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En la cultura pop, en inglés y oído en Qatar: el grito del ‘fierro viejo’ cumple 20 años como parte de la identidad capitalina de México

Marco Antonio Terrón lo escribió y Marimar, su hija, le puso la distintiva voz a este famoso estribillo que ha trascendido de las calles a distintos formatos

fierro viejo
Idalia Candelas
Andrés Rodríguez

Se ha escuchado en las calles, interrumpiendo justo una videollamada o una conversación. En la tele, en el cine, en versión electrónica o de cumbia. Incluso traducido al japonés y al inglés en colonias de la capital donde la gentrificación ha pegado muy fuerte; o hasta en Qatar, en la previa de un partido del Mundial de 2022, gracias al ingenio de algún mexicano. Odiado por algunos, querido por otros y reconocido por casi todos. Es el pregón del fierro viejo que dice así: “Se compran: colchones, tambores, refrigeradores, estufas, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que vendan”.

La alocución, que nace de la pluma de Marco Antonio Terrón y que le imprime la distintiva voz María del Mar, su hija, tuvo sus inicios hace 20 años, en 2004 —entre finales de noviembre y principios de diciembre—, una noche en Chimalhuacán, en Estado de México, según cuenta su creador. Poco imaginaba que, lo que nació de una necesidad, iba a trascender, permear y evolucionar hasta convertirse en parte de la identidad capitalina de México.

Pintura regalada a Marimar, representando su época como payasa.
Pintura regalada a Marimar, representando su época como payasa.Aurea Del Rosario

Desde una pequeña casa que renta en Fraccionamiento Las Américas, una colonia en Ecatepec de Morelos (Estado de México), Marco Antonio, de 60 años, pone en alto su jornada de trabajo para recordar esa noche. Comenzó trabajando comprando y vendiendo fierro viejo con uno de sus hermanos, pero al ver que este no le retribuía como esperaba por su labor decidió independizarse. Inició con una carreta a recorrer distintas localidades. Cumplía una jornada de ocho horas empujando cientos de kilos de los electrodomésticos y chatarra que adquiría en su ruta, a veces acompañado de su pequeña hija encima del vehículo, adolorido porque recién lo habían operado de la vesícula.

A primera vista, Marco Antonio muestra un semblante duro, que le hace ver como si estuviera molesto o enojado, pero al contrario, es un hombre sentimental. “Nos iba bien. No había tanta competencia como ahora. Llegaba con los pies molidos. Cuando pasaba el tope [con la carreta], te baja todo el peso, te lo echa encima. Y luego, cuando pasa el tope, pues te levanta y no la puedes soltar porque se puede voltear. Tenía 15 días de la operación. Fueron momentos muy difíciles”, recuerda mientras se ventila el rostro para tratar de no llorar.

María del Mar, conocida mejor como Marimar —en honor al famoso personaje de la actriz Thalía—, acompaña a su padre en la sala. Tiene 29 años y se han acompañado desde siempre. Comparten la filosofía de que hasta que no terminan algo, no paran. Una de esas noches se les ocurrió a ambos la idea de la grabación. Terrón escribió el texto y le puso una ayuda gráfica —”los dibujitos de una estufa, de un refrigerador, de un microondas”, recuerda el padre—, para que a su hija no se le complicara recordar lo que tenía que decir al momento de grabar, ya que todavía no leía muy bien.

Marimar, la voz tras el audio de 'fierro viejo', en su moto para la venta y compra de fierros en la zona de Coacalco.
Marimar, la voz tras el audio de 'fierro viejo', en su moto para la venta y compra de fierros en la zona de Coacalco.Aurea Del Rosario

Usaron un equipo de sonido modular, esos de antaño con doble casete, radio y con una entrada para micrófono. Comenzaron a grabar a las 10 de la noche, pero a veces la pequeña se trababa. En varias tomas sonidos externos, como de un vehículo o el ladrido de los perros, arruinaba el enésimo intento. Al no tener los medios para editarlo, debía quedar en una sola toma. Finalmente, a las 4 de la mañana del siguiente día, lo consiguieron.

Comenzó a reproducirla en sus recorridos con su carreta con ayuda de una batería para la pequeña consola y su megáfono. Llevaba consigo varios casetes, en caso de que el aparato se tragara la cinta y se enrede, para poder seguir con uno nuevo. Fue así que otros colegas le pidieron la grabación. Terrón, que de inicio no vio cómo podía sacarle rédito a ese invento, solo les cobraba el valor de la cinta magnética. Ninguno de los dos imaginaba en lo que ese estribillo se iba a convertir.

“La niña de hierro”: la única y original

Tras casi dos años, en 2006, la familia Terrón dejó el trabajo del fierro viejo para probar suerte con la gastronomía, primero en Valle de Bravo y después en Acapulco. Sin embargo, por falta de recursos, este sueño no prosperó.

