Prohibido subir a las pirámides: Thalía y el accidente que marcó el fin de los ascensos en las zonas arqueológicas en México

Vestida en colores sepia y un sombrero de tela amarillo, el atuendo contrasta con la mascada rosa que cuelga alrededor de su cuello. Es una fotografía de septiembre de 2006 en la que la cantante Thalía aparece sentada sobre el vientre de Chac Mool, una figura rocosa que formaba parte del mobiliario ritual y se ha sugerido que se empleaba como piedra para sacrificios, con el brazo derecho descansando sobre la cabeza del altar prehispánico, asentado en Chichén Itzá. “Se fotografió, entre otros lugares, en el Cenote Sagrado, para llegar allí se requiere un permiso especial y el pago de la cuota respectiva”, señaló en su momento Camilo Guillén, secretario general del Sindicato de Trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Este y otro retrato publicado en una revista de espectáculos, en el que aparece sentada sobre la cabeza de una serpiente emplumada de la pirámide de Kukulkán, le valieron una multa a la artista.

A principios de ese mismo año, Adeline Black, una mujer de 80 años encargada de liderar caminatas y entrenar voluntarios en el Museo de Historia Natural en San Diego, California, resbaló en uno de los 91 escalones que componen el Castillo de Kukulcán y cayó casi 18 metros. La trasladaron al Hospital General de Valladolid, a 55 kilómetros de la zona arqueológica, donde falleció cuatro horas después.

Ese fue el inicio con el que el INAH decretó una serie de restricciones en distintos centros prehispánicos. Grafitis, nombres y lemas tallados con piedras –Martin y Fer estuvieron aquí–, daños a las estructuras, ignorar llamadas de atención o alerta de turistas por parte de las autoridades son otras causas que suman y hacen sentido a la decisión del organismo autónomo.

A la lista se integran Tajín, Palenque, Tulum y Teotihuacán. Este último hizo ruido en redes sociales recientemente por un turista que subió algunos escalones de la pirámide de la Luna, acto prohibido desde que comenzó la pandemia. Previo al brote de covid-19, el ascenso a la pirámide que mira de frente La Calzada de los Muertos estaba permitido.

Incumplir las medidas conlleva una multa. La cifra varía respecto a la infracción cometida, que puede ir de 500 pesos (29 dólares, aproximadamente) hasta 100.000 pesos (cerca de 5.860 dólares). El artículo 47 de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos estipula que a quien realice trabajos “en monumentos arqueológicos inmuebles, o en zonas de monumentos arqueológicos, sin la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia, se le impondrá prisión de tres a 10 años”. Lo que busca esta ley es la investigación, protección, conservación, restauración y recuperación de los monumentos arqueológicos, artísticos e históricos y de las zonas de monumentos.

Las restricciones, por lo tanto, buscan conservar el patrimonio prehispánico, evitar desgaste o erosiones causadas por el flujo constante de personas que visitan las zonas arqueológicas, así como salvaguardar a los turistas de sufrir accidentes. Según un informe del INAH publicado el 25 de enero de 2024, la afluencia de turistas a Chichén Itzá, Tulum y Uxmal se incrementó a raíz del Tren Maya. “La afluencia de visitantes a los museos y zonas arqueológicas del INAH en 2023 se incrementó en 23% en relación con 2022″, comentó Diego Prieto Hernández, director general del órgano autónomo, en la conferencia matutina del presidente López Obrador el 25 de enero. “A manera de ejemplo, el pasado martes 23 de enero, Chichén Itzá rompió su récord de visitantes en un solo día que no fuera equinoccio de primavera, registrando 7,500 turistas”. El informe expone que a dicho sitio hubo 2,3 millones de visitantes.

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