Asesinado Bruno Plácido, el gran estratega de las autodefensas en Guerrero
Fundador de la UPOEG, Plácido vivía apartado desde hacía años, aquejado de una diabetes que le había generado problemas importantes de salud
Pistoleros han asesinado este martes a Bruno Plácido, líder histórico de uno de los principales grupos de autodefensas del Estado de Guerrero, la UPOEG. Los asesinos alcanzaron a Plácido en la entrada de las oficinas de la Secretaría de Salud, en Chilpancingo, la capital del Estado. Eran apenas las 17.00. Plácido quedó tendido en el suelo boca abajo. Tenía 54 años. La prensa local ha informado de que los atacantes acabaron también con la vida de su chófer.
Plácido vivía medio retirado desde hacía dos o tres años, debido a problemas de salud. El líder autodefensa tenía que someterse a hemodiálisis todas las semanas en la capital, por una diabetes que no había atendido a tiempo. Pasaba su tiempo entre Chilpancingo y su huerta, en Buenavista, en el municipio de San Luis Acatlán, de donde era originario.
El presente de la UPOEG, la Unión de Pueblos Originarios del Estado de Guerrero, poco tenía que ver con el de Plácido. Las continuas acusaciones de corrupción contra comandantes del grupo afectaban su imagen, pero es difícil saber qué tanto sabía él de lo que hacían y dejaban de hacer. Al principio, la organización de Plácido trajo paz y esperanza a la región de la Costa Chica, golpeada por el empuje de organizaciones criminales. Luego las cosas cambiaron.
La UPOEG había nacido entre finales de 2013 y principios de 2014, como una evolución de la CRAC-PC, la primera experiencia moderna de policía comunitaria en Guerrero. Fundador de la CRAC, Plácido se alejó con los años, pendiente de las necesidades de comunidades alejadas del área de influencia de la CRAC. Fue así como fue captando gente y cómo, en 2013, él y su grupo llegaron a Ayutla de los Libres, para liberarla de las garras del crimen.
Comandantes de la UPOEG, entre ellos el propio Plácido, participaron en búsquedas para localizar a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, en septiembre de 2014 y los meses posteriores. Su asesinato ocurre apenas unos meses más tarde que el de un colega de generación, Hipólito Mora, este en Michoacán. Como Plácido, Mora se levantó en armas contra organizaciones criminales en su Estado. Como Plácido, denunció el actuar de los delincuentes y la desidia de las autoridades. Y como Plácido, las balas le alcanzaron.
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