán ante la mesa de negociación con EE UU y Canadá. “Para la economía mexicana y para las empresas ha sido muy benéfico el tratado comercial, nos ha permitido crecer, y el objetivo es mantenernos en el TMEC y lograr que la región de Norteamérica se consolide como la más competitiva del mundo”, zanja.

El empresario avícola y presidente del Consejo Consultivo para la Innovación, Crecimiento y Desarrollo Económico Sostenible, César de Anda, coincide en que se deben contemplar con mucha seriedad esas amenazas arancelarias del próximo mandatario de la Casa Blanca. “En el ámbito agropecuario, el implementar un arancel a las frutas o verduras mexicanas sería de un alto costo para el consumidor norteamericano”, indica. El empresario jalisciense refiere que ante una amenaza de una postura proteccionista de EE UU, la contraparte del Gobierno mexicano deberá aceptar el acompañamiento profesional del sector privado. “Será fundamental hacer un bloque común, México-Estados Unidos, en la mayor cantidad de sectores económicos privados”, concluye.

A menos de dos meses de que Trump asuma la presidencia de EE UU, los reflectores están puestos en el sector automotor, una de las ramas más beneficiadas con el acuerdo comercial TLCAN-TMEC, signado en 1994. Las propias autoridades mexicanas han advertido que, de llegarse a establecer más aranceles, se verían perjudicadas tres grandes compañías estadounidenses afincadas en México: Ford, General Motors y Stellantis. De enero a noviembre de este año, la industria automotriz mexicana exportó 3,2 millones de vehículos, de esta cifra unos 2,5 millones de unidades, un 80% se destinaron al mercado estadounidense, según el Inegi.

Puertas adentro, las grandes armadoras extranjeras establecidas en territorio mexicano se dirigen con cautela, en espera de lo que ocurrirá el próximo 20 de enero, cuando Tump inicie su mandato. En una entrevista reciente a Bloomberg, el director de Mazda en México, Miguel Barbeyto, reconoció que ya evalúan un “plan B” si Trump concreta su amenaza arancelaria.

Fernando Turner, empresario del sector automotriz y exsecretario de Economía de Nuevo León, anticipa que, de aplicarse un impuesto sobre los vehículos fabricados en México a EE UU, serán los importadores quienes asuman el pago del arancel. Sin embargo, advierte también que, a largo plazo, dichos importadores tratarán de que la empresa mexicana baje los precios para que ellos sigan teniendo los mismos costos, incluyendo el arancel. “Supongo que, salvo aranceles punitivos para castigar a México por los temas de fentanilo y migración, los aranceles no serían altos. Quizá se eliminaría la ventaja del tratado, es decir, costarían de 2% a 3%”.

“Si aplicara un arancel punitivo de un 10 a 20%, que no creo se materialice, no puede durar más que unas semanas, pues se negociaría aceptar las condiciones de Estados Unidos sobre los temas de migración o fentanilo, que no son comerciales. En todo caso, México debe buscar que el arancel solo se aplique a la parte no regional de las exportaciones. Es decir, la parte que provenga de Asia. También, en caso de aranceles no punitivos, México debe buscar que sean más bajos que los aplicables a los asiáticos”, añade.

Del pesimismo a la cautela, los representantes de la iniciativa privada en México aguardan a conocer si Trump concretará todo lo que ha pregonado desde su campaña. Julio Carranza, presidente de la Asociación de Bancos de México, indicó que las amenazas de Trump suceden aún en un contexto político, por lo que pidió esperar a que asuma en enero de 2025 para delinear la nueva postura del Gobierno estadounidense. “En la banca estamos totalmente convencidos que la presidenta, Claudia Sheinbaum, velará celosamente por los intereses de nuestro país en la revisión que se va a hacer del Tratado de Libre Comercio en 2026″, dijo el directivo a medios la semana pasada.

“Conservar la cabeza fría”

A medida que se aproxima el comienzo de la era Trump, la presión sobre el Gobierno de Sheinbaum crece. La presidenta, Claudia Sheinbaum, ha declarado reiteradamente que gravar las exportaciones dañaría a las empresas de ambos países. “Arancel tras arancel nos llevaría a una pérdida de competitividad, lo que queremos es complementarnos”, expresó la mandataria hace unas semanas en Palacio Nacional. Uno de los principales argumentos que esgrime el Gobierno mexicano recae en el efecto inflacionario que ocasionaría el encarecimiento de las importaciones mexicanas en EE UU. Desde la óptica de México, el afán proteccionista de Trump, supondrá un balazo en el pie para su economía.

Desde su trinchera, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ha expresado que no caerán en las provocaciones del republicano y adelantó que el Gobierno ya se está preparando para la reunión que tengan con las autoridades estadounidenses, una vez que Trump asuma el poder, aunque aún no hay una fecha para este encuentro. “Yo pienso que sí llegaremos a un acuerdo y nosotros estamos ya preparando todo para tener las reuniones con el próximo gobierno de Estados Unidos, pero aún no hay fecha. Conservar la sangre fría, ser inteligentes y lo que nosotros buscamos es proteger el comercio entre los dos países, que es inmenso”, indicó.

Los especialistas señalan que más vale llegar a un acuerdo que a un mal arreglo con EE UU, el principal socio comercial de México. Las cifras de exportaciones, inversión y arribo de remesas dan cuenta de los finos hilos que unen a ambas naciones, cortar de tajo este flujo de recursos, con un muro arancelario, tendría un efecto perjudicial sobre ambas naciones. La interrogante planea sobre si el próximo inquilino de la Casa Blanca tomará en cuenta estos datos o, pese a ellos, construirá su política de reindustrialización en EE UU a punta de aranceles y barreras comerciales.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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