El Valle de México suspende la contingencia ambiental tras una semana crítica por contaminación
Las fuertes lluvias de la tarde de este viernes permiten al Gobierno a levantar las restricciones de circulación de vehículos pese a que la calidad del aire sigue siendo “muy mala”
La lluvia ha dado una tregua a la contaminación en el Valle de México. Después de una semana crítica, con tres días de contingencia ambiental declarada, el Gobierno ha levantado las restricciones de circulación de vehículos este viernes por la tarde. Pese a la medida, la calidad del aire que rodea la capital del país y sus alrededores sigue estando en la categoría de “muy mala”, por lo que las autoridades piden limitar las actividades al aire libre y el uso del automóvil.
La alta concentración de ozono que asedia la zona metropolitana de Ciudad de México se ha disipado esta tarde lo justo para que la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) declare el fin de la llamada contingencia ambiental, una figura que permite limitar de forma extraordinaria el número de vehículos que circulan por la ciudad.
Gracias a un viento moderado y fuertes lluvias desde la tarde, “el sistema de alta presión disminuyó su intensidad y permitió la ventilación en el Valle de México”, apunta el comunicado de la CAMe. Así los niveles de partículas contaminantes registradas bajaron con respecto a las de otros días. Sin embargo, estas concentraciones siguen siendo alarmantes. A las 15:00 horas, se registró en alguna de las estaciones de monitoreo 144 partes por billón (ppb), cuando el máximo permitido en la norma mexicana es de 95. Las autoridades no activan la alerta hasta que los registros son mayores a 154 ppb, según los criterios del programa de contingencias ambientales de la Megalópolis. Con estos datos de contaminación las actividades al aire libre tanto moderadas o vigorosas se vuelven de riesgo.
La CAMe advierte en su último comunicado que el Valle de México se encuentra en su temporada de ozono por lo que “la intensidad y el desplazamiento de los sistemas meteorológicos de alta presión cambian de manera continua, lo que puede originar nuevos incrementos en la concentración de ozono”.
La contaminación atmosférica se ha convertido en un problema crónico para la zona metropolitana de Ciudad de México. La mala calidad del aire supera con creces los límites que marca la OMS como un peligro para la población. De febrero a junio, la situación se agudiza por la escasez de lluvias y la persistencia de las altas temperaturas, que impiden que los contaminantes se dispersen. Ante el grave panorama, el Gobierno de la capital instauró la norma de Hoy No Circula, para evitar la acumulación de contaminantes de los coches.
Aún así, las medidas resultan insuficientes. Los vehículos de carga, uno de los factores identificados por los investigadores como más contaminantes, solo dejan de circular en las primeras horas de la mañana. Alrededor de 400.000 camiones de carga atraviesan Ciudad de México cada día. La flota de coches es de unos cuatro millones. “Desde hace 15 años sostenemos un problema de contaminación. En los últimos años no ha disminuido, al contrario. Hay una tendencia a volver a incrementarse”, explica Ricardo Torres, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, a EL PAÍS. El experto advierte que los niveles más preocupantes son por el ozono (O₃) y las partículas finas, de menos de 2,5 micras, conocidas como PM₂,₅.
La contaminación atmosférica es la responsable de 4,2 millones de muertes prematuras en todo el mundo cada año. La mala calidad del aire provoca graves enfermedades respiratorias y cardiovasculares, incluso algunos estudios recientes la vinculan con la aparición del alzhéimer. Sus efectos son agresivos, pero a largo plazo.
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