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Olga Wornat: “Milei es irrepetible, ni siquiera Trump se atrevió a tanto”

La escritora analiza las implicaciones del triunfo de candidato ultra en Argentina y la reacción de la derecha en México, los dos países que han marcado su carrera periodística

Olga Wornat, en Ciudad de México, el 29 de noviembre.
Olga Wornat, en Ciudad de México, el 29 de noviembre.Gladys Serrano
Elías Camhaji

Los caminos de Olga Wornat y Javier Milei se cruzaron por primera vez en un estudio de televisión de Buenos Aires. Ella era una invitada habitual de un show de tertulia política y él era un economista histriónico, al que el canal recurría con regularidad. En una ocasión, Wornat le pidió a Milei que detallara uno de sus planteamientos y él, de la nada, perdió los estribos. Gritó, la insultó y se levantó de la mesa. Ella se quedó atónita y alcanzó a decirle que se calmara y que la respetara. Por el audífono, uno de los productores le insistía a Wornat que se enfrascara en el pleito, que estaba subiendo el rating y que la audiencia quería ver más. En cuestión de meses, la historia daría un giro inesperado.

Milei —el loco, el político que levantaba la voz más que nadie, el showman que lanzaba improperios al aire e imitaba al cantante Leonardo Favio para ganarse los aplausos del público, el candidato de la motosierra, los perros clonados y los plagios— ganó con comodidad la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 19 de noviembre. Argentina, un país enojado y hastiado de los políticos, se abrazaba por primera vez en 40 años de democracia a una candidatura de ultraderecha. “No creo que un Milei se repita en otros países, es irrepetible realmente, ni siquiera Trump se atrevió a tanto”, afirma la escritora y periodista, de 67 años. “Los partidos de izquierda y progresistas tienen que abrir los ojos y analizar profundamente hacia dentro si están realmente atendiendo las necesidades de la gente y reconfigurarse para adaptarse a los nuevos tiempos que vivimos, porque si no este tipo de personajes, con sus propias características, van a seguir apareciendo en otros países, incluso en México”, agrega.

“Esta era una campaña tremendamente atípica, primero porque Argentina está viviendo una situación catastrófica, ganara uno o ganara el otro, la situación económica va a explotar”, señala la escritora, sobre el ambiente político en el país sudamericano. La elección presidencial enfrentaba a Milei, el outsider que prometía dar un giro drástico a la sensación de crisis permanente, con Sergio Massa, el ministro de Economía de un país con casi 150% de inflación interanual. “Entre lo malo y lo peor, Argentina eligió lo peor, es una pesadilla”, lamenta Wornat. “En el mundo, pero sobre todo en nuestros países, los gobiernos de extrema derecha casi siempre acabaron muy mal o en tragedia”.

Ríos de tinta han corrido para analizar el triunfo del candidato ultra y las razones que lo encumbraron al poder. “Hay una ignorancia tremenda sobre lo que representa Milei, vimos a políticos y personas que salieron a festejar su triunfo sin saber siquiera quién o qué propone”, afirma la escritora. “Es tan pronto que honestamente creo que nadie tiene todavía la capacidad de analizarlo en profundidad”, agrega.

Olga Wornat, periodista y escritora argentina.
Olga Wornat, periodista y escritora argentina.Gladys Serrano

Wornat hace un largo recuento de las incógnitas y contradicciones que dejaron las últimas elecciones argentinas: pueblos enteros que se volcaron con Milei, a pesar de que no los visitó; pueblos originarios que salieron a celebrar su triunfo, pese a que dijo que eran “estéticamente inferiores”; trabajadores sindicales que no intuían la desaparición de cientos de miles puestos públicos y que ya empiezan a arrepentirse (aunque el nuevo presidente no ha tomado posesión), chicos ricos con guiños al autoritarismo y pobres de villas miseria que salieron a votar y a gritar al unísono “rompan todo”. La escritora hace una pausa y después señala su teléfono: “Y esto también tuvo mucho que ver y no existía en la dimensión que hoy existe. Ahora cualquier persona tiene un celular, cualquier chico tiene una cuenta de Tik Tok y sí, muchos votaron por el Tik Tok o por lo que les decían sus familiares”.

— ¿Fue más un voto por la ultraderecha o un voto antisistema?

— Es que muchos no saben qué es la derecha, muchos no tienen ni idea. ¿Cuánta de esa gente sabía qué había votado por propuestas tan absurdas como la venta de órganos o que los padres puedan vender a sus hijos? ¿Cuántos sabían que una de sus principales asesoras es terraplanista? ¿Cuántos chicos hablan de defender la libertad, pero no vivieron la dictadura? ¿A cuántos les prometieron que la dolarización iba a resolver todo sin saber lo que se vivió en los noventa con Menem, la ola de privatizaciones o cómo hubo familias enteras que empezaron a vivir, literalmente, de la basura y de recolectar cartones? ¿Cómo votar a alguien que reivindica a Menem y niega los crímenes de la dictadura? No lo saben. Yo digo que mi país es como un gran manicomio. Mi país eligió a un loco, a una persona desquiciada.

