García Harfuch, un supersecretario de Seguridad con miras a 2024 en Ciudad de México

La salida de Claudia Sheinbaum del Gobierno de Ciudad de México no ha sucedido sin más. Con un gabinete plagado de tensiones entre sus miembros, la ahora exjefa del Ejecutivo ha partido el pastel del poder en varias porciones antes de irse. Ha dejado a Martí Batres en el cargo, pero le ha restado competencias en favor de otros secretarios. Uno de los que ha ganado terreno ha sido el titular de Seguridad, Omar García Harfuch, a quien Sheinbaum nombró como coordinador de seguridad y justicia, tareas que hasta entonces presidía ella misma. Los dos, junto con la secretaria de Finanzas, que ahora llevará la coordinación técnica, serán la terna que dirija el Gobierno de la capital mexicana.

El día del anuncio de su sucesión, Sheinbaum explicó que otorgaría a los dos secretarios “tareas especiales”. La extensión de los poderes a García Harfuch se da en un escenario que comienza a definir los rostros más populares de cara a las elecciones de junio de 2024, donde se peleará además de la presidencia, el Gobierno de Ciudad de México. El secretario de Seguridad capitalino, de 41 años, es uno de los que mejor mide en las encuestas tanto dentro del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) como fuera. Y pese a que ha descartado esa opción antes, y ha dicho que le gustaría estar en la Secretaría de Seguridad Pública federal si Sheinbaum gana las presidenciales, las buenas mediciones se han empecinado con otro posible futuro.

Todas las encuestas difundidas hasta ahora que miden a los posibles aspirantes a la jefatura de Gobierno posicionan a García Harfuch en primer lugar o al menos entre los punteros. Una medición reciente hecha por Polls.mx, que rankea personajes en base a sus apariciones públicas y la relevancia mediática, le deja en primer lugar. La casa encuestadora Mitofsky lo puso en marzo en primera posición, con la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, unos pocos puntos por detrás. Otra encuesta de Buendía & Márquez en abril le dejó mejor parado, al ampliar esa brecha con la alcaldesa en varios puntos.

La nominación de Batres le imposibilita al nuevo jefe de Gobierno presentarse en las próximas elecciones como candidato. Ese descarte, sumado al de la secretaria de Seguridad federal, Rosa Icela Rodríguez, que también se barajaba como una posibilidad, ha dejado el camino más allanado para personajes como García Harfuch o Brugada. La ampliación de las facultades del primero dentro del Gobierno capitalino podrían aumentar notablemente en los próximos meses su visibilidad. “Omar es importantísimo para mantener la seguridad en la ciudad, queremos darle confianza a todos los ciudadanos y ciudadanas, Omar estará en la Secretaría de Seguridad Ciudadana y estará coordinando todas las labores de seguridad y construcción de la paz”, dijo el pasado miércoles la entonces la jefa de Gobierno.

De la herencia que ha dejado Sheinbaum en la ciudad, García Harfuch se ha quedado con el control total de la seguridad en la capital mexicana, casi sin ningún control por encima. El gabinete de seguridad y justicia que dirige desde este viernes es una plataforma que coordina a diario 87 reuniones para coordinar estrategias junto a las alcaldías y demarcaciones territoriales. Por lo tanto, se relacionará también con las 16 delegaciones. Además pasará por él la generación de estadísticas judiciales y de seguridad en Ciudad de México y tendrá poder, según dice la ley, para convocar reuniones del Gabinete de Gobierno.

Sheinbaum ha sido uno de los respaldos más importantes para el secretario de Seguridad, que ingresó a la Administración capitalina en octubre de 2019, después de que su predecesor, Jesús Orta Martínez, dimitiera en medio de acusaciones de delincuencia organizada. García Harfuch venía de ser comisionado de la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General de la República durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Después de sobrevivir en junio de 2020 a un atentado en el que el Cartel Jalisco Nueva Generación intentó matarle con más de 400 disparos, su imagen no ha parado de escalar positivamente.

Los escándalos que han empañado la trayectoria profesional de este policía no han sido suficientes para afectar la aprobación que hay alrededor de su figura. En octubre de 2020, un año después de su nombramiento, el sitio web de Carmen Aristegui publicó una investigación que aseguraba que García Harfuch había reprobado los exámenes de confianza, una evaluación fundamental dentro del cuerpo policial para determinar si una persona es óptima para ser parte de las fuerzas de seguridad. Tampoco hizo mella la cercanía que mantuvo con Luis Cárdenas Palomino, un antiguo alto mando policial que fungió de mano derecha del exsecretario de Seguridad Pública federal Genaro García Luna —ambos actualmente en prisión—.

En su salida, la gestión en seguridad ha sido una especie de regalo que le ha dejado Sheinbaum, que pasó los últimos meses celebrando la disminución de delitos en la capital. El día que anunció su sucesión aseguró que al inicio de su Administración, siete de cada 10 habitantes de la capital creían que el mayor problema era la inseguridad; mientras que en la actualidad ese número ha descendido a 4,5. Una revisión por los datos del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública marcan una disminución entre 2019 y 2022 en las carpetas de investigación abiertas, pero sin marcar una tendencia clara a la baja. Entre los logros que sí destacan están los homicidios, que disminuyeron un 27% en esos años. Esas cifras y el desafío que traigan en los próximos meses serán, para bien o para mal, la mayor plataforma que tendrá el ahora supersecretario para venderse.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país