Casi dos años después, retornaron a la capital y se sorprendieron al escuchar la grabación en todas partes. En palabras de Marco Antonio, se expandió como dice el verso de La verdolaga, la canción interpretada por Pedro Infante, “Nomás le pones tantito. Y crecen como una plaga”.

“Me marcaban mis tías o amigos y me decían, ‘oye, es que ya oí tu grabación hasta acá en Durango’. Me insistían en que debíamos registrarla. Nosotros no hacíamos caso”, recuerda Marimar.

Comenzó a ver en la televisión y en distintos medios entrevistas y afirmaciones de niños, niñas y mujeres que clamaban ser la voz del fierro viejo. “Y yo así de ‘no es cierto’; ‘mentirosas’. Me daba coraje cómo engañaban a las personas”, complementa.

Fue la periodista Cristina Pacheco quien parecía más interesada en encontrar a Marimar, ya que la joven había visto en un video que la también escritora estuvo entrevistando a carreteros que se dedican a la compra y venta de fierro viejo, para conocer si sabían de quién era la voz que cada uno de ellos hacía pasear por la metrópoli capitalina.

Marimar habló con su papá y le dijo: “Siento que nos andan buscando”. Le escribieron a la página de Facebook de su programa diciendo quién era y si le interesaba poder entrevistarla. Recibieron una respuesta a los 10 minutos. Nueve años después de haber inventado el pregón, finalmente se daba a conocer a sus autores en uno de los episodios de Aquí nos tocó vivir.

Tras esa emisión, las entrevistas no dejaron de caer. Noticieros y programas locales los buscaron, incluso The New York Times les dedicó un artículo. Marco Antonio bautizó a su hija como la Niña de Hierro, y no “la del fierro”, “para que no diera lugar a malas interpretaciones o albures”, aclara risueño.

Marimar y Marco Antonio Terrón, junto a la moto que usan para revender y comprar fierro viejo. El 6 de diciembre del 2024.
Marimar y Marco Antonio Terrón, junto a la moto que usan para revender y comprar fierro viejo. El 6 de diciembre del 2024.Aurea Del Rosario

“Tardamos bastantes años para darnos cuenta de que esto podía ser un trabajo, que podíamos cobrar por su uso. Nuestro error fue no verlo así desde un principio. La gente nos veía y nos decía, ‘de seguro ya tienen una mansión o muchas cosas’. Y no era así”, relata Marimar.

Fue en 2013 que Terrón registró en el Instituto Nacional de Propiedad Intelectual y en el del Derecho de Autor su creación como obra literaria y letra con música.

Grandes empresas y un cambio de vida

Gracias al cambio de visión de la familia Terrón respecto a su obra, han podido sacar rédito por el uso del pregón del fierro viejo que ha sido parte de producciones de grandes estudios como Netflix o HBO, como Ingobernable, con Kate del Castillo, o la serie Amsterdam, respectivamente, entre otras más. Empresas como Amazon, TotalPlay, Motorola, Uber Eats, además de otro tanto, han contratado a Marimar para darle su toque original y nuevo a cada promoción que se inspira en la creación de Marco Antonio.

“El comercial que hice con Sodimac me hizo llorar. Estaba muy bonito. Me sentí muy halagada y admirada con la marca. No tengo palabras para explicarlo”, dice. Aunque también existen empresas y cantantes que han usado la grabación y se “han hecho los tarugos”, afirma Marco Antonio, ya que no han respondido las solicitudes de cobro que se les han enviado.

El pregón del fierro viejo les ha cambiado la vida. Han logrado comprar una casa para Marimar donde vive con sus tres hijos, además de dos motocarros de carga, con capacidad de hasta una tonelada, con las que siguen recorriendo Estado de México, al menos dos veces por semana, para comprar electrodomésticos o chatarra, ya que el negocio publicitario todavía no es constante y sostenible.

En el horizonte tienen contemplada la venta de mercadería con diseños que están elaborando, además de hacer la grabación en distintos idiomas. La voz de Marimar, “la más famosa de México”, no conoce fronteras y el próximo año llegará a Europa, China y Estados Unidos a través del uso de este estribillo en algunas producciones. “El cambio fue muy drástico. Las cosas buenas así se dan cuando uno menos las espera. Fuimos aprendiendo de este negocio. Ahora las marcas voltean a vernos y la idea es seguir así haciendo un buen trabajo”, finaliza esperanzado Marco Antonio.

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Sobre la firma

Andrés Rodríguez
Es periodista en la edición de EL PAÍS América. Su trabajo está especializado en cine. Trabaja en Ciudad de México
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