Alejandra del Moral, la apuesta del PRI para enfrentarse a Morena en la batalla por el Estado de México
El gobernador priísta Alfredo del Mazo impone a su candidata para las elecciones de 2023 y busca rescatar la alianza opositora negociando directamente con las cúpulas del PAN y PRD
En 2023, el Estado de México será la antesala donde Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, medirá su fuerza antes de la madre de todas las batallas: la sucesión presidencial de 2024. Los comicios estatales servirán también para comprobar si la alianza opositora, formada por el PRI, PAN y PRD, tiene futuro y es capaz de superar una crisis que amenaza incluso con acabar con ella. De momento, el gobernador priista, Alfredo del Mazo, ya ha movido ficha imponiendo a su candidata, Alejandra del Moral, quien se desempeñaba como secretaria de Desarrollo Social del Estado. Del Mazo, además, busca rescatar la alianza negociando directamente una candidatura unitaria con las cúpulas del PAN y PRD, que de momento se niegan a sentarse con el presidente del partido tricolor, al que consideran poco menos que un traidor. La contrincante a batir será Delfina Gómez, la exsecretaria de Educación, que ya rozó la victoria para Morena en los últimos comicios estatales.
El Estado de México, o Edomex, ha sido gobernado por el PRI desde 1929 de manera ininterrumpida, y en su seno nació una élite política, el Grupo Atlacomulco, formada por una familia que ha controlado el poder en el partido y en instituciones públicas durante décadas. Nada más y nada menos, el expresidente de México Enrique Peña Nieto es heredero de esa dinastía. El propio Del Mazo es primo del exmandatario y descendiente directo de otros dos exgobernadores. Para el PRI, retener su bastión es tan importante como para Morena lo es arrebatárselo. El Edomex, además, no es sólo un baluarte simbólico. Al ser la más poblada del país, es la entidad federativa más importante en términos de votos -13% del total del padrón- para una elección federal, como lo será la de 2024, en la que no sólo se decidirá la presidencia de la República, sino también la composición de las dos Cámaras del Congreso federal.
En este contexto, para el PRI, la de 2023 puede ser la batalla del siglo. Su siglo de existencia, en el que ha visto mermar su poder en los Estados y hasta su base militante (perdió 8 millones de afiliados en dos décadas, según datos del INE). La elegida para dar esa lucha, Alejandra del Moral, de 39 años, además de secretaria de Desarrollo Social del Estado, ha sido diputada federal, alcaldesa del municipio mexiquense de Cuautitlán Izcalli y dirigente del PRI en la entidad. En 2018 fue candidata al Senado de la República, pero perdió frente a quien entonces era la candidata de Morena, la propia Delfina Gómez, una maestra de escuela originaria de Texcoco que, a la postre, solicitó licencia a la Cámara Alta y se volvió secretaria de Educación federal. Ambas contendientes se volverán a enfrentar en 2023, en una elección que ya anticipa que, sea cual sea el resultado, el Edomex tendrá por primera vez a una mujer a cargo del Ejecutivo estatal.
Aunque oficialmente no ha arrancado el periodo electoral, el partido del presidente adelantó la candidatura de Gómez a la gubernatura desde el 4 de agosto. El PRI destapó a Del Moral apenas la noche del jueves. “Quiero expresar mi absoluta gratitud al gobernador Alfredo del Mazo por su confianza por su impulso y su apoyo en esta etapa como servidora pública”, dijo la abanderada. La mención a Del Mazo no fue sólo un gesto de cortesía. La decisión de que la candidatura del PRI recayera en Del Moral fue del gobernador, que es el jefe del partido y, más aún, representante de la dinastía Atlacomulco en el poder.
Del Moral representa la mejor opción no sólo para el PRI, sino también para el PAN y el PRD, cuyos dirigentes han mantenido viva la posibilidad de la alianza Va por México para la elección estatal de 2023, muy a pesar del líder nacional priista, Alejandro Moreno, Alito, cuya coincidencia con los intereses de la Administración de López Obrador sumió recientemente a la coalición en una profunda crisis. Las dirigencias del PAN y el PRD, encabezadas por Marko Cortés y Jesús Zambrano, respectivamente, han trasladado la mesa de negociaciones de la alianza a Toluca, la capital del Edomex, a las que asiste el gobernador Del Mazo, pero no Alito, de acuerdo con una fuente que ha participado de las discusiones y que solicitó el anonimato.
En estas reuniones se han presentado encuestas que muestran que Morena cuenta con un 40% de la intención del voto entre los mexiquenses, frente a un 19% del PRI, un 11% del PAN y un 9% del PRD, lo que demuestra que, por separado, ningún partido vencería a Delfina Gómez. No obstante, señala la misma fuente, en un escenario en el que conservaran la alianza, con Del Moral como candidata de unidad, Va por México alcanzaría 28% de la intención del voto frente a un 33% de Gómez.
De no lograrse la alianza, se ha anunciado ya que el PAN postulará Enrique Vargas y el PRD a Omar Ortega, ambos diputados del Congreso mexiquense, con el anticipado resultado de sus propias encuestas. A más tardar en noviembre, los tres partidos deben decidir si forman una coalición y registrarla ante el órgano electoral local. En su discurso del jueves, Del Moral defendió la alianza y los frutos que ya rindió para los tres partidos en la elección estatal de 2021, cuando Morena perdió fuerza en el Congreso estatal y varios Ayuntamientos.
“Soy orgullosamente aliancista y todo esto es el alma y corazón de esta defensa. Construiré respetando la representatividad y las convicciones de todos los partidos que sumen su fuerza política a esta causa común”, declaró. Allí también pidió “defender lo que se ha hecho y lo que se ha hecho bien” y prometió que el Edomex “seguirá avanzando con firmeza y con valor a un mejor destino para todas las familias mexiquenses”. Campaña aparte, lo cierto es que, en un siglo de gobierno ininterrumpido, el PRI no ha podido abatir la pobreza ni mucho menos la desigualdad. Según datos del Coneval, en 2020 había 8,3 millones de personas en situación de pobreza en el Estado de México, prácticamente la mitad de su población. Adicionalmente, 1,4 millones de personas vivían en pobreza extrema. Entre 2018 y 2020 cayó el acceso a los servicios de salud y el acceso a servicios básicos en la vivienda. Es lo que ha sido el siglo del PRI.
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