— ¿Cuánta responsabilidad tiene el peronismo y el Gobierno de Alberto Fernández en este triunfo?

— Muchísima. Le abrieron la puerta al monstruo. Digamos, ya veníamos mal. En realidad, nunca estuvimos bien, nunca hubo un país “normal”, siempre ha sido como una montaña rusa.

Wornat hace un largo recuento histórico de los altibajos políticos de Argentina, desde Raúl Alfonsín hasta Cristina Fernández de Kirchner, pero se detiene varios minutos en el papel de Alberto Fernández y Mauricio Macri, los dos últimos mandatarios. “Alberto no reconoce nada, absolutamente nada. En cuatro años no hizo nada. Si todo era culpa de Cristina, entonces ¿para qué aceptaste el cargo? Siempre me ha parecido un ser mediocre”, cuestiona la escritora, que tampoco da crédito de la decisión del aún presidente de irse a España tras concluir su mandato. De Macri, le sorprende la capacidad de “infiltrarse” en el nuevo Gobierno de Milei, como él mismo había anticipado meses antes, con varios nombramientos ligados a él en el Gabinete económico, “los mismos que nos dejaron un país fundido”, en sus palabras. “Es un ser siniestro”, dice sobre Macri.

— ¿Le sorprendió la reacción de la derecha mexicana a la victoria de Milei?

— Sí y no. No me sorprende de alguien como Claudio X. González, pero que Xóchitl Gálvez, que es candidata a la presidencia, no averigüe o tenga un asesor qué le diga quién es Milei antes de felicitarlo, me parece increíble. De Eduardo Verástegui no me sorprende, es un pobre ser. Yo creo que el odio hacia López Obrador es tan grande que los lleva a decir cualquier cosa. Es así. Es lo que yo pienso. Por eso están como están. Fox siempre fue igual, pero ahora con ochenta y pico años, dice cualquier disparate.

“Yo no creo que exista un Milei mexicano, él surgió en el momento justo y en el lugar adecuado”, insiste Wornat. “Hay cosas que no gustan de este presidente, pero es un presidente democrático, es un ser humano y comete errores, pero es democrático. La democracia no está en peligro, como dice la derecha. Puede más el odio y el resentimiento, que ponerse a pensar y ver cómo le pueden ganar democráticamente”, señala sobre las diferencias entre Argentina, su tierra natal, y México, el país donde ha desempeñado buena parte de su carrera periodística, siempre como una crítica vocal de los Gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y el PRI. Los mexicanos acudirán a las urnas en seis meses para elegir a un nuevo presidente.

“Lo que sí veo es un giro a la derecha en todo el mundo”, comenta. Hablar del auge de la extrema derecha es hablar también de un país donde cuatro de cada 10 personas son pobres y donde la volatilidad de los precios hace que los discursos de los políticos tradicionales suenen huecos. Por otro lado, uno de los principales temores es que el Gobierno de Milei abra la puerta a la criminalización y persecución de la pobreza. “Es una paradoja espantosa”, dice la escritora, “los grandes perjudicados van a ser los que votaron a este señor, que gritaba como un loco y prometía lo imposible”.

Olga Wornat.
Olga Wornat.Gladys Serrano

Wornat, que sufrió los excesos y tuvo que huir de la dictadura, asegura que no teme la instalación de un aparato represivo en el Gobierno para silenciar las críticas y prepara el relanzamiento de Putas y Guerrilleras, el libro que escribió con Miriam Lewin sobre los abusos contra las mujeres que pasaron por los campos de concentración en Argentina. “Milei ya no es Milei, no es el mismo que era en la campaña, aunque sigue siendo violento, profundamente autoritario y puede llegar a hacer cualquier cosa.”, comenta. “Le tengo más miedo a la gente violenta que lo sigue y que está más violenta que nunca, a que alguien me grite zurda de mierda y me rompa un palo en la cabeza, de la nada”, admite.

“Se viene una época muy oscura”, vaticina Wornat, que cierra el diagnóstico con un panorama aún más oscurecido por la degradación de la democracia y el fracaso del Estado al cubrir las necesidades básicas de la población. Y sobre todo, por una degradación profunda de una sociedad que se asoma a un momento político desconocido. “Argentina se está convirtiendo en un país caníbal, a eso yo le tengo temor”, dice la escritora. “Nada bueno puede salir de esto”.

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Elías Camhaji
Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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