El veto de Trump al AIFA, el gasto de la deuda y la caída del PIB abren una vía de desgaste para el Gobierno
Los nubarrones económicos dan oxígeno a una alicaída oposición. El Gobierno asegura que los problemas están “focalizados” y confía en la resistencia de la economía ante los embates por distintos frentes


La alicaída oposición mexicana ha encontrado una rendija por la que golpear al Gobierno. Los nubarrones económicos han dominado el debate y tanto el PAN como el PRI han aprovechado el temporal. Son varios frentes, algunos ya descontados, y otros más repentinos. La inesperada decisión de Estados Unidos de cancelar 13 rutas aéreas con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) abre una nueva trinchera con Donald Trump, la misma semana en que la Casa Blanca anunciaba una nueva prórroga para imponer nuevos aranceles. Más previsible era la caída de la actividad económica, en un 0,3%; o el coste del pago de la deuda pública, el más alto en casi 10 años. El Gobierno ha salido a calmar los ánimos subrayando que el problema está “focalizado”. Pero el fantasma de la recesión, o del estancamiento casi crónico, que parecía espantado al principio de año, aún no se ha disipado por completo.
El conflicto aeroportuario es especialmente simbólico porque afecta a una de las grandes apuestas del morenismo en cuanto a infraestructura. La reconversión del aeropuerto militar AIFA aspiraba a descongestionar el saturadísimo tráfico del hasta entonces único aeropuerto de la capital. El expresidente Andrés Manual López Obrador incentivó, de manera temporal, el traslado de tráfico aéreo a la nueva terminal. Pero la medida se ha vuelto ahora en su contra como un bumerán. El Departamento de Transporte de EE UU justifica su veto con el argumento de que “ha perturbado el mercado y ha generado costos adicionales millonarios para las empresas estadounidenses”.
El senador priista Manuel Añorve cargó esta semana justo contra la herencia del expresidente. “Esta decisión dañó la relación comercial con Estados Unidos y está afectando una planta importante de generación de empleo y usuarios. Se refleja el capricho de haber construido una obra faraónica como el AIFA”, sostuvo Añorve. Las acciones de las aerolíneas afectadas se han desplomado en vísperas de la temporada alta por las vacaciones de Navidad. Un golpe más a las maltrechas previsiones del AIFA. De los 20 millones de pasajeros que se esperaba que moviera el nuevo aeropuerto a estas alturas, apenas sumó más de seis millones al cierre del año pasado.
La aprobación este miércoles en el Senado de la ley de Ingresos para el año que viene también sirvió para que la oposición lanzara sus dardos. “En 2026, México destinará 1,6 billones de pesos sólo para intereses de deuda, una cifra mayor a todo el presupuesto destinado a infraestructura, salud y educación”, criticó el senador del PAN Mario Vázquez Robles durante la sesión plenaria. El costo financiero de la deuda supone el 26,93% de los ingresos tributarios, la mayor proporción desde 2006.

“Con ese dinero podrían rehabilitarse todos los hospitales del país o modernizar la red carretera nacional, pero en cambio se usará para cubrir los errores de una mala administración”, añadió el senador panista. Desde la Secretaría de Hacienda subrayan que el montó total de la deuda no ha subido: la previsión es que cierre en el 49,9% del PIB, menor a la registrada en diciembre de 2024, cuando se subió hasta el 51,3%. Pero el aumento de los tipos de interés, por la incertidumbre en la economía mundial, y la caída del peso han encarecido el coste de la deuda.
El secretario de Hacienda, Édgar Amador, dio este jueves una rueda de prensa tras anunciar el traspié del PIB en un 0,3 % con respecto al trimestre anterior. El resbalón en la actividad económica supone además la primera caída anual desde 2021, durante los peores momentos de la pandemia de la covid. Amador enfatizó que “a pesar de los resultados del PIB, la economía mexicana ha mostrado resiliencia frente a choques externos y mantiene fundamentos macroeconómicos sólidos”. Bajando más al detalle, el frenazo se concentra sobre todo en la producción industrial: la manufactura, la construcción, la minería y la energía. Los analistas coinciden en que es una consecuencia de la incertidumbre generada por las políticas proteccionistas de Trump. Pero no sólo.
“No le podemos echar toda la culpa a Trump porque las exportaciones siguen creciendo”, apunta Gabriella Siller, directora de análisis económico de Banco Base. A su juicio, hay otros factores, como la caída del empleo formal, el ligero descenso del consumo o la incertidumbre para la inversión generada por la reforma judicial, a los que hay que prestar atención. Desde Hacienda confían en que tanto el consumo como el empleo reboten en el último trimestre del año, aprovechando la temporada navideña. Y con ese impulso espantar el fantasma de la recesión -técnicamente, dos trimestres de caídas- y cerrar el año rondando el 1% de crecimiento.
“Las cifras aún no muestran un deterioro lo suficientemente profundo ni prolongado como para hablar de una recesión formal. Es probable que al finalizar el año las cifras indiquen que la economía continúa creciendo, pero el impulso se ha debilitado de manera considerable y la mayoría de los indicadores de corto plazo apuntan hacia un escenario de estancamiento prolongado”, añade Siller. Desde 2023, México no consigue un crecimiento mayor al 1% por trimestre y lleva al menos cinco años sin lograr rebasar el 2%.
Todo apunta a que, si no hay nuevas sorpresas por parte del vecino del norte, el fantasma de la recesión se pueda esquivar. Pero el estancamiento económico parece que seguirá presente por más tiempo. Una atonía que amenaza los objetivos del Gobierno en su lucha contra la pobreza y la desigualdad. Y que, de prolongarse, debilitaría el Plan México, la gran apuesta del gobierno, que pasa por una mayor producción interna, elevar la sustitución de importaciones asiáticas y promover una mayor integración industrial en América del Norte.
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