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Los fraudes por “paquetería fantasma” en Ciudad de México aumentan un 222%. Amazon y DHL, entre las empresas más suplantadas

De acuerdo al Consejo Ciudadano, seis de cada 10 personas estafadas son mujeres y más del 70% caen a través de llamadas telefónicas, pero también a través de plataformas como WhatsApp y Facebook

Usuarias del Metrobús utilizan sus teléfonos celulares durante el recorrido, en 2019 en Ciudad de México.
Usuarias del Metrobús utilizan sus teléfonos celulares durante el recorrido, en 2019 en Ciudad de México.Galo Cañas Rodríguez (Cuartoscuro)

El fraude conocido como paquetería fantasma aumentó en Ciudad de México un 222% durante los primeros 10 meses del 2024, en comparación con el mismo periodo el año pasado, según datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la capital. Se trata de una estafa mediante llamadas o mensajes fraudulentos en los que quienes llaman fingen ser empresas de paquetería con el fin de exigir pagos, códigos u otra información confidencial.

El esquema consiste en notificar al comprador sobre un supuesto incidente con su paquete, que se dice, está retenido por la empresa de envío. De acuerdo con el Consejo Ciudadano, el estafador solicita un depósito para liberar el producto o un código de verificación de WhatsApp u otras plataformas. La entrega nunca ocurre y la víctima se enfrenta al robo de datos o el secuestro de su cuenta. Seis de cada diez personas afectadas son mujeres y suele reproducirse por diversas vías: 71% a través de llamadas telefónicas, 14% mediante mensajes de texto, 10% por WhatsApp, 2% vía Facebook y 1% mediante correo electrónico.

Las firmas más suplantadas son Amazon, con el 26% de las menciones, seguida de DHL con 14%, Mercado Libre con 4% y en menor proporción el Servicio Postal Mexicano, Estafeta o FedEx. En el 25% de los casos, las víctimas entregan su código de WhatsApp, lo que permite a los delincuentes intervenir la cuenta y solicitar dinero a sus contactos. Las cifras del Consejo Ciudadano señalan que en 44% de los sucesos se entregan hasta 10.000 pesos, mientras que 19% ceden entre 10.000 y 30.000 pesos y 14% transfieren más de 50.000 pesos. De las comunicaciones reportadas, 80% proviene de la capital, especialmente de las alcaldías Coyoacán, Benito Juárez, Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Álvaro Obregón, mientras el resto se origina en otras entidades como Estado de México, Veracruz, Hidalgo, Jalisco y Nuevo León.

El Consejo Ciudadano recomienda desconfiar de mensajes que exigen dinero a cambio de una entrega, cortar las llamadas de inmediato ante solicitudes del código de seguridad de WhatsApp y verificar la ortografía en el texto, pues muchas veces los estafadores no la revisan antes de enviar. También sugiere rastrear cada envío en la página oficial de la paquetería con el número de guía. Además, existe la aplicación No más extorsiones, que bloquea más de 600.000 números relacionados con fraude. El Consejo también brinda apoyo psicológico y asesoría jurídica sin costo a través del 55 5533 5533.

Una estafa más común y sofisticada

En Estados Unidos, especialistas señalan que la adopción de inteligencia artificial facilita la elaboración de correos, mensajes de texto o llamadas con apariencia legítima. Steve Weisman, editor del sitio Scamicide, indica que los delincuentes añaden logotipos auténticos y enlaces verosímiles.

WhatsApp sugiere detener la conversación y bloquear al contacto que solicite contraseñas, información personal o transferencias. La plataforma aconseja identificar rasgos extraños, como números desconocidos, presiones por parte del remitente, amenazas o solicitudes urgentes de dinero. También propone evaluar la configuración de privacidad y seguridad dentro de la aplicación, así como la activación de la verificación en dos pasos.

Estas operaciones forman parte del vishing y smishing, variantes del fraude conocido como phishing que utiliza mensajes de texto para obtener datos sensibles. El smishing aprovecha la confianza en la mensajería y la dificultad para verificar los enlaces. A diferencia del phishing vía correo electrónico, el smishing emplea SMS y aplicaciones de mensajería, mientras que el vishing usa llamadas telefónicas con fines similares.

El vishing crea un sentido de urgencia al contactar a una persona por teléfono y presionarla a darle información confidencial con la excusa que no pierda un paquete, mientras que el smishing también implica un entorno más propicio para el engaño, dado que el usuario no puede observar el enlace completo antes de pulsarlo. Además, las víctimas suelen reconocer las marcas suplantadas, como Amazon o DHL, y confían en los supuestos avisos de entrega.

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