Cientos de artesanos mexicanos aterrizan en Los Pinos para dar a conocer la diversidad cultural
La quinta edición del Encuentro de Arte Textil Mexicano reúne a representaciones de los 32 Estados y de 32 pueblos originarios con la destacada participación de comunidades afrodescendientes


Entre los sonidos del tambor de una ceremonia wixárika, cuyos pueblos se extienden por Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas, se ha inaugurado este jueves el quinto Encuentro de Arte Textil Mexicano ante cientos de asistentes en el Complejo Cultural Los Pinos. Esta edición ha reunido a más de 400 maestros artesanos de los 32 Estados del país y 32 pueblos originarios y ha sido organizada por Original, la iniciativa del Gobierno que busca promover y concienciar sobre el trabajo artesanal que este año celebra su décimo aniversario.
Desde el colectivo Las Caracolas, Daniela Islas, que participa por primera vez en el evento, comparte la relevancia que este tipo de iniciativas tienen para ellas: “Tenemos muñecas, bolsas, turbantes, llaveros y portarretratos que son un poco de nuestra identidad. Lo que queremos es visibilizar nuestra población afrodescendiente por medio de estos productos con toques africanos”. Más allá de los llamativos colores de los artículos que venden, su caseta destaca por curiosas caracolas marinas que adornan unos marcos que evocan su origen: Acapulco. “Para nosotras son importantes porque decimos que son capaces de resistir ante cualquier adversidad, como nuestras ancestrales y marrones”, cuenta Islas.
Decenas de señalamientos ubicados en todo el recinto les permiten a los visitantes atisbar la diversidad cultural que las comunidades presentes reflejan en una amplia gama de productos: desde textiles y joyería, hasta alfarería, orfebrería y madera. En su intervención, Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura, ha resaltado la originalidad de cada pieza: “Habla de lo más profundo de nuestro país que es nuestra cosmovisión”. María Dolores Hernández, una artesana de Tlapehuala, Guerrero, que elabora sombreros de palma y que participa por cuarta vez, coincide en que cada artículo es único y cuenta con un valioso trasfondo cultural. “Son tradiciones que nuestros padres nos heredaron y pusieron en nuestras manos para que nosotros sigamos compartiéndoles nuestra artesanía, que muchas veces se va perdiendo, pero que luchamos por rescatar”, comenta. La confección de cada sombrero lleva aproximadamente 10 días, entre la elección de la planta correcta, el diseño, el trenzado y la coloración.
Las guitarras de huapango amenizan una mañana en la que cientos de personas visitan los pabellones. Judy, una mujer estadounidense que lleva un par de años viviendo en la capital, asegura que “siempre es divertido” venir y destaca la oportunidad de comprar directamente a los artesanos. “No hablas con alguien que vende sus cosas y después las revende”. Además, en línea con una de las consignas de la exhibición que busca desincentivar el regateo y valorar este tipo de productos, defiende: “Estás pagando por su trabajo, así que, si es caro, voy a respetar el precio de los artesanos porque pagas por eso”. Iris y Consuelo, otras visitantes de Michoacán y Guerrero, respectivamente, se muestran contentas por la organización. Ambas resaltan que se muestre el nombre de cada artesano para darle la certidumbre y confianza al cliente de lo que está comprando.
Desde la sierra de Yécora, Sonora, Ibeth Molina cuenta emocionada que este encuentro le permite dar a conocer el trabajo de su comunidad. “Es un proyecto que se llama ‘Bordando una identidad’ para rescatar la tradición y cultura pima”, detalla. Entre los tortilleros, los manteles y la ropa que se puede ver en su puesto, son los diseños que los adornan los que acaparan la atención. “Se bordan las figuras de las pinturas rupestres que están en las cuevas de la comunidad donde vivimos. Cada figura está plasmada en la cueva y todas tienen un significado”, explica. Así, los dibujos de coyotes representan la crianza de animales y una forma circular con dos líneas a los costados encarnan el útero y las trompas de Falopio, que simbolizan la fertilidad de la mujer.
El evento se celebra desde este jueves 27 al domingo 30 de noviembre en un horario de 10.30 a 20.30 horas en el Complejo Cultural Los Pinos y la entrada es gratuita. Forma parte de la estrategia del Gobierno para “promover la defensa de la propiedad colectiva y celebrar la riqueza cultural de México”, y surgió tras las controversias por apropiación cultural de diseños originarios de distintas comunidades indígenas por marcas internacionales. El entusiasmo se siente en el ambiente y en cada uno de los pabellones en los que los artesanos y las artesanas reciben a los clientes. Para Joan Domínguez, que participa por primera vez, el encuentro tiene un significado especial porque es una plataforma para visibilizar algo más. “Soy originario del sur de Veracruz, de un municipio llamado Cosoleacaque. Me dedico a la elaboración del telar de cintura. Soy el primero en mi familia en elaborarlo, nadie se dedica a eso”. Y zanja: “Los jóvenes también estamos interesados en el telar y en preservar esta cultura que se está perdiendo”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma











































