Taghi Rahmani, periodista iraní: “Las personas tienen que ser libres para ser creativas”
El opositor al régimen iraní presenta el libro ‘Tortura blanca’, escrito desde prisión por su esposa, la Premio Nobel Narges Mohammadi
A los 19 años, la Premio Nobel de la Paz Narges Mohammadi (Zanjan, 52 años) fue detenida en Irán por vestir un abrigo color naranja. En el centro de reclusión pudo ver a hombres vestidos de negro que, sin un proceso legal, propinaban latigazos con saña a cuatro mujeres. Las atrocidades que se viven en las cárceles del régimen iraní recuerdan la muerte de Mahsa Amini mientras se encontraba bajo custodia policial después de ser arrestada por no llevar bien colocado el hiyab o velo islámico.
El acoso, las palizas y los abusos en las cárceles de la República Islámica de Irán han sido plasmados por Mohammadi en Tortura blanca (Alianza editorial), un libro que recoge las historias de 14 mujeres en las prisiones más infames del régimen, y cuyo título alude a un tipo de tortura psicológica que hace que el individuo pierda la identidad personal luego de extensos periodos de aislamiento.
La escritora ha pasado los últimos años entrando y saliendo de la cárcel, y ahora cumple una condena de 10 años en la prisión de Evin, en Teherán, por su defensa de los derechos humanos. Su esposo, Taghi Rahmani (Qazvin, 65 años) —que también pasó 14 años en prisiones iraníes— ha fungido como su voz en Occidente, y actualmente vive exiliado en París con sus mellizos Kiana y Ali.
El periodista y opositor al régimen iraní ha presentado en la FIL de Guadalajara el libro escrito desde prisión por su esposa, y ha conversado en una videollamada con este periódico el 3 de diciembre, unas horas antes de la liberación temporal de Mohammadi durante 21 días para recuperarse de una cirugía en su pierna.
Pregunta. ¿Cuál ha sido el impacto Tortura Blanca y cómo ha resonado con las mujeres iraníes?
Respuesta. Este libro es fruto de los esfuerzos de Narges, que entrevistó desde prisión a otras mujeres encarceladas, y de la colaboración con otras mujeres que han ayudado a llevar los contenidos del libro afuera de la cárcel. Tortura Blanca se ha publicado fuera de Irán, y nosotros pusimos el libro en Internet para que la gente en Irán pueda tener acceso a él sin sufrir la censura del régimen. Para Narges, la publicación del libro ha abierto nuevos expedientes de condena, y sus años en prisión han ido aumentando. Ese es el reflejo de la libertad de expresión, no solamente de las mujeres, sino en todos los aspectos de la sociedad, desde los sindicatos hasta los movimientos estudiantiles: todos están bajo una represión brutal del régimen iraní.
Narges es una activista que no para y que no quiere detener sus actividades, incluso estando dentro de la cárcel. Es difícil, pero lo que se ha conseguido hasta ahora es realmente positivo. El libro se ha traducido a varios idiomas, al alemán, al inglés, francés, italiano, portugués, sueco, danés, además del español, y estamos trabajando para publicarlo en árabe y en turco.
P. Ha pasado un año desde que Narges Mohammadi recibió el Premio Nobel de la Paz. ¿Cuál es su situación actual desde prisión?
R. Justo después de la publicación del libro se ha cortado la comunicación con Narges desde la cárcel, y la que tenía era únicamente con sus hermanos. Nosotros como su familia no hemos podido hablar con ella en dos años y medio; ella no ha podido hablar con sus hijos. Narges tiene problemas cardiacos y de circulación, y también se le han extirpado dos tumores, uno de su pecho y otro de su pierna. Estos tumores han sido considerados benignos por el momento, pero de cualquier manera, nosotros estamos preocupados. Con nuestros abogados y la familia de Narges en Irán estamos intentando pedir al régimen que le conceda un mes de descanso para salir de la cárcel y hacer sus tratamientos. Todavía no conseguimos una respuesta positiva del régimen. Sin embargo, aun con sus problemas de salud, Narges tiene una fortaleza mental increíble y sigue luchando.
P. ¿Cómo la recuerda?
R. Narges es una mujer con mucha energía, sonriente y con una voz cálida. Tiene un entusiasmo para luchar que no conoce límites aun dentro de la cárcel, y ella contagia de entusiasmo a las personas que están a su alrededor. Sus metas son los derechos humanos, los derechos de las mujeres y el apoyo a la sociedad civil; ella lucha y sigue luchando. Tengo muchos recuerdos de ella. Lo que quizá más puedo resaltar de Narges es que es una persona que considera a todo mundo como igual, entonces, las dificultades de los demás son dificultades de ella.
P. ¿Qué les ha dado fuerza para seguir luchando por los derechos humanos?
R. Yo mismo he pasado 14 años en las cárceles en la República Islámica de Irán y ahora llevo 12 años en el exilio. Narges viene de una familia de activistas políticos. La conocí cuando era una estudiante en la universidad, y yo daba clases clandestinas en las que Narges participaba, esa fue la base para sentirnos más cercanos. Yo vi tanto entusiasmo, tanta energía de Narges para seguir luchando. Cuando yo estuve encarcelado, Narges protestó contra mi detención y pidió mi liberación.
Lo que nos ha movido para seguir adelante es nuestra demanda para alcanzar las libertades. Nosotros creemos que el ser humano tiene que ser libre para que pueda crear. El ser humano es un ser creativo, pero en una dictadura, todos esos aspectos se controlan y se oprimen, y luchar contra estas circunstancias es lo que nos mueve para seguir adelante.
P. ¿Qué espera tras la publicación de Tortura Blanca y su presentación en la FIL de Guadalajara?
R. Ayer vi a muchos jóvenes, muchos estudiantes, y eso me dio mucha alegría porque creo que la sociedad necesita leer libros. Sobre la ciudad de Guadalajara, lo que he visto hasta ahora es que tiene un clima algo parecido al de donde vengo yo, es un clima cálido y suave, no es como en Europa donde se viven condiciones bastante duras de frío y tal. La gente es bastante cordial, con una simpatía interesante que me ha gustado.
Considero que la cuestión de derechos humanos es universal, del interés de todos los pueblos del mundo, desde el pueblo mexicano hasta el pueblo iraní, de todos los seres humanos. La libertad es algo que se contagia de una parte del mundo a otra. Este libro es un punto de esperanza para nosotros, para seguir adelante, porque canta por la libertad. La libertad es un canto universal, es para todo el mundo. Las personas tienen que ser libres para ser creativas y los caminos que estamos recorriendo ahora van en esa dirección.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.