El ‘muro flotante’ de Texas marca la primera visita de Alicia Bárcena a Washington

El llamado muro flotante en la frontera entre México y Estados Unidos acapara los reflectores en la primera visita de la canciller Alicia Bárcena a Washington este miércoles. Los Gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden han encontrado una causa común en el frente migratorio en las boyas instaladas en el río Bravo por orden del gobernador de Texas, Greg Abbott. “Es una actitud completamente inhumana y, además, violatoria de nuestra soberanía”, insistió el presidente mexicano en su conferencia de prensa mañanera.

López Obrador reveló que envió una carta a Biden para agradecer su decisión de apoyar un camino para la inmigración legal y de contrarrestar las medidas de mano dura impulsadas por su predecesor, Donald Trump. “Es el único, en décadas, que no ha construido un muro y mucho menos ha actuado como el gobernador de Texas”, comentó el presidente mexicano, que ha protagonizado choques con políticos estadounidenses, del Partido Demócrata y Republicano, en los últimos meses por las críticas a su política de seguridad y el papel de las agencias gubernamentales de Estados Unidos al sur de la frontera. La visita de Bárcena está atravesada por varios temas que han encendido los debates entre ambos países, como la crisis del fentanilo, la migración y el tráfico de armas.

El muro flotante, en el centro de una demanda de la Administración de Biden contra el gobernador de Texas, es una de las prioridades de la delegación mexicana. “La canciller dará seguimiento al proceso legal que el Departamento de Justicia de Estados Unidos inició en contra del Gobierno de Texas por la instalación de boyas alambradas dentro del cauce del río Bravo, reiterando la solicitud de México de que sean removidas lo más pronto posible”, se lee en un comunicado.

Un grupo de congresistas demócratas visitaron esta semana la frontera para constatar de primera mano cómo funcionan las boyas instaladas por las autoridades texanas, calificadas por organizaciones a favor de los derechos de los migrantes como dispositivos diseñados específicamente para hundir a quienes crucen el río Bravo. “Lo que hemos visto hoy en Eagle Pass es la definición de inhumanidad”, dijo el legislador texano Joaquín Castro, que denunció haber visto ropa atorada en el alambre de púas colocado en los márgenes del río y cuchillas de sierra en la separación entre cada boya. Hace un par de semanas, el republicano Dan Crenshaw dijo en entrevista con este diario que Abbott “está haciendo lo que puede” y negó que fuera un acto “barbárico”, como han dicho sus rivales. “Lo que es inhumano es cruzar a nuestro país sin documentos”, reviró el también representante por Texas.

Bárcena, que llegó al cargo en junio pasado en sustitución del ahora aspirante presidencial Marcelo Ebrard, adelantó que se reunirá con su homólogo Antony Blinken. También se verá con el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y con el asesor de Biden, Jake Sullivan. Desde hace un par de años, México ha intentado equilibrar las asimetrías de la relación bilateral y contrarrestar las presiones por temas como el narcotráfico o la crisis migratoria, al llevar a la mesa de negociaciones una petición de apoyo a su cruzada contra el tráfico de armas desde Estados Unidos.

Su visita tiene la encomienda de dar seguimiento a los acuerdos que se tomaron en la reunión trilateral de finales de julio en Ciudad de México, que incluyen intensificar el combate al tráfico de fentanilo y seguir apostando por atacar las causas raíz de los flujos migratorios desde México y Centroamérica. “Se revisarán los avances en las vías de movilidad laborales recientes que han promovido una migración más segura, humana, ordenada y regular”, se lee en el boletín oficial previo a la gira. Bárcena también dijo que se buscará fortalecer los lazos económicos entre ambos países. México fue el principal socio comercial de EE UU en junio pasado, de acuerdo con cifras oficiales.

Al margen de las reuniones de alto nivel, la canciller mexicana tiene otros encuentros en su agenda con organizaciones hispanas y mexicanas para coordinar una estrategia contra las medidas de mano dura en las legislaciones estatales de EE UU. El Gobierno mexicano ha identificado que las principales acciones contra la comunidad migrante se están dando bajo el cobijo de gobernadores conservadores, como Abbott en Texas o Ron de Santis en Florida.

El tema migratorio, blanco principal de los cuestionamientos de los republicanos al Gobierno de Biden, está atravesado también por las elecciones presidenciales que celebrarán ambos países el próximo año. El Gobierno mexicano quiere consolidar su estrategia ante la intención de varios candidatos conservadores de agarrar a México como “piñata electoral” y achacar a la comunidad migrante problemas como el tráfico de fentanilo, como han hecho De Santis o el propio Trump. Bárcena encabeza una delegación integrada, entre otros, por el embajador Esteban Moctezuma, el jefe de unidad para América del Norte Roberto Velasco y Martín Borrego, su jefe de Oficina.

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