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El combate al déficit, la deuda de Pemex y el huracán Trump: los retos de Edgar Amador Zamora al frente de Hacienda

Con una larga trayectoria en el ámbito público y privado, el nuevo secretario ha ocupado puestos de confianza tanto de la presidenta Sheinbaum como de la gobernadora del Banco de México

Edgar Amador Zamora
Edgar Amador Zamora en Ciudad de México, el 6 de marzo de 2025.Mario Jasso (Cuartoscuro)
Karina Suárez

De líder del Consejo Estudiantil Universitario de la UNAM, en 1986, a ser titular de las finanzas públicas del país. El nuevo secretario de la Secretaría de Hacienda, Edgar Amador Zamora, deberá enfrentar los numerosos nubarrones de la economía mexicana: la desaceleración económica, un clima de incertidumbre total ante los amagos arancelarios de Estados Unidos, un déficit fiscal más alto de los últimos 30 años o la deuda millonaria de Pemex, entre otros frentes. En su presentación como funcionario de Hacienda la semana pasada en Palacio Nacional, el economista aficionado a los Pumas y a la pluma de Octavio Paz, dio un mensaje de confianza y aseguró que se garantizarán la estabilidad macroeconómica, financiera y del tipo de cambio.

Hasta hace unos años, Zamora se definía como la oveja negra de su familia. Nació en las tierras acereras de Monclova (Coahuila) en 1967, pero se crió en Los Mochis (Sinaloa). Heredero de un linaje de maestros, optó por matricularse en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam) y, después de su egreso, en 1991, cursó la maestría de Economía en el Colegio de México de 1992 a 1994. Su carrera profesional comenzó en la empresa privada como parte de la Casa de Bolsa Vector, del empresario Alfonso Romo, y después se unió como economista para Brasil de la consultora estadounidense Stone & McCarthy.

La trayectoria en ascenso del economista lo llevó a ocupar la dirección adjunta de Dexia en México, en 2007. Tras años de financiar proyectos de infraestructura con las grandes empresas en el país, como ICA, OHL, Cemex, la institución financiera franco-belga echó la cortina abajo en 2009 debido a los coletazos de la crisis económica global de esa época. El incidente supuso un batacazo para el brillante economista y la semilla que lo llevaría a escribir su primer libro: Y mi dinero, ¿qué? A través de sus páginas, Zamora habla sobre los desafíos económicos de México frente a EE UU así como sus vivencias al ser uno de los damnificados de la hecatombe financiera de ese momento.

El nuevo secretario de Hacienda, de 57 años, fue parte del equipo de Finanzas de López Obrador, cuando era jefe de Gobierno de la Ciudad de México y más adelante, durante la administración perredista de Miguel Ángel Mancera, de 2012 a 2018, fungió como secretario de Finanzas de la capital. Tras su salida, fue incluido en la investigación de la Contraloría General de Ciudad de México por supuestas irregularidades en el manejo de un fideicomiso creado tras los sismos del 2017 en la capital y, tras estas pesquisas, en 2021, el órgano resolvió inhabilitar a Zamora durante tres meses para ejercer algún cargo público, pero no se le aplicó sanción económica.

Cercanía con Sheinbaum

Una vez concluido este polémico episodio, el también profesor de la Facultad de Economía, fue llamado a las filas del Banco de México para ser asesor de la actual gobernadora del banco central, Victoria Rodríguez Ceja, puesto que desempeñó de 2022 a octubre pasado, cuando fue nombrado subsecretario de Finanzas de la Administración de Claudia Sheinbaum. En una de sus conferencias matutinas, la propia Sheinbaum relató que conoció a su actual secretario de Hacienda cuando él era estudiante de Economía en 1986 y surgió el Consejo Estudiantil Universitario. Ese movimiento se creó en defensa a la propuesta de Rectoría de fijar el cobro de colegiaturas e inscripciones en la UNAM. Tras semanas de movilizaciones, mitines y marchas, la polémica iniciativa fue quitada de la mesa.

Así, su larga trayectoria en el ámbito público y privado, así como su cercanía con la actual gobernadora del Banco de México, así como de la propia presidenta Sheinbaum lo convirtieron en el candidato idóneo para tomar la estafeta a Rogelio Ramírez de la O en la Secretaría de Hacienda. La renuncia de Ramírez la O por motivos personales fue el primer cambio en el Gabinete de la presidenta y ocurre en un momento complicado, cuando México aún pelea con un envalentonado Trump por desactivar sus constantes amenazas arancelarias. De hecho, una de esas balas ya se ha hecho efectiva con la imposición del 25% de impuestos a las exportaciones mexicanas de hierro y acero. Pese a la turbulencia externa, el mensaje de Sheinbaum y de Amador Zamora fue de confianza: “Estamos comprometidos con la estabilidad financiera con el fin de que la economía del país crezca sobre bases sólidas y se cumplan los objetivos de la Cuarta Transformación”, declaró el nuevo funcionario federal en su presentación en Palacio Nacional, la semana pasada.

El actual secretario de Hacienda deberá capotear al huracán Trump y sus constantes amagos arancelarios con una desaceleración económica como telón de fondo. Los nubarrones económicos se acumulan. México registra el mayor déficit fiscal en 30 años, equivalente a casi 6% del Producto Interno Bruto, la incertidumbre generada por las políticas proteccionistas de Trump amenaza dos flujos de recursos cruciales para el país: las exportaciones y la inversión extranjera y, además, el funcionario deberá sortear aún los pagos próximos de la deuda financiera de la paraestatal, Pemex, cuya deuda total asciende a más de 97.000 millones de dólares.

Aunque el mercado ha bajado sus expectativas sobre el alza de la economía mexicana a menos de 1% para este año e incluso hay quien ya habla del riesgo del país de caer en una recesión técnica, los cálculos previstos por Hacienda aún apuntan a un crecimiento de 2,5% para 2025. Durante su ratificación esta semana, ante el Senado, el director indicó que la estrategia será fortalecer la colaboración con el sector privado, bajo un enfoque que ha sido “bastante exitoso”, como lo que sucedió con el sector energético, donde el 54% de la distribución de la generación lo aportó el sector público y el 46% restante la iniciativa privada.

Raymundo Tenorio, profesor emérito del TEC de Monterrey, señala que el nuevo titular de las finanzas públicas del país tendrá como reto principal la consolidación fiscal, el llevar a las finanzas públicas con disciplina para reducir el déficit como proporción del PIB. Esta reducción, de acuerdo con el experto, solo se logrará si el Banco de México reduce las tasas de interés y si se cierra la llave del gasto público federal y a Estados y municipios. “Otro de los pendientes es recuperar la credibilidad ante las calificadoras de riesgo porque hoy en día, Pemex y CFE han vuelto a ser empresas públicas del Estado y eso supondrá que las finanzas públicas deberán seguir tapando los agujeros de las paraestatales”, indica.

En uno de los pasajes de su libro Y mi dinero ¿qué?, el actual secretario de Hacienda se recuerda a sí mismo como un joven que leía en un autobús destartalado en un trayecto de Coahuila a Sinaloa. En uno de esos viajes conoció la dialéctica de la tradición de la ruptura de Octavio Paz. El concepto tuvo un eco profundo en sus pensamientos y, en ese entonces, sugirió que la economía mexicana debía manejarse con más inteligencia y menos dogmatismo y ya avizoraba a la incertidumbre como el signo distintivo de la economía. Ahora, el funcionario federal tendrá la oportunidad de llevar la teoría a la práctica en uno de los momentos donde la zozobra y el nerviosismo en los mercados están a la orden del día.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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