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Los guionistas mexicanos buscan aprovechar el hueco de la huelga de Hollywood

México se ha convertido en una alternativa más barata para producir cine y televisión. Ahora, la industria en el país latinoamericano intenta atraer mayor inversión al talento creativo, no solo el técnico

Guillermo del Toro
Rodaje de la segunda unidad de la película de 'Pinocchio', dirigida por Guillermo Del Toro, en un estudio en Guadalajara (México).GILBERTO TORRES (Netflix)
Isabella Cota

Mientras miles de guionistas en Estados Unidos hacen huelga, la industria audiovisual en México espera atenta los resultados. Una tendencia reciente en la que producciones de cine y televisión estadounidenses se mudan a México para bajar sus costos ha beneficiado a la industria en el país latinoamericano. Quizás, en un mediano plazo, las presiones salariales de sus guionistas sirvan como empujón hacia la contratación, no solo de técnicos, sino de creativos mexicanos contadores de historias. La posibilidad sabe agridulce para muchos en el medio.

En noviembre de 2007, la última vez que el sindicato de guionistas llamado Writers Guild of America (WGA), llevó a sus miles de miembros a la huelga, el mundo era muy diferente. Las plataformas de streaming como Netflix y Amazon, no eran grandes jugadores en el mercado de contenido audiovisual. Tampoco existía TikTok, aplicación que no gasta en producción, pero conglomera enormes cantidades de contenido tan adictivo que consume horas diarias de atención de los usuarios. Hoy, los estudios de cine y los exhibidores, están en una competencia feroz por demostrar a sus accionistas que el suyo sigue siendo un modelo rentable de negocios.

Una manera en que lo han logrado ha sido reduciendo el presupuesto que otorgan al pago de guionistas. Esto se da a la par del incremento más alto en el costo de vida en 40 años. Los dueños de los corporativos se hacen millonarios con las historias y el contenido, argumentan los guionistas, por lo que ellos merecen una mejor paga.

La pandemia cambió la manera en que los guionistas trabajan, quienes ahora pueden trabajar en habitaciones virtuales, dice Tábata Vilar, directora de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine). “El internet permite justamente a industrias como esta que el talento no sea nada más de un país, por lo que nosotros en México tenemos que seguir profesionalizando y mejorando, ese el nivel de ese talento para contar historias también como lo hacen los americanos, que son los magos en cuanto a las narrativas y la construcción de historias”.

Un guion de cine en México, comprado por una plataforma de streaming o un estudio, puede venderse en entre 400.000 y 1,5 millones de pesos (22.300 dólares y 84.000). Cuando se trata de televisión, el presupuesto para los guionistas de una serie no alcanza el 1% en México, mientras que en EE UU se asigna cerca del 5%, según estimados de The Lift, la casa productora audiovisual más grande del país. En un esfuerzo por elevar el nivel de guiones que se producen en México, Canacine realizó un concurso en el que los escritores ganadores trabajarán con consultores de la industria estadounidense. “Escogimos a consultores de la industria americana justamente porque son los más fuertes en este tema”, apunta Vilar.

Netflix, HBO y otros distribuidores de cine y televisión ya trabajan con guionistas mexicanos, aunque no en la escala de su talento estadounidense. A diferencia de sus contrapartes estadounidenses, gran parte de los guionistas mexicanos no forman parte del único sindicato creado para representarlos. Además, los sueldos, en general, son más bajos en México, un país de renta media.

“Lo cabrón es que las películas y series que escribimos en español desde México también forman parte, aunque ninguneadas, de la parrilla global de las grandes plataformas y nos lo pagan 5 veces peor”, dijo en Twitter la premiada directora de cine Alejandra Márquez, quien ha trabajado, tanto guionista como directora, para varias series que se ven en plataformas.

Programas como La Casa de las Flores o Narcos: México son producidas en Latinoamérica, pero son distribuidas en este y otros mercados. En algunos casos, se distribuyen a nivel global. Se trata de “nombrar una situación”, dice Márquez, escritora y directora de la multipremiada Las Niñas Bien, al teléfono. “Me parece que nos desechan como parte de la industria de primer nivel, pero, al mismo tiempo, yo quisiera preguntar ¿cuánta gente no vio La Casa de las Flores en Estados Unidos? Si lo único que importa es lo que pasa en ese territorio, ¿qué pasa con eso que cuesta menos y está atrayendo suscriptores de la misma forma que hacen los shows que cuestan diez veces más?”

Como en cualquier otra industria, la producción audiovisual busca incentivos fiscales de los países para trabajar ahí. “Son un motor clave de la actividad en el sector y en la última década han aumentado a medida que los gobiernos invierten en estas intervenciones políticas estratégicas”, dice un reporte publicado el miércoles por la consultora especializada en el sector Olsberg SPI, basada en Londres. “En noviembre de 2022, el número de incentivos a la producción audiovisual a nivel nacional, estatal y provincial ascendía a 107 en todo el mundo.

Aunque México es un mercado importante y clave en el sector audiovisual mundial, no ofrece un incentivo a la producción del tipo que hoy en día se aplica ampliamente”, dice el reporte.

En un comunicado emitido desde su oficina en el Reino Unido, The Lift se refiere a la huelga en EE UU como el resultado de la presión bajo la que están las plataformas y los estudios de cumplir con las proyecciones de Wall Street. “Todo esto apunta a una mayor reubicación de la producción en lugares como México, lo que permite a los estudios reducir costos sin tener problemas con los sindicatos, ya que la producción en México no está sujeta a los sindicatos estadounidenses”, dice la empresa.

The Lift reconoce que escribir para televisión es “probablemente el talento más difícil de incorporar a México, dadas las diferencias de idioma”, según escribió el socio fundador Avelino Rodríguez, director de la oficina en México y presidente de Canacine, en un correo electrónico. Rodríguez cita como ejemplo escritores bilingües y anglosajones que viven en otras partes del mundo, fuera de EE UU, que han podido trabajar en esta industria. “Por supuesto, los escritores no necesitan estar físicamente en ningún lugar. Simplemente, pueden enviar su copia a donde sea que esté ocurriendo la producción, incluidos los estadounidenses que no forman parte de WGA o que están dispuestos a ignorar sus reglas”.

“En corto”, sentencia Rodríguez, “no creo que el monopolio de escritores en Estados Unidos del WGA pueda durar en un mundo globalizado”.

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Sobre la firma

Isabella Cota
Es corresponsal económica para América Latina. Como periodista de investigación trabajó con Quinto Elemento Lab, NHK, BusinessWeek y OpenDemocracy, entre otros. También fue staff de Bloomberg News y Reuters en Centroamérica y Reino Unido. Es licenciada en Comunicación y Máster en Periodismo de Negocios y Finanzas por City University London.

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