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Desapareció a las 10 de la mañana en plena autopista: la familia de Diana Peña pide ayuda urgente para localizarla

A la mujer, de 33 años, se le perdió el rastro el lunes en Naucalpan, Estado de México, cuando iba a una cita de trabajo. Las autoridades han encontrado su vehículo abandonado en esa misma carretera sin ella ni sus pertenencias

Beatriz Guillén
Diana Peña
La joven Diana Peña en una imagen de sus redes sociales.RR SS

A las 10.09 de la mañana del lunes dejó de conectarse el teléfono de Diana Peña. Su última localización es en plena autopista: en Chamapa-La Venta, la principal vía que conecta la periferia del lado oeste de Ciudad de México. La señal se apaga todavía a la altura de Naucalpan de Juárez, en el Estado de México. Desde hace 48 horas a Diana no le entran las llamadas ni los mensajes de WhatsApp, ha contado su hermana Rocío Peña. La familia está desesperada: nunca había pasado algo así con la mujer de 33 años. Había salido por la mañana desde su casa a una cita de trabajo en la alcaldía de Coyoacán; a las dos de la tarde debía recoger a su hija pequeña del colegio. No llegó a ninguno de los dos sitios. De momento, solo han encontrado su coche, en la misma autopista, pero sin ella ni ninguna de sus pertenencias.

El rostro de Diana Peña ilustra de nuevo el terror por las desaparecidas en México. En el país, siete mujeres desaparecen cada día, otras 10 son asesinadas. El peso de la violencia lastra a Fiscalías y Comisiones de Búsqueda, incapaces de dar respuesta efectiva a todas las familias, que se convierten en el único grito de las que faltan. Con unos folios con la foto de Diana impresa y la leyenda “Ayúdenos a encontrarla”, la hermana, primas y amigas de Diana Peña cortaron el martes el Anillo Periférico, la circunvalación que rodea gran parte de la ciudad y su extrarradio, como una medida desesperada para atraer la atención de las autoridades.

La joven salió el lunes de su casa alrededor de las nueve de la mañana a bordo de su automóvil Chevrolet Beat gris oscuro. Tenía que estar a las 11 en una reunión de trabajo, a la que nunca llegó. En la oficina avisaron a su hermana, que llamó a Jorge Ramos, el esposo de Diana. Este se dirigió a la escuela donde la joven debía recoger a su hija, pero tampoco llegó ahí. Gracias a la cuenta de Google que compartían, Ramos pudo ver el último punto donde se conectó el celular de Diana. La familia acudió en un par de ocasiones al lugar, pero ni rastro de la joven. “Ella no es así, sus hijos son lo primero jamás los dejaría en la escuela sin avisar”, ha apuntado su hermana.

Más tarde en la noche, ya con la denuncia puesta por desaparición, las autoridades localizaron su coche. “El vehículo apareció sin indicios de violencia, sin mi hermana ni sus objetos personales, sin su herramienta de trabajo, su computadora, los cristales abajo”, ha explicado Rocío Peña, “quedó abandonado a unos 10 minutos más adelante de donde ella debió haber tomado la salida a Lomas Verdes”.

La familia ha revisado las cámaras del C5 y también las de las casetas, puesto que esa carretera es de pago. De momento, sin nada que permita saber qué ha pasado con Diana. “No se ve nada que sea de ayuda. ¿En qué momento se baja o la bajan para que la automóvil se quede vacío?”, pregunta Rocío, ¿iba acompañada? ¿Iba ella manejando?

En México, hay más 110.000 personas desaparecidas, de ellas, 28.000 son mujeres. Los casos se acumulan en las mesas de unas autoridades desbordadas: a las comisiones de búsqueda les faltan los recursos, el personal, la capacidad operativa; las fiscalías están sepultadas en un país en el que si cada día 10 mujeres son asesinadas, el doble de estas cifras se registra para varones. Ante el derrame imparable de la tragedia, las autoridades se han atrincherado tras muros de burocracia.

Para abrir grietas y acceder a la justicia, algunas familias optan por cortar las principales carreteras, generando retrasos de horas y caos en el asfalto. La estrategia a veces da respuestas: consigue la atención de los medios y con eso la presión a las Fiscalías. La del Estado de México no ha contestado a EL PAÍS sobre el caso de Diana Peña. Mientras tanto, el grito de Rocío Peña: “Yo necesito que todo México se entere de que mi hermana no aparece, que mi hermana no está y yo la necesito aquí”.

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Sobre la firma

Beatriz Guillén
Reportera de EL PAÍS en México. Cubre temas sociales, con especial atención en derechos humanos, justicia, migración y violencia contra las mujeres. Graduada en Periodismo por la Universidad de Valencia y Máster de Periodismo en EL PAÍS.

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